Han sido meses duros para todos. No creo que exista persona en este planeta que no se haya visto afectada de una u otra manera (directa o indirectamente) por la pandemia. En definitiva, la mayoría de los negocios también han sufrido.
Es normal sentir que con las crisis solo vienen problemas y pasar por momentos en los que sentís que el mundo se te viene encima. Si estás en Nicaragua, seguramente lo has sentido múltiples veces en los últimos dos años.
Te quiero contar que personalmente he vivido las dos crisis de manera diferente.
- 2018: La del 2018 me agarró completamente movida, en una posición en la que venía creciendo y juraba que de ahí solo podría subir más. Emocionalmente fue sumamente difícil y -ahora me doy cuenta- tenía muchos apegos que no me permitáin ver bien ni tomar decisiones racionales.
- 2020: Ese duro momento anterior me enseñó mucho. Tanto así que cuando vino el 2020, fui la primera en querer tomar decisiones rápidas y adelantarme a lo que se venía. Esta crisis -que además es mundial, a diferencia de la primera- ha sido mucho mejor para nosotros.
Y esto lo comparto porque llevo varias semanas analizando nuestros negocios (Plata con Plática y Origami) y recibiendo, por otro lado, múltiples consultas de otros emprendedores que no saben qué hacer, que se sienten perdidos.
He llegado a la conclusión que si bien las crisis son como una ola gigante que te revuelca en el mar, también tienen otra cara y podemos aprender a surfearlas. De hecho, los mejores surfeadores buscan las olas más grandes y peligrosas.
Así que si podés aprender de esta crisis y tu empresa sobrevive, el negocio estará mejor, vos estarás mejor, tus colaboradores también estarán mejor. Como bien dice mi amigo José Bolaños, no se trata solo de sobrevivir, sino de sobresalir.
Y es que siempre habrán nuevas crisis, nuevas bajadas. No podemos esperar manejar nuestros negocios cuando todo marche bien, porque eventualmente algo va a pasar y no vas a saber cómo responder.
Hace unos meses, en la primera sesión que tuve de la Aceleradora de EO, vi una imagen que se me ha quedado grabada en la mente y ha sido como ese recurso que me recuerda seguir cuando quiero tirar la toalla. Es esta:
- Solo el 4% de las empresas alrededor del mundo logran llegar a vender más de $1 millón de dólares al año.Y si te lo estás preguntando, la respuestas es si: ese es el objetivo para el que estamos trabajando.
- El camino está lleno de baches y bajadas. No es un camino ni recto ni que solo sube. Baja y lo hace constantemente. Así que si estás esperando “ese momento ideal” para emprender…. ¡nunca va a llegar! Y te vas a quedar con las ganas.
Cómo manejar tu negocio en crisis
Obviamente no pretendo ser una experta en todas las industrias y negocios, ni en cómo manejarlos en una crisis. Todos estamos aprendiendo eso día a día.
Pero sí te quiero compartir algunos hallazgos y lecciones que he tenido en estos meses y que quizá te puedan servir a vos para manejar de mejor manera esta pandemia… o cualquier otra crisis que, creeme, eventualmente volverá a llegar.
1. La descentralización ayuda más en tiempos de crisis y recesión.
En América Latina tendemos muchísimo a micro-gerenciar, a estar encima de la gente. No solo es algo en lo que no creo en tiempos normales, es totalmente ineficiente en estos momentos en los que, además, la mayoría estamos desde casa. Date la oportunidad de descentralizar tu empresa: cada persona podrá tomar decisiones más rápidas que ayudarán a la eficiencia de la misma.
2. No necesariamente dejar ir a tus colaboradores es lo mejor.
Especialmente cuando se trata de empresas de servicios, el costo más alto son las personas. Por lo tanto, es tentador que sea lo primero que volvamos a ver al recortar gastos sea al personal. Pero, ¡calma! Si vas a dejar ir personal clave que mueve tu empresa entera, podrías terminar en una posición peor. Y lo otro es que la moral general de la empresa suele bajar cuando hay despidos masivos.
3. Sé más objetivo en la toma de decisiones.
Mucho se dice que los emprendedores siguen corazonadas o que “olfatean” las decisiones. Ahorita no es momento de tomarlas basadas en la dirección del viento. Volvé (o andá por primera vez) a tus cifras y analizadas en dos sentidos:
- Números
- Porcentajes
4. El liderazgo basado en valores es más importante que nunca.
Tus valores principales se deben mantener. Tu propósito puede cambiar. Y sí, es probable que la cultura empresarial se vea afectada. Curiosamente, muchos negocios pequeños no le dan a su cultura la importancia que merece (esto es algo que nosotros hemos venido trabjando desde inicios de año) y es en estos momentos donde más puede haer una diferencia.
Lo otro, preocupate y hacete cargo de tus colaboradores. Incluso si sos de los que se pregunta: “¿Y yo qué gano?” con cada acción que hacen…. Creeme que ganás muchísimo si antes de todo te preocupás y te hacés cargo de ellos. Ellos mueven tu negocio entero.
5. El botón de reseteo.
Es mejor que sobreviva una versión en pequeño de tu empresa, a que muera la totalidad de a misma. Hacé tres modelos diferentes:
- 20%: ¿Qué pasaría si mis ventas se reducen un 20%?
- 40%: ¿Qué pasaría si mis ventas se reducen un 40%?
- 50%: ¿Qué pasaría si mis ventas se reducen un 50%?
Este fue un ejercicio que hice para Origami antes de que siquiera llegara Abril. Fue sumamente revelador y nos sirvió muchísimo para prepararnos financieramente -y emocionalmente- para la partida de ciertos clientes. No es lo mismo que venga cuando ya te lo esperás y preparaste tu plan de contingencia, a que te agarre movido.
6. Tené claridad sobre qué es NO negociable para vos.
Qué no estás dispuesto a negociar, qué no está abierto a discusión y no vas a comprometer. Por ejemplo: tu salud física y mental nunca deberían ser negociables en las decisiones y estretegias que ideás.
7. Buscá tus ventas. No te quedés sentado a ver quién llega a comprar.
Analizá cómo has venido vendiendo a través de los años. ¿Qué más podés hacer? Nosotros, tanto en Plata con Plática como en Origami, le invertirnos a buscar clientes en el extranjero y ha rendido sus frutos en ambas empresas. No solo para ahorita, sino también para el futuro, pues cuando la pandemia pase ya estaremos en esos mercados.
En cuanto al Marketing, invertí con estrategia, sino se convirtirá solo en un gasto. ¿De dónde vendrá tu venta? Es ahí donde debe estar la inversión en mercadeo.
Por cierto, que la próxima semana se viene un artículo interesante sobre cómo sacarle el jugo a la inversión en redes.
Ahora bien, tu plan de contigencia debe ser de corto plazo: a 30 días, a 60 días. Quizáaaa a 90 días… porque ahorita todo está cambiando demasiado rápido, como para pensar a 120 días, 6 meses o un año. Eso es lo que hacemos en tiempos normales.
Nuevamente, siempre van a haber crisis y recesiones. Si estás esperando “el momento perfecto” para empezar tu negocio, lanzar un nuevo producto o que tu empresa triunfe…te quedarás esperando. Pues la vida está llena de altibajos, no de líneas rectas que solo suben.
De hecho, muchas de las grandes empresas que hoy conocemos surgieron en la recesión: Burger King, IBM, GM, Disney, Microsoft, CNN, etc. ¡Ah! Y apple se reinventó en una recesión, en el 2001.
Los grandes líderes toman decisiones difíciles en los momentos más duros y con un sentido de urgencia. Dejá de esperar para hacer lo que tenés que hacer con el fin de que tu empresa sobreviva.
“Los líderes se ponen a prueba en tiempos de crisis. Cualquiera puede llamarse líder cuando las cosas son fáciles o cómodas. Este es el momento de estar a la altura del desafío, de crecer personalmente y de ayudar a crecer a las personas que lidera.”