Sí, los accidentes pasan

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¿Cuándo fue la última vez que te accidentaste? ¿Que te caíste? ¿Te quebraste algo? ¿Te deslizaste? Aunque no es algo que pasa todos los días, cuando sucede, el precio que pagamos, suele ser caro.

Y antes de adentrarnos en tema, aclaremos lo que es un accidente en materia de seguros: acto o hecho que deriva de una causa violenta, súbita, externa e involuntaria que produce daños en las personas o en las cosas. Es también sinónimo de siniestro o avería ¿Qué quiere decir esto? Que fue ocasionado por algo externo a vos y que no podías controlar. 

Así, si por cosas de la vida, un día se te ocurre subirte a una cuerda floja a ver qué tal te va y resulta que te caés, por más que estés asegurado no podrías hacer valer tu póliza, pues claramente te estás exponiendo al peligro… por tu propia voluntad. Diferente es que de manera ocasional te subás a una moto, bicicleta o bote y algo te suceda: eso sí es un accidente. 

Si de por si en Nicaragua no estamos culturizados en temas de seguros, la póliza de accidentes es de las que raras veces escuchamos u optamos. Sin embargo, es tan o más importante que las demás. Si te caés de tu bicicleta y te quebrás un brazo, tus gastos están cubiertos. Si jugando tennis sufrís una lesión en la pierna, también estás cubierto. ¿La buena noticia? Es de las pólizas más baratas que hay. Te sorprenderás al conocer los precios.

Sí, los accidentes pasan:

Todos conocemos y hemos escuchado de personas que han sufrido terribles accidentes y sus consecuencias. El problema es que lo vemos tan lejano que, erróneamente, queremos pensar que eso solo le pasa a los otros…como si nosotros estuviésemos blindados. Por esto, yo te quiero contar tres casos de personas cercanas a mí que tuvieron accidentes y lo que sucedió por tener o no tener un seguro.

Caso #1

La universidad donde yo estudié la carrera en México tenía tres pólizas de seguros que todos los alumnos, obligatoriamente, debíamos comprar: una de vida en caso de que quien pagara la colegiatura muriera, para que tus estudios quedaran garantizados, una de gastos médicos y una póliza de accidentes. Resulta que uno de mis compañeros de clases tuvo que hacer uso de la segunda, la póliza de gastos médicos.

Luis era un chavalo de 20 años, sano y que hacía mucho ejercicio. Un día, mientras estaba en el gym, le comenzó a doler la cabeza, se fue a su casa, se bañó y de repente cayó. ¿Qué le pasó? Tuvo un derrame cerebral. Algo que a esa edad, nadie se espera.

Como podrás estar suponiendo, dejó de ir a clases durante mucho tiempo y aunque los doctores le habían dicho que nunca iba a poder terminar, después de un tiempo regresó y finalizó la carrera. Todos los gastos asociados al derrame y la rehabilitación fueron cubiertos por el seguro, de no haber tenido esta póliza de gastos médicos, difícilmente su familia habría podido pagarlos y él no habría podido terminar su carrera.

Pero él no fue el único. Un año antes, una chavala que estudiaba derecho, se deslizó por la lluvia mientras subía unas escaleras a un tercer piso para ir a clases y se quebró una pierna y varias costillas. Gracias a la póliza de accidentes, no tuvo que pagar nada por consultas, medicina, radiografías ni rehabilitación. 

Caso #2

Tengo un hermano de 16 años que durante muchos años jugó fútbol en el colegio. Como te imaginarás, si los niños, normalmente, juegan, corren y se caen, cuando forman parte de un equipo de fútbol, los accidentes son mayores. Resulta que durante la primaria se quebró el brazo derecho dos veces , el izquierdo una vez, la muñeca una más y, en adición, se hizo esquinces y dobladuras unas cuantas veces más. 

En cada accidente salía mi mamá corriendo a recogerlo y llevarlo al hospital para pegar las partes. Muy sabia mi madre, conociendo el hijo que tenía, siempre compraba la póliza de accidentes escolares (que tienen un valor alrededor de los U$10.00) al comienzo del año y el monto de las primas que pagó fue mucho menor que el haber tenido que cubrir cada quebradura  y caída por separado.

Caso #3

Una muchacha de 30 y algo de años usaba su motocicleta para ir de un lugar a otro. Un buen día, resbaló por el mal estado de la carretera y cayó al suelo. ¿El resultado? Trauma en la rodilla derecha. Ella había pagado $39.95 por su póliza anual y la compañía le pagó U$1,000.00 por el accidente. ¿Verdad que vale la pena?

Y, ¿de cuánto estamos hablando?

Como mencioné al comienzo, es de las pólizas más accesibles. A continuación una tabla con algunos precios del mercado nicaragüense para que te des una idea. Tené en cuenta que la prima a pagar va a depender de la suma asegurada (es decir, el monto que te entregarían en caso de invalidez total o a tus familiares en caso de tu muerte) y del porcentaje de reembolso de gastos médicos que escojás. 

Un punto importante a mencionar es que esta prima también depende del riesgo al que estás expuesto: por ejemplo, la prima de un oficinista es más baja que la de un electricista,  porque el grado de riesgo que corren es muy diferente.

seguro de accidente

En conclusión, aunque no nos guste pensar en los accidentes, no podemos dar por hecho que nunca nos pasará nada. Tené presente que la suma invertida en una prima de seguro de accidente es tan solo una fracción de lo que tendrías que pagar si algo te llegara a suceder. Es decir, el costo tan bajo de la inversión en este seguro, en relación con el beneficio obtenido en caso de hacer uso, justifica su compra desde cualquier análisis financiero. Por eso siempre aconsejo que nunca olvidés que todo seguro más que un gasto, es una inversión.

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