Las mayores mentiras financieras que nos decimos

Con el cebo de una mentira se pesca una carpa de verdad”. William Shakespeare. Y así como sucede con las mentiras regulares, las mentiras financieras que nos decimos a nosotros mismos o a otros, dicen más de lo que podemos imaginar.

Nos guste o no, y lo aceptemos o no, TODOS nos hemos auto-engañado en algún momento de nuestra vida. Desde algo tan básico como jurar y perjurar que el fulanito SÍ era enamorado tuyo en la secundaria mientras te ignoraba (es que era tímido, ¿no?), hasta cosas más grandes como cuando te fumás 4 cajetillas de cigarro el 31 de diciembre porque el 1ro dejás de fumar… sí, todos sabemos cómo termina eso.

Luego están las mentiras financieras, que no son más que excusas que decimos para no hacer lo que debemos. Y lo interesante sobre las mentiras es que muchas veces iniciamos sabiendo que no son reales… pero con el paso del tiempo las decimos tanto y nos las repetimos en la mente tantas veces que terminamos por creérnoslas, castrando en el camino nuestros propios sueños.

Nos auto-engañamos para justificar las elecciones que hacemos, nuestra actitud, comportamiento y, por qué no, evitar algunas responsabilidades o tomar el camino más duro, pero que suele ser el que realmente vale la pena.

Sin mayor preámbulo, te quiero presentar las mayores mentiras financieras que he escuchado en las charlas y talleres que doy, así como las que he leído y detectado en redes sociales. ¿Tu trabajo? ¡Identificarte en las que aplicás!

Mentiras financieras comunes

1. No necesito un presupuesto.

Aquí hay diversas mentiras en una. Hay quienes dicen que ganando tan poco no merece la pena hacer uno; quienes dicen que como tienen un salario alto, no hay necesidad de acomodar gastos; y un tercer grupo que cree saber exactamente en qué gasta y que, por tanto, no necesita un presupuesto.

¿La realidad? TODOS necesitamos un presupuesto, porque éste no es más que la manera de decirle a tu dinero a dónde vos querés que vaya. Y si aun no has hecho uno, hacé clic acá para descargar uno.

2. Solo necesito un mejor salario.

Y vemos aquel incremento salarial como el balde de monedas al final del arcoíris. No pensamos en nuestros malos hábitos financieros, falta de presupuesto, compras innecesarias, cero cultura de ahorro y constante ceder a la gratificación instantánea.

Aunque mayores ingresos significa mayores oportunidades, el dinero por sí mismo no tiene la capacidad de cambiar tu situación financiera. Eso solo lo podés hacer vos a través de tus hábitos. Entonces, dejando las mentiras atrás, ¿el problema es el dinero? ¿O sos vos?

3. Cuando gane más comenzaré a ahorrar.

Suelen haber muy buenas intenciones con esta mentira, de verdad que sí. Realmente nos creemos que en cuanto ganemos más, el dinero se comenzará a acumular en nuestra cuenta de ahorro. ¡Falso!

Cuando finalmente te dan un aumento o cambiás de trabajo, ¿qué creés vos que es lo primero que aumentás? Pista: no es el ahorro o la inversión. Es el gasto.

Sin ánimos de sonar como disco rayado, el ahorro es un asunto de hábito, no de monto (de cuánto ganás), así que cuando éste sea una prioridad en tu vida, separar un monto cada mes será no-negociable.

4. La deuda es un mal necesario.

Ni siempre es un mal, ni siempre es necesario. Acá la mentira que nos decimos y andamos gustosamente diciéndole a los demás es que “al crédito es la única manera de hacerte de tus cosas”, ¿es o no es? ¡Pues no es!

Primero, al crédito NO es la única manera de comprar, porque si tenés dinero para hacer pagos mensuales a una casa comercial (acá podés ver cuánto terminarás pagando), también tenés dinero para ahorrar y comprar de contado.

Segundo, no siempre es un mal, porque si usás el crédito a tu favor, podrías estar financiando parte de tus inversiones que te traerían más dinero.

5. Pasaré la tarjeta y la otra quincena pago.

Ibas caminando por determinado centro comercial, viste algo que te encantó y estaba en descuento, entraste en pánico porque no tenías dinero para comprarlo y decidiste usar tu tarjeta de crédito para pagar la siguiente quincena.

¿Qué te hace pensar que si no tenés el dinero hoy, sí lo tendrás en unos días? ¿Qué será diferente? Aun cuando seás capaz de pagar esta compra particular, probablemente terminés usando la tarjeta para compensar otras compras/gastos en el camino. Esta suele ser la fórmula para comenzar a acumular deudas.

6. Solo los ricos pueden hacer dinero.

La fórmula para generar riqueza es sencilla. Se resumen en no gastarte TODO lo que ganás, ahorrar una parte y cuando estés listo, invertir para que esto se multiplique. Luego repetís el proceso una y otra vez.

¿El problema? Muchos creen que para invertir debés haber nacido en una cuna de oro y que para ahorrar el dinero te debe sobrar. Muy pocos están dispuestos a recortar gastos innecesarios para ahorrar y luego invertir.

Entonces no, no solo los ricos pueden hacer dinero… aunque ciertamente para ellos sea más fácil. Se trata de hacer tu plan financiero, invertir, diversificar y no creer en recetas milagrosas.

7. Luego pagaré lo que saqué de mis ahorros.

La típica aquí es que ya tenés tus ahorritos y de repente sale algo que, además, suele no ser tan necesario, te acordás de ese dinero y te decís a vos misma “me voy a auto-prestar y luego lo repongo”. No tengo ni que decirte cuál es el resultado, ¿verdad? Como te he dicho muuuuuuchas veces, esos auto-préstamos rara vez son auto-pagados.

Y sí, hay más, en definitiva hay mucho más que esto. Probablemente vos te has dicho al menos una o dos de estas mentiras en algún momento… o estés en estos momentos viviendo una de ellas.

Más allá de aceptar que te has estado mintiendo, lo importante es identificar la razón y darte cuenta que sí podés hacer las cosas de una manera diferente. Se trata de tomarlo como lecciones aprendidas, seguirte moviendo y tener una mejor salud financiera.

 ¿Cuáles de estas mentiras financieras te has dicho? ¿Qué te ha impedido lograr? ¿Con qué otras mentiras financieras te has auto-justificado?

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