Testimonio: Me endeudé por endeudar a otras personas

Éste es un post invitado de un lector, quien nos ha pedido mantener su nombre oculto, pero sí compartir su historia con los demás. Si te interesa escribir un post en Plata con Plática, escribime a [email protected] y con gusto lo publicamos, el único requisito es que sea relacionado a finanzas personales y no hayan errores ortográficos.

ANTES

Hola Elaine, al leer esta historia tal vez quedarás sorprendida, vos sabrás qué título ponerle, pero yo le llamaría «Endeudado por endeudar a otros»; dejame decirte que al redactar esta carta, lágrimas de mis ojos ruedan por mis mejillas al recordar todas las acciones que me llevaron hasta donde estoy en estos momentos.

Soy un joven de 25 años, recién casado (hace dos años), y una preciosa hija de 1 añito de edad, vivimos con mis padres, tengo un trabajo fijo, estoy pagando un terreno en donde pienso construir mi casa. Hasta el momento todo va bien, pero una ocasión, una idea se me vino a la mente: TRABAJAR EN EL MUNDO DE LOS PRESTAMISTAS, SER UNO DE ELLOS.

En mi centro de trabajo miraba cómo estas personas se lucraban con dinero de los demás trabajadores y llegaban en «camionetones» con las tarjetas de los trabajadores que parecían «baraja de naipes». Yo vi esto como una oportunidad y me dije: Me vuelvo prestamista, presto a una tasa de % más baja, genero dinero extra y construyo mi casa mas rápido. ¡En qué momento se me vino a la cabeza esta mala idea!

Le comenté a mi esposa todo lo planeado y me dijo: es riesgoso, no lo hagamos.. pero yo de terco le decía que no se preocupara, que todo iba a salir bien. Tomé un préstamo personal con un banco nacional, el cual tenía un convenio con la empresa donde trabajo, por lo que no se me hizo difícil adquirirlo, y empezaron los primeros $2,000.00 dólares.

Comencé a «regar» el dinero y ya tenía mi cartera de crédito, lo que recuperaba iba colocando y todo se miraba bonito.

Pasaron dos meses y todo iba perfecto. Había adelantado el pago de las cuotas del terreno que había adquirido y hasta me di mis lujos saliendo de vacaciones y disfrutando de hoteles y restaurantes. Hasta que un día comenzaron a caer las recuperaciones, la gente no me pagaba, no recuperaba nada y se acercaban más personas a pedirme un préstamo.

Como no recuperaba mi dinero y quería hacer más prestamos, fui a una casa comercial en donde prestaban dinero en efectivo «solo con mi cédula» y cayó el segundo préstamo: C$35,000.00 córdobas. Yo no le contaba nada a mi familia que me estaba yendo mal con recuperar mi dinero prestado y que había adquirido un segundo préstamo, sin embargo la gente no me seguía pagando. Yo no miraba el dinero en mis manos, ya eran dos cuotas que tenía que garantizar cada fin de mes y las tenía que cubrir con mi salario porque no estaba recuperando nada del dinero prestado.

Mi esposa no miraba el dinero en casa y comenzó a sospechar y me preguntaba que dónde estaba todo el dinero recuperado, y que qué hacía con mi salario. Yo solo le decía que todo lo que recuperaba lo iba colocando en más prestamos.

Mi bebé pequeña necesitada de leche, pañales y todas las cosas necesarias para un bebé, el pago de la cuota del terreno y otros gastos me fueron imposibilitando pagar las cuotas de los dos préstamos que había adquirido y entonces dejé de pagar.

Cuando llegaron los cobros administrativos a la empresa comencé a preocuparme y al ver mis estados de cuenta casi me desmayo. Al sacar cuentas para ponerme al día en ambos créditos ¡tenia que pagar cerca de C$30,000 .00 córdobas! Busqué otra institución financiera y cayó el tercer préstamo: C$30,000.00 córdobas. (Esto tampoco se lo conté a mi familia, tenía miedo que supieran el problemón en el que estaba metido.

Para acabar la situación, con el tercer crédito que obtuve, me puse al día con los dos primeros y ahora tenía tres créditos por los que responder.

Comencé a desesperarme, mi negocio de prestamista se había venido al suelo, mi salario a duras penas lograba pagar una o dos cuotas de mis préstamos, hasta que un día me llamaron de una casa comercial diciendo que si no me ponía al día iban a llegar a mi casa de habitación.

A duras penas compraba la leche de mi hija, a veces no tenía para el pasaje a mi trabajo, tenía meses que no compraba ni un par de calcetines simplemente porque no tenía dinero. No compraba comida, ni pagaba luz ni agua ya que mis padres me apoyaban en eso. No me imagino si no hubiera tenido ese apoyo.

Con mi mente llena de voces diciéndome: ¿que hago? ¿Y ahora? En mi desesperación corrí a una casa comercial, saqué un electrodoméstico al crédito y luego… ¡lo fui a empeñar a una casa de empeño! No sé ni cómo llamarle a eso que hice.

Con el dinero del empeño me puse al día con uno de mis tres préstamos.

Para mi familia todo me estaba yendo de maravilla con mi negocio, pero yo por dentro no dormía pensando en mis deudas, en todo mi dinero perdido, y tener que lidiar con mentiras para que mi familia no se diera cuenta de lo que me estaba pasando.

Mi estado de salud comenzó a deteriorarse, en tan solo un mes mi ropa no me quedaba, había bajado más de 20 libras de peso, no comía y solo lloraba a escondidas preguntándome a mí mismo a qué hora me había metido a todo esto.

Cuando pensaba que nada se podía poner peor, un día al llegar de mi trabajo, encuentro a mi esposa enojada y llorando. Me dijo que me sentara y me mostró un cobro extrajudicial que decía que si no pagaba o me ponía al día, la recuperación iba por la vía legal. Le dije que se calmara que iba a explicarle todo.

Cuando le terminé de contar mi situación a mi esposa, con lágrimas en mis ojos, CASI PIERDO MI MATRIMONIO POR MIS DEUDAS, me dijo que se iría para donde su mamá ya que no le estaba dando las condiciones de vida necesaria a ella y a mi bebé, y regresaría hasta que arreglara mi vida financiera.

Hasta ese entonces me di cuenta que tenía un problema muy grande de deudas, me sentía entre la espada y la pared, mi esposa se fue a casa de mi suegra con mi hija, desesperado buscando ayuda por todos lados y de donde fuera encontré a Plata con Plática, donde me enteré que existen muchas personas que luchan con las deudas. El día que descubrí la pagina pasé toda la noche leyendo los post y los consejos.

Espero poder encontrar un respiro a mi vida financiera  muy pronto, y decir que todo esto ocurrió por una idea mal organizada y poco profesional.

AHORA

Ahora lloro de felicidad y entusiasmo. Cuando encontré tu blog, me di cuenta que sí se puede vivir en un mundo sin deudas y que existen herramientas y consejos para salir de ellas. Dejame decirte también que con la ayuda de Dios sabés sobrellevar tus cargas y cansancios.

Lo primero que hice fue darme cuenta de mi realidad: ¿A quién le debía?, ¿Cuánto debía?, ¿Por qué debía? Hice números y realmente me sorprendí cuan alta suma llegaba.

Comencé a ordenar mis deudas desde la más pequeña hasta la más grande. Como estaba atrasado en mis cuotas, eran constantes las llamadas a mi celular con los cobros y lo que hacía al respecto era apagar mi teléfono. Me di cuenta que eso era un error.

Me puse en contacto con los bancos, en uno de ellos hice un arreglo de pago y en otro me hicieron una reestructuración de crédito. ¡Ahora ya estaba al día! Comencé a elaborar mi presupuesto y a ser muy consciente en cada uno de los rubros.

Platiqué con mi esposa, le dije que necesitaba su ayuda ahora más que nunca y ella volvió.

Buscábamos la manera de generar ingresos extras: En la casa ubicamos un negocio de lácteos (Venta de queso, crema, leche), hacemos fritanga los fines de semana y en mi trabajo (con permiso de mi jefe) vendo boquitas (Sándwich, Galletas, bocadillos). Era cansado hacer todo esto, pero era necesario si quería salir adelante.

Dejé los malos hábitos, los gastos hormigas, los viajes innecesarios en taxis, dejé de comprar la comida en el trabajo, etc…

Comencé ver la luz del día. En mi presupuesto me di cuenta que me quedaba algo de dinero luego de hacer todos los pagos, y decidí ahorrarlo, aperturé una cuenta de ahorro con el «quitamelo que me lo gasto».

Hace unas semanas compré una alcancía en donde me propuse depositarle C$50.00 córdobas diarios con el propósito de tener buen dinero ahorrado para Diciembre para las compras navideñas, ya que con mi aguinaldo pienso cancelar dos deudas.

En fin, ha sido un camino largo y cansado, pero ya logro ver la luz al final del túnel, Este diciembre salgo de dos deudas, y pienso seguir pagando con el método Bola de Nieve. Hasta he podido comprar algunos materiales de construcción para mi casa y eso me motiva a seguir pagando mis deudas hasta salir de ellas.

No te miento, a veces me siento cansado, estresado, pero con la ayuda de Dios entendí que no hay problema que no se pueda resolver y estoy infinitamente agradecido por tu valioso apoyo que ha sido de mucha ayuda para mí, es una experiencia que jamas olvidaré. He cambiado como persona, soy más sensible, he aprendido a manejar el dinero y no malgastarlo y sobre todo mi meta: vivir en un mundo sin deudas.

Saludos.

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