¿Fondo de emergencia VS compra de seguros?

Blog ELA

El siguiente post es patrocinado por Seguros Lafise:

Como muchos sabrán, el pasado 12 de Noviembre estuve en Banco Lafise dando una charla para alrededor de 300 personas, completamente gratis. Estando ahí, una muchacha hizo una pregunta muy interesante y fue la siguiente:

“Cada mes trato de hacer mi presupuesto pero nunca me cuadra porque algo termina saliendo. ¿Cómo puedo hacer para controlar esos imprevistos y poder atenerme a mi presupuesto?”

La respuesta es que vos no podés controlar los imprevistos, por algo son imprevistos y es muy probable que prácticamente cada mes, algo suceda: una enfermedad, un choque, la muerte de un ser cercano, despido laboral, etc. Las posibilidades son muchas. Lo que sí podés hacer es estar preparado para este riesgo y esto lo lográs de dos maneras:

  1. Con fondos propios: a través de un fondo de emergencia, que podés leer en detalles aquí.
  2. Transfiriéndolo a terceros: por medio de seguros que te respalden financieramente en esos momentos de mayor necesidad.

A esta respuesta, suelen haber comentarios como: “el dinero que gano no me da para todo, no puedo ahorrar para diferentes metas y encima comprar seguros para cada parte de mi vida”.

Y sí, puede ser. Por eso, la semana pasada que escribí sobre el aguinaldo, recomendé precisamente que de los mejores usos que le podés dar al pago de este treceavo mes es comenzar un fondo de emergencia y/o hacerte de los seguros que necesitás en tu vida y no podés comprar con tu salario regular.

Ahora bien, entrando en detalles de los beneficios de uno y otro, analicemos 3 casos prácticos, que a casi cualquier persona le pueden suceder, y lo que pasaría teniendo un seguro contra lo que implicaría tener que pagarlo de tu bolsa a través de un fondo de emergencia o peor aún, endeudándote que es lo que solemos hacer.

Caso #1: Choqué

Dicen que con lo caro que está el combustible, las personas cada vez más, buscan carros económicos y que gasten poco combustible. Entre éstos, uno de los favoritos es el Hyundai Eon, que cuesta alrededor de $11,00.00 dólares.

Comprar un seguro que cubra los daños del vehículo y la responsabilidad ante terceros, costaría alrededor de $200.00 dólares anuales. Ahora imaginate que chocás y no es nada grave, un toquecito ligero te costaría repararlo en un taller entre $300.00 y $1,000.00 dólares.. solo con ese precio, ya pagaste el seguro. Ni se diga si estás hablando de un choque mayor, o una pérdida total, en el peor de los casos.

Ojo, si hay un coaseguro, te tocaría pagar alrededor del 20%-25% de la reparación. Pero aun tomando en cuenta este monto, con un seguro pagás mucho menos de lo que tendrías que desembolsar de golpe.

Por otro lado, con el seguro vienen servicios de valor agregado como la asistencia en caso de que te quedés sin combustible, la cerrajería si sos como yo y dejás las llaves dentro del carro, el cambio de llanta, servicio de grúa, paso de corriente y más.

Si me lo preguntás a mí, es mucho más fácil, cómodo y barato tener un seguro que te permite vivir con la tranquilidad de saber que estás respaldado, que tener que pagar de tu bolsa cada vez que algo ocurre.

Caso #2: Me caí en unas escaleras

Como he explicado en artículos anteriores (que podés leer aquí), el precio de un seguro de accidente va a depender de la suma asegurada. Para casos prácticos, asumamos una suma asegurada de $50,000.00 dólares, que te cuesta alrededor de $210.00 dólares anuales.

Por este precio, si llegaras a morir, tu familia recibiría $50,000.00 dólares y vos recibirás el 20% (es decir, $10,000.00 dólares) en caso de accidente, por ejemplo: si te atropella un carro o te caíste de unas escaleras.

La otra cara de la moneda es: ¿Cuánto pagarías vos en el hospital en uno de estos casos? Imaginate que tenés que hacerte una cirugía en la pierna, quedarte 3 días en el hospital y hacerte un par de sesiones en fisioterapia.

Con los $10,000.00 dólares del seguro estás más que cubierto y pagado con tu prima de solo $200.00 dólares; en cambio, si fueras a ponerlo de tu bolsa, pagarías unos cuantos cientos o miles de dólares –dependiendo de qué tan mal estás y del hospital- de un solo. ¿Tendrías para pagarlo o terminarías endeudándote?

Caso #3: Se me inundó la casa

De nuevo, el costo del seguro depende del valor de la casa. Tomemos una casa promedio de $50,000.00 dólares, cuyo seguro costaría $200.00 dólares anuales, es decir, menos de $20.00 dólares mensuales.

Con este precio, estás cubierto por huracanes, diluvios, incendios, huelgas, terremotos, etc. Ahora imaginá que con las lluvias, se te inunda la casa y, debido a esto, tenés daños: se te cae el muro perimetral (porque socavó la tierra y cayó el muro) y se te fregaron todos los aparatos eléctricos (refrigeradora, cocina, lavadora, cama, muebles, TV, etc.).

Recuperar todo esto te costaría varios miles de dólares. En cambio, con un seguro tendrías todo eso –y más- asegurado por tan solo $200.00 dólares anuales (y un poco más por tus bienes). Analizá: ¿Cuánto costó tu refrigerador? Probablemente el doble. Ahora imaginá lo que sería reponer todo lo demás.

Algunos seguros incluso traen beneficios adicionales, como son la remoción de escombros, alquiler de casa en caso que la tuya esté inhabitable, gastos médicos por accidente y más.

¿Solo compro seguros?

Con los cálculos que te acabo de dar, podrás ver que con alrededor de $600.00 dólares anuales –o $50.00 mensuales- tu carro, vida y casa están protegidos y cubiertos, y puede resultar muy tentador pensar que con los seguros es suficiente.

Después de todo, si sacás la cuenta de lo que gastaste en tu última emergencia, muy probablemente fue una suma mucho mayor. En otras palabras, con una sola cosa que te pase, ya pagaste el costo de que lo más importante en tu vida esté asegurado y pagado.

Sin embargo, no es así de simple. El fondo de emergencia es un ahorro que todas las personas debemos tener aunque ya hayamos adquirido seguros. ¿Por qué? Porque aun con los seguros hay deducibles y coaseguros que debemos pagar y para los que debemos tener un monto ahorrado. Además, otro tipo de emergencias pueden llegar para los que no estamos asegurados, pero sí tenemos la obligación de estar preparados. En resumen: los seguros hacen que el monto requerido sea mucho menor.

Ahorrar no es fácil porque implica separar dinero que podría gastar hoy y esperar a mañana para poderlo usar. Pero es más difícil todavía tener que pagar una emergencia de tu bolsa o a través del crédito: será un recordatorio de años del dolor que viviste y de la preparación que no tuviste.

La inversión en seguros y el ahorro para el fondo de emergencia no son opcionales, antagónicas, ni competencia: son complementarias. Y necesitás ambas cosas en tu vida para estar siempre financieramente preparado.

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