Consolidación de deudas: ¿Un salvavidas financiero?

El siguiente artículo es patrocinado por BAC

Cómo todo en la vida, las finanzas también tienen esos extremos que al final terminan no siendo tan distantes. Existen las personas que tienen una vida sana -financieramente hablando- porque tienen un control de gastos, su presupuesto mensual está bien estructurado, cuentan con fondo de emergencia y se dan sus merecidos “gustitos” que a todos nos atraen. Vamos a suponer que ese es el extremo “A”.

También existe el otro extremo, que podemos llamarle “B”, el de los números rojos, los gastos excedidos en comparación a los ingresos mensuales y lo que quizás muchas personas tienen, pero no porque sea bueno: la temida “deuda” 😢. Lo cierto de esto, es que a las deudas se llegan por dos razones:

  • Dificultad para leer y/o supervisar los gastos, de manera que un estado de cuenta termina siendo similar al Algebra Baldor o las formulas complicadas de la fisica.
  • Seguir gastando descontrolodamente, con sentido de culpa -en ocasiones- pero sin poner el límite principal ¿estoy ganando lo suficiente para gastar tanto?

Estar en el extremo B, trae muchas complicaciones no solo en tus números, sino también en tu vida personal, con tu pareja y hasta tu salud. Lo importante de estar en este punto y aunque parezca un consejo trillado, es reconocer que estás ahí y es momento de darle vuelta a la página y tomar acción por ello. Por eso te voy a dejar aquí una ruta, que podrías tomar para hacer ese movimiento, del punto B, al punto A.

La primera parte es importante, porque debemos preguntarnos; ¿qué debo?, ¿a quién le debo?, y la más importante ¿cuánto debo? Esto te va a permitir proyectar montos que incluso no podemos recordar, ni de cuándo fueron, pero al ponerlos en una hoja o un excel, comienza a fluir la claridad y te prepara para tomar acción.

La segunda parte puede que te suene muy común, quizás es como la biblia de los financieros, pero es también necesario realizar tu presupuesto mensual, porque fuera de tus deudas, están los pagos mensuales que van “de cajón” y siempre tienen que cubrirse. Por ello, al realizar el presupuesto, te podrás dar cuenta lo que podés utilizar para pagar deudas o bien, de dónde hay que ajustar cinturón o incluso cerrar fugas de dinero que se van en los gastos hormigas.

Y la tercera parte, una personal o incluso diversa para apagar el fuego es el método de bola de nieve, también te he comentado sobre el método avalancha, pero si considerás que estás verde aún en el proceso de apartar tres abonos para tres distintos acreedores, con tres sumas diferentes, la consolidación de deudas puede ser tu opción viable.

En palabras cortas y sencillas, la consolidación de deudas, es una de las soluciones más comunes que los bancos te ofrecen y la gente toma, porque consiste en agarrar una sombrilla, meter todos los montos o deudas existentes, para que, con este crédito de un banco, podás manejarlo en uno solo de forma ordenada y programada.

¿Qué debés tomar en cuenta al momento de solicitar una consolidación de deudas?

Esto lo podés hacer a través de un préstamo de consolidación de deuda y una de las cosas importantes, es que a pesar de sentirte con el agua hasta el borde, no hayas caído en mora. Es decir, seguís cumpliendo con tus responsabilidades. Por eso, con esta solicitud debés prestar atención a otras aristas, que quizás antes no considerabas:

  1. Las tasas de interés son muy parecidas a las de un préstamo personal. Por ende, es probable que sean más bajas que las que tenés actualmente con tus deudas dispersas (por ejemplo en tarjetas de crédito, extrafinanciamiento, líneas con casas comerciales, financieras o deudas médicas). En el largo plazo, esto te puede generar pagar menos que lo estimado.
  2. Tu nivel de deuda no debe ser tan alto con respecto a tus ingresos; es decir, que si una persona debe 10 veces su salario, probablemente ningún banco quiera consolidar tus deudas. Sin embargo, si tu nivel de deuda está por arriba de tu salario cuatro o cinco veces, entonces es probable que si seas candidato a una consolidación.
  3. También debe considerarse el tiempo que puede ser más conveniente para vos, que te permita salir de la deuda, de manera que se ajuste a tu presupuesto mensual. Debes tener cuidado con esto, porque también podría entrar en juego nuevamente el punto número uno: a mayor tiempo, más pago en interés.
  4. Sé cuidadoso con las recaídas. Al final del día, una consolidación de deuda es necesaria para afrontar las deudas actuales y al sentir menor presión de pago, podemos comenzar a caer en lo atractivo de otra deuda, el uso excesivo de la tarjeta de crédito y se pierde el objetivo inicial, porque al final no se hizo el análisis de ¿por qué estoy hasta este punto de deuda?

Ojo con algo: la consolidación de deudas no es tu varita mágica, ni tu hada madrina para dejar todo atrás y comenzar una nueva vida. Es la herramienta que, acompañada con las ya mencionadas,  te puede dar esa movilidad entre esos “opuestos” que al final terminan del punto “B” al punto “A” y además, puede traer consigo, el punto no cuantificable, pero creo uno de los más importantes: la tranquilidad que te puede generar, comenzar a honrar tus deudas.

No olvidés siempre hacerte preguntas importantes, antes de asumir esta responsabilidad:

¿Estoy dispuesta/o a hacer un cambio en mis hábitos financieros?, ¿Es la manera más adecuada para mí?


 

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