Amor en tiempos de vacas flacas

La mayoría de las parejas tienen discusiones, pero son los los argumentos financieros los que a menudo tienen un efecto duradero en una relación.

Varios estudios han encontrado una correlación entre los desacuerdos financieros y el divorcio, y estos argumentos también afectan a las relaciones en otras etapas. Según una investigación realizada por la Universidad del Estado de Kansas, las peleas sobre el dinero son el predictor #1 de divorcio.

Esto se puede deber a que se necesita más tiempo para recuperarse de una discusión sobre dinero que sobre otras temas de discusión y, además, éstos suelen disminuir la satisfacción de la pareja.

Dado que estos problemas pueden causar el divorcio o el final de una relación, es importante arreglarlos para evitar discusiones innecesarias. Y resulta que muchas provienen de situaciones en las que se siente que falta dinero: «amor en tiempos de vacas flacas».

A continuación los tres casos de discusión sobre dinero más comunes y cómo lidiar con ellos:

1. Tus objetivos son diferentes

Parecería lógico que las parejas hablemos de dinero y discutamos qué se quiere lograr en la vida y cómo usarlo para sacar mayor provecho, pero muy pocas veces sucede.

Y cuando no platicamos y ponemos las cartas sobre la mesa, cada uno puede estar en el rincón de su cabeza pensando qué va a hacer con su dinero…mientras el otro está pensando algo totalmente diferente.

El resultado es que cuando finalmente se dan cuenta que cada uno está ahorrando por su lado para su meta en particular, las chispas comienzan a salir y se hace más difícil ver la posición del otro o entender por qué esa meta es diferente.

Solución: Las pláticas y citas financieras con tu pareja deberían comenzar desde antes de casarte, cuando ya sabés que la relación va para largo. Pero si no has comenzado, es momento de hacerlo. Por más duro que sea hablar de dinero, es más difícil y doloroso aun, ver una relación terminada por no haber hablado a tiempo.

En este post podés leer: cómo hacer citas financieras. 💟

2. Juegos de poder

Éstos suelen ocurrir cuando él trabaja y ella no; cuando ella está trabajando y él está desempleado; o simplemente cuando uno gana mucho más que el otro.

Solíamos pensar que siempre era el hombre quien ganaba más y, aunque ciertamente aun existe mucha disparidad entre los géneros, cada vez son más las mujeres  que traen más dinero al hogar.

El caso es que independientemente de quién sea, cuando una de estas situaciones está presente, quien gana más puede llegar a sentir que tiene el derecho de dictar y dirigir las decisiones financieras, minimizando el actuar y pensar de su pareja.

Solución: Probablemente sea más fácil de decir que de hacer, pero al estar en una relación, ambas personas deben estar claras y conscientes que ganar más dinero no te hace “el jefe” o “la jefa del hogar” y que las decisiones se deben tomar en conjunto.

3. Tienen personalidades diferentes

Ya en ocasiones anteriores he mencionado que en asuntos de finanzas personales hay diferentes personalidades: algunos son ahorradores, otros gastadores, otros compradores compulsivos o deudores. Bien dicen que de todo hay en la viña del Señor.

Y como solemos buscar a un opuesto, lo más probable es que tu media naranja tenga una manera bien distinta de pensar cuando de dinero se trata. Como resultado de esto, pueden surgir muchas discusiones sobre qué hacer con el dinero: ¿lo ahorramos para el fondo de emergencia o nos vamos de vacaciones? ¿Cambiamos de carro o salimos de deudas?

Solución: Lejos de verlo como una razón más de discordia, hay que pensarlo como un beneficio de complementariedad. El ahorrador extremo puede aprender a disfrutar un poco más de la vida en el presente, mientras que el comprador compulsivo o gastador podría bajarle a los gastos y prever para el futuro.

Acordemos estar en desacuerdo

El otro día vi un meme en las redes sociales que decía algo así:»es que yo sé que no entendés lo que te estoy diciendo, porque si lo entendieras estarías de acuerdo conmigo». Inmediatamente se lo enseñé a don princeso y le dije: «¡Ves! Esto es lo que yo siento».

Pero el caso es que usualmente creemos que la única manera de estar bien es estar 100% de acuerdo en todo… y francamente es difícil. Somos personas diferentes, con raíces, culturas, costumbres y maneras de ver la vida distintas y, por tanto, es normal que incluso en asuntos de dinero, no veamos las cosas igual.

En casos así, en los que ya discutiste, le mostraste a la otra personas tu punto de vista y simplemente no pueden estar de acuerdo, entonces es mejor decir:

Estemos de acuerdo en estar en desacuerdo y listo, te amo.

Aunque es importante discutir los temas de dinero, también hay que saber reconocer cuándo estas pláticas son importantes y si el punto que están tocando es tan solo un detalle, entones quizá es mejor dejarlo pasar acordando estar en desacuerdo.

No permitás que el dinero sea una razón para estar lejos o molesto de tu amado tormento, mejor usalo a tu favor para que en conjunto logren las metas que se proponga. Que la plata sea una aliada en sus vidas y no un enemigo. 

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¿Y vos? ¿Qué problemas de dinero has tenido con tu pareja? ¿Algunos de estos se te hacen común? ¿Cómo los han atacado?

 

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