Recetas para cuando la vida te hace comer mi€rd4: levantar los 3 yunques

«Quizás en lo más hondo, lo que más terrible nos parece sólo ansía nuestro amor.» Rainer Maria Rilke.

¿Cómo te sentirías si un dolor no desaparece? Digamos un dolor de muela o de cabeza. Algunos lo hemos creído experimentando el luto, es una sensación desoladora, pero está en nuestra mente y es un importante enemigo a vencer para poder salir del dolor de una situación difícil.

En un artículo anterior, te compartí algunas ideas para sacar el elefante del salón, para que si en tu equipo de trabajo, familia o grupo de amigos, hay alguien pasándola mal puedas ser de apoyo. Te animo a probar, acompañar a alguien que la esté pasando mal, además de ser una experiencia humana, que puede ser de ayuda para la persona que sufre, va a convertirse en una gran herramienta de transformación para ti.

Este artículo lo quiero dedicar a otro asombro que me fue de gran ayuda cuando enfrenté un luto profundo con la pérdida de mi mentor. Según el psicólogo y escritor estadounidense Martin Seligman, hay tres factores clave que son un obstáculo importante para lograr superar el luto.

Te los comparto aquí y luego te daré algunos consejos que me sirvieron:

1️⃣ La personalización: la creencia de que es nuestra culpa.

2️⃣ La generalización: la creencia de que lo ocurrido afectará a todas las áreas de nuestra vida.

3️⃣ La permanencia: la creencia de que las secuelas de lo ocurrido durarán siempre.

Reconocer que los acontecimientos negativos no son personales, ni generales, ni permanentes disminuye las posibilidades de caer en una depresión y mejora la capacidad para superarlos.

A continuación te explico más de cada uno:

1. La personalización: es la idea de sentirse responsable de lo que nos sucedió, por ejemplo, nos culpamos por no haber dejado un reloj que nos robaron, haber viajado cuando alguien que queremos fallece, tomar la decisión equivocada que nos cuesta dinero, confiar en la persona que nos traicionó. n temas un poco más complejos, suele pasar que una persona abusada sexualmente, se siente responsable por lo que le sucedió. 

También nos culpamos por aceptar ayuda, por la incomodidad de los amigos que nos acompañan o el desvelo de los que nos asisten en una enfermedad, pedimos constantemente perdón o nos pesa ver a las personas que pensamos que hemos afectado.

Otro ángulo es pensar que sólo nos ha pasado a nosotros, que es algo parte de una maldición, indisposición de Dios, castigo o karma, en particular contra nosotros. Esto empeora la situación aislándonos emocionalmente, provocando un peso adicional en nuestra psique, que genera dolor innecesario y parte de nuestro mal manejo del dolor.

2. La generalización: un duro golpe que provoca dolor y personalización, nos pone inseguros, dejamos de creer en nuestras capacidades en otras áreas diferentes de la vida. 

Una primera pérdida desencadena segundas pérdidas; nos hace vacilar a la hora de tomar decisiones, a veces reduce nuestra autoestima y esto hace que nos cueste ponerle valor a nuestro trabajo o producto que vendamos. Al sentarse en una negociación, estaremos más proclives a ceder condiciones, pactar por menos de lo que en otra ocasión habríamos aceptado.

En temas personales, cuando chocamos con nuestro vehículo, quedamos un tiempo inseguros al conducir, si es en bicicleta, también produce resultados similares. Después de un divorcio o un fracaso doloroso de pareja podemos generalizar y creer que no volveremos a encontrar una pareja de valor o que el amor no es para nosotros.

Sólo en Estados Unidos según un estudio publicado por Jane E. Dutton, Kristina M. Workman y Ashley E. Hardin, se pierden 75 mil millones de dólares por la pérdida de productividad generada por este fenómeno.

3. La permanencia: pensar que el dolor se mantendrá para siempre, que no vamos a recuperarnos de cualquiera que sea la pérdida que hayamos sufrido. 

Si el dolor proviene del fallecimiento de un ser querido, pensar que no estará en fechas importantes en el futuro.i es el final de una relación, que no vamos a encontrar otra persona. Si es  la pérdida de un negocio, que no vamos a ser emprendedores nunca más, etc. 

A esto los psicólogos le llaman “predicción afectiva” que es la previsión sobre cómo nos sentiremos en el futuro, y demuestran que tendemos a sobreestimar durante cuánto tiempo nos afectarán los sucesos negativos. 

En un estudio documentado por los psicólogos Daniel T. Gilbert, Elizabeth C. Pinel, Timothy D. Wilson y Stephen J. Blumberg, se pidió a algunos estudiantes que se imaginasen que su relación sentimental se acababa y que predijeran cuán infelices se sentirían dos meses después. A otros estudiantes se les pidió que dieran cuenta de su felicidad dos meses después de una ruptura real.

Aquellos que habían vivido una verdadera ruptura eran mucho más felices de lo que esperaban. Esto suele pasar también en algunos casos, con las situaciones estresantes, les damos un valor mayor que el que tienen y tendrán en el futuro. Imaginamos finales fatales, que nunca llegan en realidad.

Algunos consejos que puse en práctica y me sirvieron a mí:

☑️ Como en todos los grupos de ayuda para superar una adicción, recordar o desarrollar el espacio para acercarnos a un poder superior, que nos haga sentir pequeños, que nos recuerde nuestro verdadero tamaño e importancia, que nos haga sentir parte de un todo mayor, da perspectiva.

☑️ Confiar en nuestra naturaleza humana. Los psicólogos explican que tenemos una especie de “sistema de regeneración emocional” por decirlo de alguna manera, que va a sanar nuestro dolor, pero debemos apoyarlo con otros insumos.

☑️ En el libro “El poder de la Vulnerabilidad”, Brené Brown, se comenta que en su estudio le pidió a las personas que comentaran un episodio de su vida que les provocara mucha vergüenza y que desde su perspectiva, sólo ellos hubieran vivido. 

El episodio que menos se repetía, lo hacía 4 veces. La conclusión es que ninguna crisis es exclusiva de nuestra vida, otros la habrán vivido y superado.  Reconocer esto da esperanza, levanta un peso de nuestra psique. 

Si te es difícil de creer, te invito a que escojas una persona a la que le tengas confianza y le cuentes lo que te está afectando. Doy varios consejos útiles para este punto en otro artículo sobre “hacer clinch”. Porque es importante que la persona con la que nos abramos, se lo merezca y sepa cuidar nuestra intimidad; hablar tiene un poder importante en reducir el peso de nuestras circunstancias.

☑️ Depende de lo que estemos viviendo, buscar grupos dónde exista la confianza y vulnerabilidad de expresarnos-. Siempre alguien va a tener una experiencia de cómo superar lo que estamos viviendo que nos sirva. Si tenemos la capacidad, podemos influir en nuestras oficinas, emprendimientos o equipos, para que se den espacios de conversaciones abiertas y honestas. ara la pandemia, varias empresas en Nicaragua dieron ayuda psicológica a sus colaboradores. Tener un liderazgo con orientación a la gente ayuda mucho. 

En Estados Unidos, antes de la pandemia, solo el 60 por ciento de los trabajadores en el sector privado disfrutaban  de días de baja pagados, y habitualmente se trata de solo unos cuantos. Cuando vuelven a la oficina, la pena puede alterar su rendimiento.

☑️ Abrazar el dolor. os momentos difíciles van a sacar lo mejor y lo peor de nosotros, como dice Pema Chodron, autora y budista tibetana, “nos enfrenta a nuestros demonios.” 

Reconocer que estamos vulnerables, aceptar las condiciones que la vida nos trae, es un proceso de desarrollo de humildad y reducción de ego. Como dirían los filósofos estoicos: “es libre el que libremente obedece, lo que necesariamente sucede”. 

No controlamos la vida, sólo podemos trabajar sobre nuestra percepción y reacción, ¿va a ser esta inteligente o visceral? Y si no fue la mejor reacción al principio ¡no importa!, pero aprendamos y crezcamos.

☑️ Tengamos autocompasión, si una persona querida se nos acerca, llorando desolada, no vamos a maltratarla, le daremos un abrazo y acompañaremos. Y si nosotros fallamos, lo personalizamos, como si de alguna manera pensáramos que somos perfectos. Tratémonos con amor, aceptemos por más responsables que seamos de nuestra situación, que siempre hay oportunidad de redención. 

☑️ Cuidemos nuestro lenguaje. Cuando digo “cuidemos”,  es que seamos conscientes de las palabras que usamos. Según Seligman -el psicólogo que les mencioné al inicio del artículo-, las palabras siempre y nunca indican generalización y permanencia. Prácticas de respiración, que interrumpan las crisis de ansiedad y dolor. Hay muchas en las redes que puedes revisar y adoptar, prueba, no te vas a arrepentir. A mí la respiración Wim Hof me fue de gran ayuda, la convertí en un bastón importante, acompañada de oración y visualizaciones.

☑️ Agradezcamos por lo que tenemos, no nos concentremos en lo que perdimos. ograr ver el vaso medio lleno ayuda a ser más resiliente y volver a la felicidad más rápido. 

Sólo en Estados Unidos, una economía que percibimos como estable y a sus ciudadanos como seguros económicamente, un 60%o de ellos ha sufrido un revés que ha amenazado su capacidad para llegar a fin de mes y 1/3 no tienen ahorros, lo cual les hace estar en una situación de vulnerabilidad constante y no tener la capacidad de reaccionar a un problema que rompa su equilibrio. Si podemos ver lo que sí tenemos, y agradecer por esto, lograremos ser más felices.

☑️ Finalmente, podemos ser proactivos, prepararnos constantemente para ser ¨inquebrantables¨ como dice mi amigo y co-host Jose Bolaños. 

Hay infinidad de prácticas que se pueden hacer, pero en general, buscar incomodarnos, levantarnos temprano, hacer ayuno o comer menos, arreglar la cama, hacer limpieza, pero con conciencia, la comodidad es un terrible obstáculo para la resiliencia y el crecimiento de verdad.

«La seguridad antes que el peligro es la madre de la cobardía.» Liz Greene.

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