Testimonio | Cómo estamos saliendo de deudas empresariales y familiares

El artículo que leerás a continuación es un correo que recibí de Ilse, una de mis mimadas favoritas, quien nos cuenta la historia de cómo su familia contrajo deudas por el negocio y cómo en conjunto están trabajando para salir de ellas. ¡Realmente admirable!

Hola Ela. Te escribo por la encuesta acerca de nuestras deudas y cómo hicimos para tratar la afectación emocional que ellas conllevan.

Antes que nada quiero decirte que sos un ejemplo a seguir para mí, te admiro mucho y soy súper fan de todo lo que nos has regalado todos estos años.

Ahora soy menos activa en el grupo porque me has hecho ver que mi situación financiera depende únicamente de mí. No le trabajo a nadie más sino que soy mi propio jefe y el ganar o no ingresos mensuales depende de cuánto produzca. Por esto me hace más difícil dedicarle un poco de tiempo al grupo, pero quisiera que el grupo continuara… es una comunidad que me ha hecho reflexionar mucho y poner más los pies sobre la tierra, además es agradable sentirse más cerca tuyo, al menos por ahí.

Ok, regresando al tema de las deudas. Las deudas que yo he manejado han sido de dos tipos: una las empresariales de mi negocio y las personales. Las empresariales han sido las que más me han enfermado, las personales han sido bien pequeñas –no les quiero restar importancia por eso– y han sido más llevaderas.

Mi empresa es una empresa constructora que mi papá fundo en 1994. Yo soy arquitecta y siempre trabajamos juntos mi papá, mi hermana y yo –ellos son ingenieros civiles. Mi papá me asignó la parte administrativa desde el 2013, aún sin saber absolutamente nada de administración y en Diciembre del 2016 mi papá falleció así que nosotras heredamos la empresa y la gerencia me la asignaron a mí.

Desde siempre las deudas de la empresa han sido estresantes porque realmente nunca hemos tenido un capital propio. Nuestra gran fuente de financiamiento han sido las tarjetas de crédito y mi papá no era muy bueno administrando, no era irresponsable pero no planificaba tan bien el uso de los ingresos, ni llevaba un control de gastos, así que imaginarás el relajo que había y por años nos acostumbramos a pagar los mínimos en las tarjetas, sobre todo cuando las cancelaciones de trabajo se atrasaban más de un mes.

Te imaginás entonces el aumento de intereses y la cantidad de dinero que se nos ha ido en puras deudas. Estas tarjetas –Banpro, Bac, Bancentro, Ficohsa– son de mi mamá, ella es socia de la empresa pero se dedica a una actividad totalmente diferente y nunca se involucró en la empresa, pero que es una mujer híper responsable, excelente clienta de los bancos, ahorradora y buena administradora de su dinero. Ella es quien ha puesto desde siempre a nuestra orden las tarjetas y por años a la pobre le tocó asumir gran parte de las deudas para no perder sus créditos, cuando nosotros nos encontrábamos sin contratos.

Así que eran varias afectaciones emocionales:

1. El estrés de tener deudas.

2. La afectación emocional hacia mi mamá, que siempre se quedaba con la incertidumbre de si íbamos a poder hacer frente o no a estas deudas.

3. El no saber si le íbamos a reponer a ella su dinero.

4. La relación como familia que se miraba súper afectada por este tema.

5. La desconfianza hacia nosotras.

6. Tener que pagar ella una deuda que no era de ella.

7. Obviamente acá entraba también el tema de no tener nosotros ingresos y ¿qué hacer?

Nuestra salud física vivía horriblemente afectada: gastritis, migrañas, mal humor, depresión, angustia, ansiedad, sobrepeso, etc.

Cuando yo asumí la administración de la empresa comencé por hacer el trabajo hormiga de llevar un mejor control de los gastos de la empresa, los fijos, directos e indirectos de los proyectos, saber a dónde se nos estaba yendo el dinero.

Al mismo tiempo llevar un control de los contratos vigentes, fechas proyectadas de ingreso de pagos, por ende un programa de pagos de gastos fijos y salarios en base a las fechas proyectadas de ingresos supuestos.

Eso nos ayudó a ir amarrando mejor el dinero y no gastar sin pensar tanto en qué y cuándo. También nos ayudó a ir planificando mejor el abono a las deudas. De hecho, logramos en diferentes años saldar las deudas en su totalidad hasta 3 o 4 veces, cuidado más, para poder volver a usar las tarjetas ya que era nuestro único recurso de financiamiento.

Pero esta vez planificando mejor en qué fechas usar las tarjetas por los cortes y planificando mejor el saldar esos montos. Gracias a eso, los bancos tienen a mi mamá como una cliente estrella y sus tarjetas han aumentado su techo increíblemente, la de Banpro incluso es tarjeta negra. Porque a los bancos les hemos implicado gran ganancia en el uso de ellas.

Yo siempre he tenido problemas emocionales de diferentes tipos y desde mi época en la universidad me acostumbré a asistir regularmente al psicólogo para ayudarme a sanar y hace cuatro años yo hablaba del tema relación mamá-familia por el tema de las deudas.

Creo que era lo que más me afectaba, la desconfianza que habíamos ganado de mi mamá, y recuerdo que la psicóloga me dijo algo que hasta el día de hoy me ha ayudado muchísimo: «mostrale resultados, cada vez que les preste dinero hace recibos formales y cuando le paguen igual hace recibos formales».

Antes no llevábamos de manera formal ese tema. Ninguno de nosotros sabía cómo administrar ni cómo hacer correctamente el papeleo para llevar unas finanzas/contabilidad bien.

Lo hice. Comencé a crear yo mi propia papelería para este fin y llevar un mejor control de nuestras deudas con ella. Eso, de hecho, nos ayudó muchísimo para que tanto ella como nosotros viéramos que sí íbamos avanzando en el tema del orden y de ir saldando las deudas con ella.

Cuando mi papá falleció, ese año estábamos cerrando con un pasivo de medio millón de córdobas por acumulación de intereses. Mi papá falleció el 10 de Diciembre del 2016 y el lunes 05 de Diciembre, justo el día que lo estábamos hospitalizando, un cliente nos estaba notificando que habíamos ganado una licitación de un proyecto de construcción de 3 millones con ellos.

Eso implicó que, cuando él falleció, nos tocaba reunirnos con el cliente para ver si ambos estábamos dispuestos a seguir con el proyecto dado que legalmente las cosas habían cambiado. Ahora él ya no estaba y la documentación legal para el traspaso de gerencia ni siquiera estaba inscrito aún en el Registro. Los directivos decidieron continuar con la contratación y darnos tiempo para poner en regla ese trámite legal y llegamos al acuerdo de dar inicio a la obra el 19 de Diciembre sin recibir adelanto ya que nuestra parte legal aún estaba en el aire, y a sabiendas que el primer pago vendría hasta Febrero del 2017.

Recuerdo que eso implicó que mi hermana y yo nos preguntáramos con seriedad si estábamos en capacidad de hacer eso, qué tanto nuestras líneas de créditos –proveedores de materiales y la mano de obra– iban a permitirnos eso. Y afortunadamente y gracias a la confianza que les hemos dado, tanto nuestros proveedores como nuestros obreros aceptaron apoyarnos, y darnos un crédito de más de 30 días para poder hacerle frente a este proyecto.

Nuestro objetivo era poder saldar las deudas, la ganancia de este proyecto nos iba permitir hacerlo o al menos saldar una muy buena parte. Así que a pesar del duelo y la depresión en la que estábamos por el fallecimiento de mi papá, mi guía, mi maestro, decidimos seguir adelante y volcarnos de lleno a este proyecto.

Fue una obra que terminó en Abril del 2017, y como con cualquier proyecto de construcción nos tocó enfrentar de todo, incluso sub-contratistas que nos hicieron mal ciertas cosas y asumirlas nosotros para no quedar mal con el cliente. Como en muchos casos, ya para finalizar el proyecto, la cancelación se atrasó 60 días. Así que no pudimos saldar en su totalidad la deuda, pero sí una gran parte y luego de ese proyecto hicimos dos obras más con privados: la remodelación de clínica dental y la construcción de una piscina, rancho y servicio sanitario para una socia de Dismedical.

Con esos tres proyectos logramos bajar la deuda enormemente, nos quedó pendiente únicamente 4 mil dólares, pero nuestra estrategia fue no pagarnos salario nosotras dos, todos los gastos reducirlos a la mínima expresión, cumplir obviamente con el pago a todos nuestros proveedores y obreros –eso es prioridad número uno para nosotras. Así que de esa manera logramos avanzar tanto en el pago de la deuda.

Ya esos 4 mil dólares que estaban distribuidos entre cuatro bancos –tarjetas– los consolidamos con un sólo préstamo de BDF que le ofrecieron a mi mamá –ella es la que tienen un récord crediticio tan genial que nada le niegan los bancos–, con una tasa baja que nos permite pagar una cuota de $160.00 dólares mensuales y que al día de hoy ya abonamos extraordinariamente mil dólares adelantados. Siempre apretándonos la faja a la máxima expresión.

¿Ahorros? Mi hermana y yo tenemos muy pocos ya que no hemos tenido un salario desde hace más de un año, mi mamá tiene mucho jajajajajajaja. Pero es invaluable la tranquilidad que hoy sentimos al tener una deuda uffff súper manejable y mucho menor a la que estábamos acostumbradas y el orden es lo que nos ha hecho tener mayor confianza para planificarnos y saber que pronto saldremos de esos saldos.

Además, nuestra relación se ha fortalecido al ver con qué responsabilidad le hemos hecho frente al problema y también hemos afianzado mucho más la confianza entre nosotras. Mi hermana y mi mamá confían mucho en mí y mis criterios porque además llevo bien sistematizado el control de todo en la empresa.

En el plano personal solo debo C$2,000.00 córdobas que voy pagando poco a poco, y lo que se me ha hecho hiper difícil es llevar control de mis gastos, es un hábito que me ha costado mucho tener por el simple hecho que olvido anotar, pero estoy poniendo todo mi esfuerzo en ello. Quiero tener una vida tranquila y para eso necesito tener mayor control de mis decisiones financieras personales.

Y esta es un poco de nuestra historia Ela, en cuanto a deudas, heavy lo sé. Pero al menos hemos sacado grandes lecciones, enormes, sobre todo a poner más los pies sobre la tierra.

Ahora nuestra lucha es ampliar el abanico de clientes, emprender otro negocio más que nos permita tener ingresos fijos sí o sí, sin cerrar la constructora.

Gracias por leerme, no sé queé tanto podamos ser nosotras ejemplo de algo. El día de la conferencia en LAFISE yo te dije que me habíaa quedado con las ganas de decir algo y te lo voy a decir acá.

La mayor lección que yo he aprendido en todos estos años de altos, bajos, grandes ingresos, muchas deudas, no tener ni un solo peso, siendo una empresa familiar es que no hay como trabajar con personas en quienes confiás plenamente. Para algunos, como nosotros, esos son tu familia y nadie más, para otros, amigos, o socios que se conocieron con los años.

Mi papá era mi mentor y aunque él definitivamente no lo sabía todo, es quien me enseñó a ser responsable y a asumir con honorabilidad mis compromisos, sobre todo en el plano profesional.

Mi hermana ufff, pasó de ser la niña chiquita fastidiosa a quien me obligaban a cuidar, a ser mi mejor amiga, mi socia y la persona en quien más confío. Ella es cuatro años menor que yo y no dudo por un segundo en sus capacidades como ingeniera civil y la integridad que tiene. Sé que juntas podemos –y lo hemos hecho– salir de deudas, y construir un mejor futuro para ambas.

Mi mamá, ¿qué sería de nosotras sin nuestra madre? Mi mamá es quien ha velado porque podamos darnos el lujo de hacer lo que nos gusta aún a pesar de lo que le hemos costado económicamente. Mi madre es mi heroína.

Esto no todos lo tienen y me hace comprometerme aún más como mujer, ser humano y familia con ellas y lo que sea que hagamos. Me hacen ser mejor persona.

Saludos.

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