Convertirte en madre soltera puede llegar a ser una etapa muy abrumadora y estresante en tu vida, dado que te enfrentás a la crianza de tus hijos por tu cuenta sin el apoyo de tu pareja.
La mayoría de las personas no planean educar a sus niños por sus propios medios pero, desafortunadamente, las circunstancias pueden cambiar en la vida familiar y lo inevitable puede suceder.
En este proceso, mientras intentás mantenerte al día con las actividades diarias y la rutina, así como el cambio que significa la partida de una pareja, en muchos casos tus emociones, sentimientos y bienestar general suelen quedar hasta abajo en tu lista de prioridades… Pero no solo eso, las finanzas también se vuelven más difíciles de manejar.
Hace 5 años, según este artículo, alrededor del 22% de los hogares en Nicaragua tienen como jefa de hogar una mamá soltera: ya sea porque enviudó, se separó o se divorció. Esto es casi un cuarto de la población y es posible que esa cifra vaya en aumento. Por si fuera poco, resalta el artículo, está demostrado que estos hogares son más pobres que aquellos jefeados por hombres. Yo no dudaría que esta situación al día de hoy siga siendo la misma, o peor.
Dicho esto, y a propósito de que el día internacional de la mujer está a la vuelta de la esquina (también tengo un post preparado para esto, no se preocupen), hoy quiero dedicar esta entrada a todas las madres solteras que sobrepasan obstáculos todos los días para sacar adelante a sus hijos. Que el dinero sea un aliado en lograr lo que querés, y no un obstáculo más en tu vida.
Tips financieros para mamás solteras:
Aceptá que ahora sos financieramente independiente. Sí, quizá recibás pensión alimenticia por tu hijo, pero recordá esto: ese dinero podría desaparecer (ya lo he visto pasar). Él podría perder su trabajo, incapacitarse o morir en cualquier momento y es algo que no podés controlar. Lo que sí podés controlar es lo que vos hacés con tu dinero. Y esto me lleva a mi siguiente tip:
Tomá la decisión de hacer más dinero. Hace unos meses conocí a una mujer que, tras su divorcio, decidió montar una empresa de consultoría y dejar su trabajo. Aunque fue duro en un inicio, logró ganar mucho más dinero que el que hacía antes y esto le cayó como anillo al dedo cuando el ex quedó desempleado durante años y por lo tanto le tocó mantenerse a ella y a su hijo durante un buen tiempo. Considerá hablar con un mentor sobre oportunidades en tu profesión, regresar a estudiar algo que te apasione y mejore tus habilidades, o montar tu propio negocio.
Revisá tus documentos financieros. Es normal que, al estar casados, se compartan préstamos, tarjetas de crédito y de ahorro; así como fungir como beneficiario de otro en muchas cuentas. No olvidés repasar estos documentos y decidir si hay algo que debás/querrás cambiar: lo ideal es que refleje tu situación actual.
Definí objetivos con respecto a tu calidad de vida. No tiene sentido matarte pagando tu tarjeta de crédito, si eso quiere decir que trabajás tanto que nunca ves a tus hijos o tenés algo de tiempo para vos. Tené en cuenta el tiempo libre, de calidad, la salud y bienestar de tu familia y cómo podés hacer que el dinero y la vida trabajen a tu favor.
Elaborá un plan de contingencia financiera y personal para vos y tu hijo. Siempre es bueno pensar en lo que puede pasar y estar preparada. Te recomiendo hacer una lista de cosas que podés hacer para ya estar prepara a nivel financiero y otra de personas con las que podés contar a cualquier hora, aún si son las 4 de la madrugada y necesitás algo urgente para vos o tu hijo.
Siempre, siempre, siempre, presupuestá. Hacer un presupuesto es necesario para que estés clara de cuánto gastás y en qué podés recortar. Esto no solo te va ayudar a llevar un mejor uso del dinero, sino que también va a ayudarte para hacer tu plan de contingencia y tengás un colchón de emergencias.
Deshacete de cargos por cosas que no necesitás. ¿No has podido ir al gym en 6 meses y lo seguís pagando? ¿Estás pagando el cable con todos los canales extras y nunca tenés tiempo de ver TV? Revisá tus servicios y cancelá todo aquello que ya no usás.
Hacé un plan para pagar a tiempo. Entre tantas cosas de las que te hacés cargo, es fácil olvidarse de pagar la luz, el agua, el gas, el internet, el carro, la casa, la tarjeta de crédito y todo a tiempo. En la medida de lo posible, automatizá tus pagos para no sufrir por recargos o cortes de servicios.
Considerá la compra de un seguro de vida. Éste es esencial desde el momento mismo que tenés un hijo, pero cuando estás por tu cuenta es algo que ni siquiera podés negociar. Si algo te llegara a pasar a vos, ¿de qué vivirían tus hijos? Lo mejor de todo: no es tan caro como vos pensás.
No tengás miedo de pedir ayuda. Mientras antes dividías responsabilidades, ahora te tocará tomar todas las decisiones financieras, personales y legales, lo cual puede ser una perfecta tormenta de estrés. No tengás miedo de pedir ayuda: te sorprendería saber cuánta gente está dispuesta a echarte una mano, con tan solo pedirlo.
Si quien está leyendo es un padre que tomó la decisión de separarse, este blog puede ayudarte a reafirmar o reflexionar sobre tu rol con tus hijos y con la madre de tus hijos. En mi experiencia, he compartido y conocido a mujeres que han tenido que luchar más de la cuenta con sus hijos por la ausencia física, emocional y financiera del padre.
Para terminar, quiero recomendarte leer: “El blog de tu madre”, escrito por dos chavalas nicas, mamás solteras, en el que cuentan lo que esto significa y cómo sobreviven el día a día.
¡Ah! Y la de la foto es mi muy querida amiga, Tania, quien hace un trabajo de otro mundo criando a Alexa por su cuenta.