Tu presupuesto debe ser flexible, no rígido

La mayoría de personas cuando piensan en un presupuesto, automáticamente piensan en rigidez, inflexibilidad o algo que está fijo y debe cumplirse a como dé lugar para tener unas finanzas personales saludables. Pero esto no es del todo cierto.

Claro, el otro extremo tampoco es sano: no crean que los estamos enviando a gastar a lo loco y no intentar cumplir su presupuesto. No se trata de eso.

¿Entonces, cómo? Verás, el presupuesto no es una ley, no es tu Dios y no está escrito en piedra. Más bien vos te servís de ese presupuesto y lo usás para lograr las metas financieras que querés.

 

Por tanto, así como vos y tu vida van cambiando, tu presupuesto también debe hacerlo. Por ejemplo, si te casás, te mudás con tu novio, o te divorciás todo eso viene con cambios en tu estilo de vida y por tanto en tus formas de gastar.

Es por esta razón que cuando me piden montos o porcentajes para establecer en sus presupuestos, no me gusta hacerlo: si lo pensás, nunca va a ser igual el presupuesto de alguien con hijos y familia, que el de una persona soltera y sin hijos. Acá podés leer un ejemplo.

Pero no creás que solo pasa en los grandes cambios de la vida que son fáciles de identificar, también sucede en el día a día, en una quincena o en un mes.

Un presupuesto flexible para el día a día

Por ejemplo, si a un familiar cercano le dio COVID y querés ayudarlo con los gastos en las medicinas, eso probablemente es un gasto que no tenías planificado, entonces en ese mes tu presupuesto va a cambiar.

Tus ingresos no van a variar (al menos que realicés un trabajo extra), pero como ayuda a ese familiar es importante para vos, vas a destinar dinero para eso y no lo habías presupuestado. Te toca reorganizarte en el momento y decidir qué rubros van a reducirse. Quizás el ahorro ya no va o el abono extra del carro tendrá que esperar, etc

Incluso tu presupuesto puede cambiar por una razón que puede sonar frívola. Imaginate que de pronto te salió la oportunidad de irte de viaje, quizás te dan unas vacaciones en el trabajo, tenés el dinero y es algo que querés hacer, entonces recortás gastos en otro lado y te tomás esas vacaciones.

Lo que vayás a recortar depende enteramente de vos. Claro, no deberías posponer el pago de tu deuda o la cuota mensual de la tarjeta de crédito, porque entonces no vale la pena endeudarte más, o que suban los intereses por realizar gastos que no tenías presupuestado.

Al menos que sea una emergencia, y no contés con el fondo de emergencia, probablemente en este caso no te quedará otro camino más que la deuda. ¿Ya viste por qué es importante el fondo de emergencia? Si todavía no lo tenés, es momento de comenzarlo.

Una sola forma de lograr un presupuesto flexible

¿Sabés cuál es la única manera de no equivocarte a la hora de reajustar tu presupuesto ? Es llevar todo el control de gastos diarios para así estar consciente de cuánto has gastado en el mes y qué de los gastos básicos o prioritarios te faltan por realizar.

De esta forma vas a tomar decisiones realmente consciente de tu situación financiera, para no hacer cambios que luego te perjudiquen en el balance final del mes.

La flexibilidad del presupuesto también aplica al ahorro para una meta. Por ejemplo, una vez tuve una clienta que en sus metas anuales planificó comenzar un posgrado y ahorró dinero para eso.

Pero resulta que cuando ya tenía el dinero, le salió la oportunidad de montar un negocio, entonces decidió que le gustaba más esa idea y pospuso lo del posgrado para más adelante.

Aunque en su presupuesto ya tenía una meta específica, las personas estamos cambiando todo el tiempo, así pues cuando cambiés de opinión sobre una meta, perfectamente podés redirigir ese dinero para algo que te ayude a crecer y te haga más feliz en ese momento.

En resumen, no tengás miedo de hacer cambios en tu presupuesto, ya sea por una novedad grande en tu vida (como tener un hijo), o por cosas más pequeñas (una enfermedad leve de tu mascota), lo realmente importante es llevar el control de tus gastos. Esa es la información que necesitás para hacer esos cambios con seguridad, sin miedo a que eso afecte tu balance de la quincena, mes o del año.

Recordá que el poder no está en seguir una estructura, sino en entenderla y adecuarla a tus necesidades, para sacarle el mayor provecho para TU VIDA.

Y si por miedo a la rigidez que pensabas era un presupuesto te has rehusado a hacer uno, hoy puede ser el día perfecto para comenzar a hacer cambios en tu vida financiera. Aquí podés descargar gratuitamente el de Plata con Plática:

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