La creencia general de los que compran al crédito es: “esta es la única manera de hacerme de mis cosas”. Incontables veces he escuchado esta frase –o algo muy parecido- de amigos y compañeros de trabajo, que creen firmemente que comprar al crédito es la única manera de comprar.
Tiendas como El Gallo más gallo, El Verdugo, La Curacao, Copasa, Tropigas, etc. se especializan en vender sus productos en cuotas pequeñitas, que “no se sienten”… me pregunto yo si sumándolas todas –durante 12, 18 ó 24 meses- realmente la gente no las siente.
Es muy cierto que el promedio salarial en Nicaragua no es muy alto, y que comprar camas, cocinas, mesas, electrodomésticos, etc. al contado, muchas veces implicaría destinar nuestro salario de varios meses juntos sólo para esa compra: algo imposible! Así, empezamos a merodear estas tiendas en busca de algo que mejore nuestro estilo de vida, con el pensamiento de que si queremos salir adelante, nos tenemos que sacrificar. ¿Y cuál es ese sacrificio? Comprar al crédito.
Ahora, yo les pregunto: ¿Qué pasaría si en lugar de pensar que el sacrificio es la tasa de interés, consideráramos que el sacrificio fuera ahorrar un poco cada quincena? La gente dice que no tiene dinero para comprar de contado, ¿cómo es entonces que terminan teniendo dinero para pagar mucho más comprando al crédito?
Entre los peores artículos que se pueden comprar bajo esta modalidad están los celulares, específicamente los smartphones que tan de moda están en estos momentos. Desde hace un par de años que los Blackberry entraron al mercado, el número de personas que ves con la cabeza agachada caminando –porque siempre están pegadas al celular- va en aumento. El problema de comprarlos al crédito en “100 pagos semanales que no se sienten” es que para cuando terminaste de pagar, tu fabuloso celular ya es obsoleto y vos querés comprar el nuevo que salió… caemos en un círculo vicioso, víctimas de la tecnología, pero sobre todo de las apariencias.
En un afán de convencerlos todavía más del dinero que están regalando a bancos y tiendas, me puse a investigar un poco sobre la diferencia de precios en un mismo producto, por comprar al contado o al crédito. El siguiente es un ejemplo real de una de estas tiendas, cuyo nombre voy a omitir (recomendación de mi amiga la abogada, que dice que me pueden demandar por hablar mal de una marca… o algo por el estilo).
En fin, como me dijo uno de ustedes, que tiene experiencia en este tipo de compras: “Es notorio que muchas veces los vendedores de estas casas tratan por todo los medios de llevarte al camino largo de 12, 18 y hasta 24 meses, pues obviamente su comisión es mayor, mucha gente cae en eso porque su cuota es pequeña”.
En conclusión: de la misma manera que tenés dinero para pagar la cuota de tu compra, tenés dinero para ahorrar con antelación ese mismo monto, por un tiempo menor y comprar de contado…. Como resultado, te evitarás el estrés de pensar que tenés que pagar, y no le regalarás tu dinero ni al banco, ni a las tiendas 😉
.¿Y vos? ¿Qué compras has hecho en estas tiendas y cuánto más has terminado pagando? ¿Sentís que valió la pena?