Cuando pensar fuera del molde implica “vender”

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Éste es un post invitado de Diana Ramírez. Coach de Organizaciones No Gubernamentales y Fundadora de CoachingONG. Si te interesa escribir un post en Plata con Plática, escribime a [email protected] y con gusto lo publicamos, el único requisito es que sea relacionado a finanzas personales y no haya errores ortográficos.

Hola Colega,

En esta entrada quiero compartir este paradigma que muchas veces frena la creatividad y las “alas” de las personas y organizaciones.

Desde hace un tiempo atrás, me dediqué a analizar a organizaciones (con o sin fines de lucro) y personas exitosas, personalidades políticas, personalidades faranduleras y hasta religiosas, a nivel nacional e internacional.

Lo que tienen en común –el éxito- en sus respectivos ámbitos es que todas estas personas venden.

¿Qué es lo que venden? Productos, servicios, ideologías, causas sociales, estilos de vida y más…

Entonces, si estas personas “venden” y son exitosas por ello, por qué nosotros tenemos esa vergüenza interna de salir a “ofrecer _________ y solicitar __________ a cambio de ello”.

En el mundo profesional en el que me desenvuelvo, el de las organizaciones sin fines de lucro, la palabra vender está casi que satanizada.

A menudo escucho estas expresiones:

Yo estudié mucho para ser un vendedor
No puedo estar pidiendo a la gente, prefiero hacer un trabajo de escritorio
Las ventas son exclusivas del sector privado –con fines de lucro-

¿Has escuchado alguna de estas expresiones? ¿O la has pensado en tu interior? Creo que al menos las dos primeras expresiones, te resultarán bastante familiares.

Lo que la mayoría de la gente no comprende, o se resiste a ello, es que todas las personas, en todo momento, venden.

1. Un niño que quiere que sus padres le compren un juguete deseado, suele vender: cariño, promesas de buen comportamiento, etc.

2. Un peluquero que recomienda a su cliente un cambio de look para mejorar su apariencia vende: un escenario futuro + un servicio de la peluquería.

3. Un banquero que se reúne con inversionistas interesado en desarrollar un proyecto en el país vende: escenarios favorables para el inversionista + servicios del banco.

4. Una ONG que se presenta a una convocatoria de proyectos vende: intervenciones sociales de impacto + servicio de la ONG.

5. Un candidato presidencial en plena campaña de elecciones vende: ideologías + promesas de gobierno.

6. Un empleado que quiere un ascenso laboral vende: promesas de rendimiento mayores + servicio profesional.

Es muy fácil identificar las situaciones en la que todos y cada uno de nosotros vendemos, solo es ponerse a pensar en las transacciones que hago (lo que ofrezco a cambio de algo que deseo).

Como en este blog está orientado al manejo de finanzas personales, ahorro, generación de ingresos y demás, es importante detenernos a pensar:

¿Es realmente malo y poco profesional vender para generar ingresos?

En cualquier trabajo que te encontrés – o más aún si estás desempleado – la venta tanto de habilidades personales, de causas sociales, de servicios o productos es una necesidad para generar los recursos necesarios para llevar adelante nuestros objetivos y metas.

Para terminar esta entrada, te pregunto: ¿Estás dispuesto a vender?

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