10 Cosas de todos los días que cuestan más que un seguro de vida

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El siguiente post es patrocinado por Seguros Lafise

Los adultos y los padres se preocupan todo el tiempo. Nos preocupamos por la salud, la seguridad física, la educación, la seguridad financiera de la familia y el futuro. Pero a muchas familias les falta poner su dinero donde está su corazón, comprando un seguro de vida. 

¿Por qué? Porque si alguien va a sufrir financieramente con tu muerte, entonces deberías plantearte la necesidad de un seguro de vida. El objetivo es que la familia reciba del seguro, el dinero que la persona hubiera aportado para su manutención.

Sin embargo, son muy pocos los hogares nicaragüenses que cuentan con un (o más) seguro de vida. Y no se trata de un asunto de procrastinación –muchas veces más tarde es muy tarde-, sino de falta de educación financiera y desconocimiento, pues la mayoría piensa que es demasiado costoso.

Por eso y para desmitificar esta creencia, hoy te traigo un análisis de cuánto realmente vale y si es que está fuera de tu alcance. Evidentemente, existen diferentes precios de pólizas, y esto va en dependencia de la suma asegurada (que es el monto que te entregan al final) y de la edad que tenés.

No puedo decirte con exactitud cuánto costaría tu póliza, pero para hacerlo más fácil, trabajaremos con un ejemplo: el mío. Vamos a asumir que quiero una suma asegurada de $100,000.00 dólares, con una edad de –casi- 30 años.

Un seguro de vida básico me costaría alrededor de $250.00 dólares anuales, es decir, un poco menos de $21.00 dólares mensuales. Ahora, ¿es éste un monto que te parece pegado al cielo? No lo creo, porque si lo pensás bien, hay muchas cosas que compramos y en las que gastamos día a día que valen menos la pena y son más caras porque no vemos el resultado de esa inversión.

El asunto es que a veces lo vemos como el monto total de $250.00 que debemos desembolsar, pero ¿te has puesto a pensar que son $0.70 dólares o C$20.00 córdobas diarios?

A continuación te presento una lista de 10 cosas en las que probablemente gastés día a día y que cuestan más que un seguro de vida:

  1. Una gaseosa.
  2. Paquete de cigarro.
  3. Café.
  4. Paquete de chicles.
  5. Salir a comer fuera.
  6. El salón de belleza.
  7. Repostería o snack de media mañana o media tarde.
  8. Recargas del celular.
  9. Una cerveza.
  10. Botella de agua.

Y éstos son solo ejemplos básicos. En realidad, hay muchísimas cosas que compramos todos los meses porque nos gustan, las queremos, pero no las necesitamos. 

Como verás, en muchos casos no es la falta de dinero lo que nos impide comprar un seguro de vida, sino la falta de planificación financiera. Pues, ¿qué pasaría si dejaras de gastar en algunos de los productos mencionados anteriormente y los invirtieras en la seguridad y tranquilidad de tu familia?

Es común pensar que si estamos bien, nada nos puede pasar o que las tragedias solo le ocurren a otros. Y no. También a nosotros nos puede pasar y lo peor es el tiempo que nos tomaría recuperarnos sin contar con ese ingreso. Para que tengás una idea, en promedio, le toma a una familia entre 3 y 5 años recuperarse financieramente después de la perdida de una familiar o cabeza de familia.

Finalmente, la pregunta que siempre debés hacerte es: ¿Si yo llegara a faltar, podría mi familia –cónyuge, hijos, otros dependientes económicos- continuar con su vida financiera de la misma manera? Si la respuesta es no, necesitás un seguro de vida.

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