Mientras vos estás leyendo esto, yo probablemente esté volando de regreso a Nicaragua… y eso quiere decir que mis vacaciones han llegado a su final. Unas merecidas vacaciones que planificamos hace un año y esta última semana se hicieron realidad.
Éstas son, en realidad, las segundas vacaciones que nos tomamos en el año, aunque las primeras fuera del país. La primera vez fue en mayo, cuando fuimos a Corn Island y si querés leer más sobre ésas, podés hacerlo dando clic aquí.
Y es que sí se debe planificar
No deja de sorprenderme cuando amigos y conocidos repentinamente deciden viajar de un país a otro porque encontraron una oferta, porque hay un concierto al que mueren por ir, o porque simplemente necesitan con urgencia salir a “airearse”. Y no me mal entendás, de ninguna manera estoy en contra de las promociones y descuentos: todo lo contrario, soy fiel creyente y hasta cazadora de buenas ofertas.
Lo que está mal es la falta de planificación, sobretodo cuando de dinero hablamos. Los jóvenes, especialmente, vivimos con el temor de morir mañana, de que la vida se nos acabe sin haber vivido realmente y disfrutado y esto lleva a la mayoría a los famosos gastos YOLO (you only live once, o en español, solo vivís una vez)… y a su correspondiente después un gustazo, un trancazo a su regreso.
Para mí, no hay nada más rico que irte de vacaciones sabiendo que tenés el dinero para pagar y que todo lo que hagás/comprés/pagués/salgás, está dentro de tu presupuesto. Y es por esto que, cuando hace un año tuve una conversación con mi novio sobre los viajes, decidimos comenzar a ahorrar desde ya. La plática fue algo así:
Yassir: «Ela, planifiquemos el otro año ir a ver a los Dolphins.»
Ela: «Ok, empecemos a ahorrar»
Bueno, está bien, probablemente fue una plática mucho más larga que ésa, pero vos entendés el punto ;). Yass ha sido fanático de los Miami Dolphins desde que tenía 12 años, por allá de 1995, y ve sus partidos toda la temporada regular –y los de todos los otros equipos que con sus pérdidas o triunfos pueden afectar el resultado de los Dolphins-. Mientras para algunos el sueño es ver jugar al Barcelona o Real Madrid, para él era ver a sus queridos delfines.
Así que como soy una excelente novia –y porque desde los 5 años he venido prácticamente cada año a Miami, ya casi por tradición- le dije “está bien, vamos”. Pero no hoy, no ahorita, no el próximo mes. No. Las cosas se hacen bien y cuando yo viajo quiero disfrutar sin restricciones y eso implica traer dinero. Así fue como hace un año decidimos que vendríamos a finales de noviembre a Miami con varios objetivos:
- Visitar a mi familia, lo que ya es casi una tradición para mí.
- Pasar thanksgiving acá… lo que iba a ser una primera vez para él.
- Comprar. Comprar. Sí, luego te cuento más de esto.
- Y, claro, ver a los Dolphins.
Hablemos de presupuesto
Seguro estás pensando que ésa debe ser mi palabra favorita y es que, ciertamente, yo sí creo que necesitamos un presupuesto para TODO: si lo hacemos para los gastos del día a día, ¿cómo no presupuestar un viaje que nos va a costar tanto dinero?
Así pues, cuando comencé a trabajar en el presupuesto del 2016, dejé un rubro dentro de la categoría del ahorro para este viaje. Ahora, aquí el quid del asunto está en saber cuánto necesitás ahorrar, ¿correcto? Pues bien, hice una tabla pequeña con los rubros de gastos que tendríamos en el viaje, que básicamente era:
- Boletos de avión.
- Entradas al juego.
- Comidas y salidas (no pagamos hotel porque nos quedamos con mi familia).
- Compra de regalos de navidad para la familia y amigos.
- Compra de ropa de todo el próximo año para mí.
- Compra de ropa de todo el próximo año para él.
Y, evidentemente, a cada uno de éstos se le asigna un monto. En mi caso, que soy medio exquisita para estas cosas, implicó tablas separadas con listas detalladas de lo que se iba a comprar y cuánto podría costar esto.
Para la mayoría de las personas que tienen un ingreso fijo y regular todos los meses puede resultar más fácil el ahorro porque cada mes pueden apartar lo mismo. En nuestro caso que los ingresos son variables es un poco más complicado porque cada mes es diferente. Si a vos te pasa lo mismo que a mí, te recomiendo tener tu meta de ahorro mensual fija y tratar de cumplirla; cuando no se pueda, pues ya sabés que los otros meses debés compensar con más.
En mi caso particular, después de varios años trabajando esta industria, sé más o menos cuáles son los meses mejores y cuáles los más bajos, por lo que le tiré una buena parte del dinero a esos meses en que yo sabía que sería más fácil.
Y una gran ventaja que tuvimos fue que en enero, 2 meses después de haber decidido hacer el viaje, salió una súper promoción en la que los boletos costaban $280.00 dólares. Como ya habíamos comenzado a ahorrar (y gracias también a los puntos acumulados con la tarjeta de crédito), teníamos lo justo para hacer el pago de ambos boletos a un precio menor del presupuestado ;). Pero, si no hubiéramos ahorrado y simplemente hubiéramos tarjeteado, entonces ¿dónde habría estado el ahorro? Lo más probable es que los intereses que habríamos tenido que pagar en la tarjeta se hubiera comido cualquier promoción… y eso es algo que le sucede a muchas personas.
Disfrutando el viaje
Estando en Miami hicimos lo que quisimos… y hasta más. Yo visité a mi familia y pasé tiempo de calidad con ellos, Yass conoció Miami y visitó a amigos que quería ver, experimentó un Thanksgiving acá y vio un juego de los Dolphins, y ambos compramos lo que necesitábamos y queríamos… todo bajo un presupuesto.
Una de las cosas más maravillosas cuando viajás es tener amigos y conocidos donde vas. Nosotros nos llevamos una linda sorpresa con Oscar y Génesis, Joan y Mayrela, Ronald (amigo de la escuela de Yass), la espectacular Grizelle, a quien conocimos en enero en Nicaragua y nos llevó a conocer el Miami Ad School. Quedamos enamorados de ese lugar. A mi primo Gilberto, quien se tomó un día para pasar con nosotros, lo disfruté como nunca antes. Sé que le dolían los pies de tanto caminar, pero siguió hasta el final :).
Cada uno de ellos tiene una visión diferente de Miami, por lo que cada quien nos mostró un lado distinto de esta ciudad. Incluso yo, que tengo 25 años de estar viniendo todos los años, me voy con un sabor de boca diferente y riquísimo de la ciudad del sol. Fui a lugares donde nunca había estado y vi una cara de la ciudad que jamás me hubiera imaginado. A ellos: ¡muchas gracias!
Seguro te estás preguntando cómo nos fue con los gastos, ¿no es así? Pues bueno, la maravilla de presupuestar con tiempo y en detalle es que podés atinarle con bastante certeza a los números.
Para lograrlo básicamente hice 2 cosas:
- Como mencioné antes, creé un presupuesto con varias tablas por rubro de gastos y uno general. El presupuesto general era un resumen alimentado por las otras tablas. Cada un de estas tablas eran:
- Lista de regalos navideños: con nombre de la persona, opción de regalo, monto mínimo y máximo a gastar, y monto gastado en realidad.
- Lista de compra Ela: con el concepto de lo que necesitaba comprar (por ejemplo: tennis para el gym), el monto que podía gastar en eso y, claro, el monto que había gastado en total. Esto sirve particularmente para cuando la compra no es de un solo artículo, sino que vas a comprar varias cosas, pues te permite llevar un control de cuánto has gastado y cuánto te queda disponible para ese concepto en particular ;).
- Lista de compra Yass: igual a la mía, pero con los conceptos de gatos que él necesitaba comprar.
- Gastos de salidas y otros: Que me permitía ir anotando las salidas con los amigos, los Uber que tomábamos, el café para cuando nos dio sueño, etc.
- Iba controlando esto día a día. Sí, día a día. De otra manera, es muy fácil pasarte del monto, especialmente cuando estás gastando con la tarjeta. Entonces, cada noche, cuando regresábamos a la casa, yo tomaba cada una de las facturas e ingresaba los datos en mis tablas de presupuesto creadas con anterioridad ;).
Si te estás preguntando por qué hacemos las compras acá, es muy sencillo: simplemente TODO es más barato. De haber comprado los regalos navideños allá, habríamos fácilmente gastado el doble. Y si hablamos de la ropa y zapatos que compramos para nosotros, los montos habrían sido absurdos.
Tomá en cuenta que para nosotros darnos este gusto, prácticamente no compramos nada de ropa en este año… y el objetivo es también no tener que comprar nada en el 2017 (hasta el próximo viaje) porque ya compramos lo que necesitamos.
Igual que nos pasó con el viaje a Corn Island, nos pasamos un poco, alrededor del 8%, lo cual no está nada mal. ¿Cómo vamos a pagar esa diferencia? Gastando menos en salidas en diciembre.
Y como este post se me está haciendo casi un testamento, me voy despidiendo de una vez… ¡y ahora toca planificar el próximo viaje del 2017! Finalmente, solo te recuerdo que los viajes y las vacaciones se deben de presupuestar SIEMPRE y esto implica saber retardar la gratificación de momento, para poder disfrutar más y mejor después. Claro, esto lo hago porque viajar es importante para mí y, como siempre digo: las finanzas personales son tan personales como tu huella digital, por lo que se trata de destinar el dinero hacia aquello que MÁS te importa y mayor felicidad de trae. En mi caso, viajar es una prioridad y, en el caso de Yassir, después de su hijo, también lo es. Es por esto que no tenemos problemas con dejar de hacer otras cosas durante el año.. tendremos una gran recompensa después.
Y para que veás cómo y cuánto disfrutamos nosotros, por acá te comparto un par de fotitos de los últimos 10 días.