Tu turno: hablar sobre el futuro financiero de tus padres

 

Estando a 14,000 km de distancia, mi mamá y yo nos escribimos correos a diario para estar en contacto. Nuestras conversaciones van desde “ayer no salí y dormí todo el día” hasta “estoy trabajando en una propuesta laboral”. El otro día me contaba que se había reunido con “las muchachas”, su grupo de amigas que son tan cercanas, que las veo más como mis tías que como sus amigas, y que discutían sobre comprar seguros de vida o planes de retiro; esto me hizo pensar que no tengo ni idea de cuál es la situación financiera en la que ella y su esposo se encuentran y por eso escribo este post.

¿Y ustedes? ¿Han tenido la “la plática” con sus padres? Creo que hablar con tus padres sobre sus finanzas es tan difícil como hablarle a los hijos de sexo, e igualmente importante. Es necesario saber cuál es la situación financiera en la que se encuentran: ¿tienen ahorros para el retiro? ¿Un seguro de gastos médicos? ¿Un testamento? La expectativa de vida ha ido aumentado a través de los años, por lo que un plan financiero para la tercera edad debe cubrir por lo menos hasta los 90 ó 95 años.

Entre más sepás de la situación financiera actual de tus padres y sus planes en el futuro, mejor te vas a poder preparar y más les vas a poder ayudar durante su envejecimiento. Por esto, pasar un momento incómodo ahora les puede traer a todos –a vos y a ellos– la tranquilidad y seguridad que necesitarán más adelante.

Lo más difícil siempre es empezar la conversación. Tené en cuenta que años atrás la gente hablaba menos de dinero que ahora, por lo que para muchos de nuestros padres, compartir detalles de su vida financiera no es cosa fácil; si usás un tono muy suave te pueden mandar por un tubo diciéndote “no te preocupés por nosotros”, y si usás un tono muy fuerte pueden sentirse ofendidos y  hasta llegar a creer que estás detrás de la herencia.

Así, podés romper el hielo hablando de vos, de tus planes, de lo que vos estás haciendo, ahorrando, invirtiendo, etc., y de tu situación financiera en general, pues siendo honesto y abierto con ellos, sentirán que ellos también pueden serlo con vos. Cada familia es diferente y tienen por tanto, distintas necesidades. Sin embargo, algunas de los temas que podés tocar son:

  • ¿Tienen suficiente dinero ahorrado para vivir el resto de su vida? Y si no lo tienen, hay que encontrar la manera de llenar la brecha. Es importante conocer nombres de los bancos y números de cuentas.
  • ¿Han hecho planes para cuando no puedan valerse por sí mismos?
  • ¿Dónde tienen su dinero invertido? ¿Están obteniendo la máxima rentabilidad posible?
  • ¿Tienen seguros? ¿Qué tipo de seguros? ¿Cuánto les cubre el seguro?
  • ¿Dónde quieren vivir en el futuro? ¿En la misma casa de ahora? ¿Con vos? ¿En un lugar más pequeño?
  • ¿Tienen un testamento preparado? ¿A quién van a dejar como apoderado de atención médica?

Envejecer es ley de vida, por lo que en algún punto, tus padres van a necesitar de tu ayuda en asuntos médicos y financieros. Si tus papás tienen más de 60 años, es posible que haya llegado la hora de hablar con ellos sobre su situación financiera. A medida que pasan los años, nuestras capacidades físicas y mentales se van deteriorando, volviéndose cada vez más difícil el hacerse cargo de las finanzas; las posibilidades de que enfermen, sufran una incapacidad, o sean susceptibles de robos y fraudes aumentan, por lo que será más fácil intervenir y ayudar cuando sea necesario, si has hablado con ellos antes sobre su situación financiera. ¡Estar preparados nunca está de más!

Finalmente, es importante recordar que aunque les podés ayudar, sigue siendo su vida. Por lo que debés aprender a respetar sus derechos y deseos –así no te parezcan a vos-, darles el mayor control posible sobre sus activos, involucrarlos en todas las decisiones y siempre mantener tu dinero separado de el de ellos.

¿Y vos? ¿Has hablado de dinero con tus padres? ¿Conocés cuál es su situación financiera?

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