Gastos hormiga: las hormigas que se comen tu pastel

¿Te has fijado que cuando dejás un pastel en el microondas, llega una hormiga y empieza a satisfacer su hambre con tu pastel… pero es tan pequeña que vos no lo  notás? A las horas, más hormigas y más hormigas llegan hasta que empezás a percatarte que hay algo raro: ¿acaso no habías dejado un pedazo más grande de pastel?

Pero no es hasta varios días después que te das cuenta de las hormigas, las ves empachadas de tanto dulce y tu pastel se ha ido haciendo cada vez más pequeño. Ahora imaginá que ese pastel es tu salario, y que tenés unos “gastos hormiga” que merman tus ingresos sin que te des cuenta…. hasta que ya es demasiado tarde.

Los gastos hormigas son todos esos pequeños gastos que vamos haciendo a lo largo del día –y de todos los días- sin percatarnos, pero que, al sumarlos a través del tiempo llegan a formar una cantidad de dinero bastante respetable que pudimos haber ahorrado o invertido.

Todos tenemos gastos hormiga

Los ejemplos más comunes de gastos hormiga son: la compra de cigarros (para aquellos que fuman), el cafecito de la mañana y/o de la tarde, los chicles después del almuerzo, la repostería de la merienda y las gaseosas o jugos para acompañar la comida. Estamos tan acostumbrados a estos pequeños gastos que ya los hacemos en automático.

Cuando decimos que todos los tenemos es porque justamente es así y tantos años dando conferencias & talleres, llegando a decenas de miles de personas nos lo han comprobado. En este tiempo hemos aprendido que estos gastos hormiga -que son, en realidad, hábitos, varían según la ciudad y los gustos y particularidades de cada persona. Acá algunos ejemplos:

  • Los trabajadores de una minera en Bonanza que todos los días, a las 9:00am, salen al portón y se compran 2 patís y una coca-cola. ¿Monto? C$55.00
  • La trabajadora de un banco por Plaza España que, al levantarse tarde todos los días, no le da tiempo de desayunar y pase comprando su desayuno por llevar: una leche agria + tortilla + gallo pinto. ¿Monto? C$60.00 diarios.
  • El celador de una ferretería grande en Altamira que por las mañanas compra un taco + gaseosa y por la tarde un Hot-dog + otra gaseosa. ¿Monto? C$80.00 diarios.
  • La trabajadora de una empresa de productos químicos veterinarios que todos los días va a la pulpería de la esquina y se compra unas tortillitas + gaseosa. ¿Monto? C$20.00 diarios. El equivalente al 18% de sus ingresos mensuales.

Y hay más, mucho más. La oportunidad que nos da haber brindado casi 400 conferencias & talleres a la fecha es precisamente conocer de cerca a las personas: cómo piensan, qué sienten, cómo, cuánto y en qué gastan. Pues solo así les podemos ayudar a hacer cambios en sus vidas financieras.

Qué tienen en común

Quizá ves los ejemplos de arriba y pensé que esos gastos son tan variados que ¿cómo podemos asegurar que son todos hormigas?

Verás, el concepto del gasto es lo de menos. Lo que lo califica como «hormiga» es nuestro pensamiento de que por ser «pequeño» es insignificante, no cuenta y no hace diferencia en tu cartera. ¡Hace una gran diferencia!

De esta manera, una gaseosa por sí sola podrá no perjudicar tu cartera, pero ¿qué tal 365 gaseosas en un año? El número por sí solo es alarmante, tanto para tus finanzas como para tu salud.

Y eso es justamente lo otro que la mayoría de gastos hormiga tienen en común: no son buenos para tu salud. Esto quiere decir que además del gasto que representa en el presente, hay una factura por salud que tendremos que pagar en el futuro. Y es una factura alta.

Cómo los fumigamos

No estamos acá para decirte que nunca te comprés una gaseosa, un café o una repostería. Eso también es parte rica de la vida.

Lo que es importante es que vos analicés tu comportamiento para tomar TU mejor decisión, pues de eso se tratan las finanzas personales. Seguí estos pasos:

  1. Hacé memoria de cuáles son tus gastos hormiga y anotalos.
  2. Ahora anota cuánto te cuesta cada uno.
  3. Al lado, sacá un aproximado de cuántas veces a la semana los consumís.
  4. Multiplicá ese número x 4, para tener un aproximado de veces al mes.
  5. Ahora multiplicalo x 12 y tendrás tu gasto anual en ese gasto hormiga.
  6. Y se lo multiplicás x 10 tendrás cuánto dinero se te va en 10 años.
  7. ¡Sumalo todo!

Ahora que tenés el monto te toca decidir si continuarás o no haciendo esos gastos hormiga. OJO: difícilmente podrás eliminarlos todos por completo, pero sí podrías comprometerte con bajarle el gas a algunos.

De aquellos gastos hormiga que sí decidás hacer, necesitás registrarlos en tu presupuesto (acá podés descargar uno gratuitamente) con ese límite.

Mi gasto hormiga está bien identificado y registrado: son los capuchinos o chai lattes de Café Las Flores. ¿Los eliminé? No. Pero los agregué a mi presupuesto. Me doy el lujo de gastar $20.00 al mes en ello y yo decido si me los gasto todo en una semana o si lo distribuyo en el mes. Eso sí: cuando se acaba, ¡se acaba!

Decía mi amigo el israelí que dejó de leer blogs de finanzas personales porque todos recomendamos lo mismo: dejá de comprar el café fuera y hacelo en tu casa.

En sus palabras “con eso nunca me voy a hacer millonario” y tiene razón. Con ahorrarse la compra del café no se volverá un magnate…. pero y qué tal si además de ahorrarse el café, se ahorra las galletas –con las que acompaña el café-, cigarros, gaseosas y demás gastos hormiga durante un par de años. Sus ahorros podrían verse algo así:

¿Qué harías con C$83,000.00 extra el próximo año? Estarás de acuerdo que es una cantidad nada despreciable para pagar deudas, ahorrar para el retiro,  empezar a invertir o simplemente llegar a fin de mes, si es que es tu caso.

No permitás que tu pastel se vea mermado mes a mes por pequeñas hormigas a las que no ves. Empezá a registrar desde mañana cada una de tus gastos y fumigá cuantas hormigas sean necesarias.

¿Y vos?  ¿Cuáles son los gastos hormigas de los que sos víctima mes a mes? ¿Qué podrías estar haciendo con ese dinero? 

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