Próximo bebé a bordo: preparando nuestras finanzas

Plata con Plática planificando bebé

Tener un bebé es una experiencia que te cambia la vida. Yo aun no lo tengo y con tan solo la preparación y lo que implica, ya veo venir los cambios. Como seguramente sabrás, hace casi 2 meses me casé con el princeso y, bueno, después del matrimonio vienen los hijos, ¿es o no es?

Antes de comenzar, quiero aclarar que no estoy embarazada, así que las felicitaciones aun no vienen. Sin embargo, sí es algo que estamos planificando para el próximo año y, como todas las otras cosas en la vida, esto merece una planificación… una MUY grande.

Llevamos meses dándole vueltas a esta idea y algo que tenía claro es que no me quería casar embarazada, ¿para qué si podía esperar? El asunto es que pareciera que “siempre sale algo”, ¿no? Al menos a mí me han pasado mil razones para seguir esperando:

  • Tengo mucho trabajo.
  • No puedo con este ritmo de vida.
  • Plata con Plática está en su mejor momento.
  • Necesito sacar el libro.
  • Etc, etc, etc.

Sí, básicamente todo gira en torno a mi trabajo, a lo mucho que tengo por hacer y al poco tiempo libre que me queda. Pero, después entra en escena mi lado menos racional y más emotivo y me dice: “Ela, pero es que nunca van a estar las condiciones al 100% como las querés” y creo que esa Ela tiene razón. ¿Es que acaso una puede estar 100% lista y preparada solo para tener un hijo? En este momento de mi vida estoy haciendo paz con la idea que uno puede hacer lo mejor posible, pero que nunca vas a estar 100% lista.

El caso es que estoy decidida (bueno, casi casi) a que esta Ela-bebé -tiene que ser niña porque sino mi mamá dice que no lo cuidará- nazca el próximo año y eso quiere decir que la planificación debe comenzar ya. No se trata nada más de una cambio o un ajuste al estilo de vida, como trabajar menos, sino un ajuste radical a nuestras finanzas.

Confieso que siempre me ha parecido sorprendente cómo muchas parejas deciden salir embarazados así por así, sin hacer una planificación hecha y derecha o, peor, no toman las medidas para no salir embarazados si es que no lo están buscando. Si algo tengo claro es que TODO en esta vida, de alguna manera, implica dinero y por más lindo que sea tener un bebé, no podemos pasar por alto los costos involucrados.

Es por esto que quiero compartirte las pláticas que el princeso y yo andamos teniendo por estos días, los cambios financieros y de vida que vamos a realizar y, básicamente, cómo nos vamos a preparar y a decidir para esta nueva etapa que estaremos viviendo.

Preparando nuestras finanzas para un bebé

Está de más decir que, en general, nuestras finanzas están bastante ordenadas y marchan por buen camino. Un nuevo integrante en la familia implican dos tipos de cambios:

  1. Un gasto inicial considerable: parto, hospital y doctores por un lado; y cuna, coche, silla, ropa, etc., por otro.
  2. Un gasto constante y en aumento el resto de la vida: alimentación, salud, vestuario, entretenimiento, etc.

En términos prácticos, esto quiere decir que para el primero debemos ahorrar DESDE AYER una suma considerable y aquí aplico lo mismo que para las vacaciones: nada peor que después de un gustazo, un trancazo. Sí, los bebés se deben de pagar a través del ahorro y no de la deuda.

El segundo, por otro lado, implica un cambio sin vuelta atrás a nuestra vida. Quiere decir abrir un nuevo rubro de gastos, de la misma manera en que he recomendado hacerlo a todos los papás y mamás que he visto en conferencias / talleres o a los que les di asesoría en su momento.

Entonces, manos a la obra. Quiero compartir lo que el princeso y yo hemos platicado y las decisiones que hemos venido tomando, por si alguien más anda por este mismo camino y se quiere preparar financieramente de la mejor manera:

1. Modifiquemos el presupuesto

Como dije antes, ahora no seremos 2, sino 3 y eso implica que Ela-bebé tendrá su propio rubro de gastos. Algunos de los gastos que irán dentro de este rubro son:

  • Pañales / Wipes
  • Doctor / Vacunas
  • Ropa / Zapatos
  • Leche / Comida
  • Niñera / Kinder / Colegio
  • Piñatas / Entretenimiento

Nuestro desafío y lo que estamos planificando es empezar a vivir desde enero como que si el nuevo integrante ya estuviera acá. ¿Por qué desde enero si ni siquiera estamos embarazados? Porque es una buena prueba para saber cómo se van a ver nuestros gastos y cómo se va a modificar nuestro estilo de vida: ¿podemos o no podemos? ¿Llegamos a duras penas o sin problemas?

Pensá que no es lo mismo que te veás en la obligación de modificar tu manera de gastar y vivir, a que lo estés haciendo opcionalmente. Si lo logramos desde YA, cuando estemos criando no la vamos a sentir… o, al menos, no tanto.

2. Ahorremos como contratados

Hay diversas razones para ahorrar y sin ánimos de que esto se convierta en un testamento, acá van nuestras razones:

  • Evidentemente, hay que pagar un parto que DICEN que anda rondando los U$2,000.00 dólares.
  • Como es el primer bebé, además habrá que comprar cuna, coche, ring, asiento para carro… y todas las cosas para los primeros meses: ropa, pañales, juguetes, etc.
  • El fondo de emergencia deberá incrementar sí o sí. Primero porque, de nuevo, seremos 3 y 2 no y segundo porque DICEN que cuando los bebés se enferman es COSA SERIA.

3. El seguro de vida se vuelve no-negociable

Desde que comencé a dedicarme a las finanzas personales y a empaparme más en temas de previsión financiera y seguridad, me convencí a mí misma que mientras no tuviera un hijo, no compraría un seguro de vida.

La razón es que no tenía dependientes económicos, por lo que veía mi dinero mejor invertido en otros lugares, como mi plan de ahorro para el retiro. Sin embargo, justamente la semana pasada, mientras grababa este podcast con Yassir y su mamá, me percaté que he estado en un error todo este tiempo.

Pues, como mi suegra me dijo, es verdad que no tengo dependientes económicos, pero el seguro de vida me podría servir para cubrir también una incapacidad parcial o total. Y es que si no quiere depender de nadie en la vejez, menos que quiera depender de alguien en la juventud y estando incapacitada. Así es que ésta será mi movida #1.

4. ¡Hola seguro de gastos médicos!

Muy parecido al seguro de vida, siempre pensé que era bueno tenerlo, pero no para mí en estos momentos. Desde que trabajo por mi cuenta he estado pagando el INSS facultativo y pensaba que si algo leve me pasaba, podía pagar yo de mis ahorros; y si era algo más grave, entones sí hacer uso del INSS.

Con un hijo o hija, la cosa cambia y uno de los acuerdos a los que el princeso y yo hemos llegado es que debemos adquirir un seguro de gastos médicos mayores que nos cubra a los 3.

5. Subamos el ahorro para el retiro

Te debés estar preguntando, ¿y qué tiene que ver el retiro con el bebé? Pues bien, resulta que ese plan de ahorro que tengo desde hace 3 años puede ser usado como un ahorro para cualquier meta.

Hay personas que han sacado de sus cuentas para pagar primas de casas, o carros, o emergencias y hay personas que lo usan como fondo de ahorro no para el retiro, sino para la universidad de sus hijos.

Yo tuve una maravillosa experiencia estudiando fuera del país tanto la universidad, como la maestría y sí me gustaría que Ela-bebé viviera eso. Como sé que de barato no tiene nada, es necesario comenzar a ahorrar desde YA para esa meta.

Como dije en este post, no es lo mismo comenzar cuando faltan 3 años para la Universidad, que 8 años, 10 años…o ¡18 años enteros! Así que, en lugar de tomar un nuevo plan de ahorro, hemos decidido simplemente hacer un aporte más grande cada mes al que ya tenemos.

Tomando decisiones

Sin lugar a dudas un hijo o hija implicará decisiones toda la vida, desde en qué colegio estudiará hasta cómo le enseñamos el valor del dinero. En este momento, la principal y más importante que deberemos tomar es el combo doctor + hospital.

Tengo una confesión que hacer y es que nunca he estado operada ni internada en un hospital. Es más, nunca he estado tan enferma que deba ir a un hospital y por esta razón me aterra un poco la idea de una cirugía y del parto.

Así que, además del ahorro que mencioné arriba, toca empezar a analizar las opciones que hay, lo que ofrecen, cuánto cuesta (obvio), ventajas, experiencias de otras personas, etc. Quien me sigue en twitter sabe que casi todas las mañanas pongo un tuit, que es: “Sin salud, el éxito no se disfruta”, y aunque lo digo más por el tema del ejercicio, en este caso aplica también para el cuidado y seguridad en una situación así. Ambos vemos este pago, más como una inversión que como un gasto… lo cual tampoco quiere decir decir que no vamos a valorar las opciones.

Qué buscamos:

  • Riesgo mínimo de infecciones. He estado averiguando (sí, desde ya) y resulta que esto es la madre de los errores o riesgos asociados a la salud… pero DICEN que también es de lo más fácil de identificar.
  • Bajo nivel de errores. Sé que errar es de humanos, pero en estas condiciones sí quisiera que las estadísticas estuvieran de mi lado. Nada de que me pusieron la inyección errada o me entregaron al bebé de otra persona.
  • Un lugar seguro y limpio. En un país como Nicaragua, en el que cualquier cosa puede pasar, no me imagino un temblor, terremoto, o huracán mientras estoy en labor de parto. Así que queremos un hospital con infraestructura antisísmicas, anti-incendios y respaldo en energía y agua.
  • Que me traten bien. ¿Será mucho pedir? Tal vez estoy traumada con las películas que he visto y las historias de terror que me han contado, pero en una situación como ésta quisiera tener enfermeras que me traten casi casi como princesa y me permitan ver a Ela-bebé cuando yo quiera.

Bueno, como esto ya se me hizo un testamento, solo me resta recomendar a otras personas que estén en nuestra situación que no se vuelvan locos comprando cosas hasta después del baby shower (porque dicen que ahí te regalan un montón de cosas) y que si tenés un empleo formal, empecés a ver el tema de la cobertura de seguros, permisos de maternidad, etc.

Ahí me disculpan si en estos meses me desbordo compartiendo posts sobre este tema, ya saben que lo mismo me pasó con la boda, jajaja, así que para quienes vivirán esta etapa conmigo, estarán recibiendo bastante información al respecto. Y los que no… solo les pediré paciencia ;).

Finalmente, como en este caso de experta no tengo nada, me encantaría escuchar recomendaciones de quienes han pasado por esto. ¡Todo es bienvenido! Quiero que me contés tus experiencias, lecciones aprendidas y qué volverías a hacer y qué no.

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