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Este mes cumplo 7 años blogueando de finanzas personales. A este punto, cuando una persona me pregunta algo a través de redes sociales, puedo dirigirlos a alguno de los más de 700 artículos escritos. Y es que, realmente, después de haber escrito tanto, ¿qué me podrían preguntar que no haya escrito ya?
Hace unos días, gustosamente, me di cuenta que aún hay preguntas sin responder. Y es que una chavala, a través de Instagram, me preguntó lo siguiente:
Y entonces me di cuenta que sobre esto no hay mucho. Hace unos años escribí sobre el presupuesto ideal de un joven, siempre aclarando que las finanzas personales son personales y, por tanto, los porcentajes deberían ser usados solamente como guía y no como ley.
Luego, hace unos meses, le dediqué este súper post con lagrimita incluida a mi hermanito bebé que había conseguido su primer trabajo. Pero tampoco podría decir que es un paso a paso para organizarte.
Así que este artículo, con consejos claros, concisos y directos para chavalos y chavalas que tienen su primer salario se hace justo y necesario.
Una de las interrogantes que tenía esta chavala y que he visto en muchísimos casos de jóvenes universitarios o recién egresados y que viven en casa de sus padres es: “no tengo gastos”. ¡Falso! Todos tenemos gastos.
Lo que pasa es que quizá no los hayás cuantificado porque hasta este momento tus papás cubrían todo y es difícil darse cuenta de lo que cuestan las cosas hasta que le toca a uno sudar el salario y pagar billete sobre billete, jajaja.
Lo bueno de todo esto es que ella se está preocupando por su vida financiera justamente con el primer salario, ¿te imaginás dónde estaríamos si todos comenzáramos así? Unas finanzas saludables se basan, no en el ingreso, sino en la creación de buenos hábitos –algo que sé ella entiende muy bien- por lo que, si comienza desde ya, aun con un salario bajo, podrá mantenerlos cuando gane más y más.
Y ahora sí: ¿cómo hace una chavala para crear buenos hábitos financieros, organizar sus finanzas y estirar su primer salario? Acá el paso a paso.
¿Y sabés cómo se hace eso? Tan-ta-ta-tannnn: con un presupuesto. Empezá con el pie derecho eliminando ese tabú que hay alrededor de esa palabra y ¡hacelo cada mes!
Al estar comenzando y no tener grandes responsabilidades, la cantidad de rubros de gastos será pequeña y por lo tanto fácil de seguir.
Uno de los errores es pensar que el presupuesto es solo para los “gastos de adulto responsable”. Por ejemplo: la renta, el agua, la luz, la comida, etc., y que si vivo con mis papás, pues no hay nada que presupuestar.
En realidad, el presupuesto es para todo: para lo importante, lo necesario, lo superficial, lo banal y lo innecesario. Al final, no es más un plan para tu dinero y cada quien decide cómo y en qué lo quiere usar.
Si tus papás no te piden que pagués nada en la casa, bien podrías ofrecerte a pagar al menos un recibo, para ir creando esa responsabilidad. Si no, de todas formas hay que pensar y presupuestar el resto de tus gastos.
Acá una idea de qué podrías estar incluyendo. OJO: es solamente una guía y vos podrías tener más o menos gastos que éstos. Lo ideal es que pensés en tu día a día, cómo vivís tu vida y vayás identificando en qué gastás.
¿Cómo hacerlo?
Una de las razones por las que el presupuesto no le funciona a tantas personas es porque no siguen lo que planean.
De nada te sirve armar tu presupuesto (ver punto anterior) si luego te vas a dedicar a actuar como alcalde de pueblo invitando a todo el mundo, yendo de fiesta en fiesta y gastando como si no hay mañana. Este comportamiento es precisamente lo que tiene a muchas personas 10 años mayor que vos, quebradas ;).
Así que una vez tengás tu presupuesto armado y ajustado a tu vida, seguilo. La mejor manera de hacer esto es en dos pasos:
Al menos el 10%. Al menos.
Si no tenés mayores responsabilidades y no tenés que aportar nada en tu casa, es el momento PERFECTO para comenzar a crearte este hábito y engordar a tu chanchito.
En dependencia del resto de gastos que tengás, bien podrías apuntar a ahorrar un 25% de tus ingresos. ¿Por qué tanto?
Nunca voy a olvidar cuando estaba en la Universidad y la coordinadora de la carrera, que nos dio una clase de análisis financiero, nos decía:
Este es el momento para que se lancen a emprender, a invertir. No tienen grandes responsabilidades, por lo que si quiebran, lo peor que les puede pasar es quedarse viviendo en casa de mamá y papá.
¡Cuánta razón tenía! Ya cuando uno tiene cuentas que pagar e hijos que mantener, la cosa es más difícil, el miedo es mayor y el dinero disponible mucho menor.
Así que el momento es ahora. Si no te va como pensabas, al menos te quedarán lecciones invaluables que te servirán para lanzarte después o como simples aprendizajes para toda tu vida.
Si me dedicara a hablar de errores financieros, podría pasar horas en ese tema.
Ahorita, con tu primer salario, tenés la oportunidad de comenzar desde 0 y hacerlo bien.
Sé que cuesta, pero sí es posible aprender de los errores de otros.
Acá una lista de los 9 errores financieros más comunes que cometen los jóvenes.
Y acá una lista de los 20 errores financieros más comunes que cometemos ya de adultos: como verás, a medida vamos creciendo, más errores vamos cometiendo ;).
Lo más importante de todo esto es que siempre mantengás presente que tus finanzas son personales y que para sacarle el jugo al dinero debés comenzar por conocerte. Solo así podrás usar tu dinero en aquello que más te importa (independientemente de lo que dicte la moda y los acechos del bombardeo publicitario) y sentir que cada mes le sacás el jugo.
¿Conocés a jóvenes que están por comenzar a ganar dinero? ¡Compartiles este artículo para que comiencen con el pie derecho!
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