No sé si algunas mujeres mamás se sentirán identificadas con esto, pero durante mis dos embarazos me pasó que, producto de las hormonas, me ponía bien sentimental. Pensaba en muchas cosas, probabilidades y escenarios. Específicamente me daba terror que algo me pasara a mí, al bebé o a mi esposo, Yass… y quedarme yo sola con la responsabilidad de crianza.
Cuando Luka nació, una de las primeras cosas que hice, como un acto de amor y de responsabilidad, fue comprar seguros de vida para mí y para mi esposo. Me daba miedo (me sigue dando) que algo nos pasara a uno de los dos -¡o a los dos!- y dejar a nuestro bebito desamparado. Y es que como siempre digo:
Mucho amor puede haber, pero no es lo mismo dejar a un chavalo con reales que sin reales.
En mi segundo embarazo ese miedo se duplicó. Y durante los últimos meses, cuando uno de los dos salía, me atemorizaba la idea de que algo nos llegara a pasar. Y repasaba en mi cabeza todas las posibilidades:
-Si me pasa algo a mí mientras estoy embarazada y Yass queda con Luka.
-Si me pasa algo a mí cuando el bebé (Lorenzo ya nació) y Yass queda a cargo de los dos.
– Si me pasa algo a mí estando embarazada y con Luka y Yass queda solo.
– Y básicamente los mismos escenarios al revés.
Un buen día decidí entonces organizar TODOS los papeles y ponerlos juntos. Agarré uno de esas carpetas en forma de maletín que tienen varias divisiones y mete ahí todo aquello que consideré Yass podría necesitar si yo llegara a faltar. Pensé: por lo menos que todo esté en un solo lugar y sea más fácil de encontrar.
Cuando terminé se lo llevé y le dije:
“Si algo me llega a pasar, aquí está todo lo que vas a necesitar, ya separado en cada fólder”.
A Yass nunca le ha gustado tocar el tema de la muerte. Y cada vez que he hecho el intento solo me dice “no pensés en esas cosas. Nada va a pasar”. Pero, todos nos vamos a morir, ¿no? Entonces la muerte es lo más real que existe.
Así que un buen día, mientras aun estaba embarazada y veníamos de camino de una cita en el hospital le dije:
He estado pensando que te dejé todos los documentos en un solo lugar para facilitarte el trabajo, pero ahora me pregunto si tenés la seguridad y confianza de saber cómo administrar el dinero del seguro de vida si algo me llega a pasar.
Y me dijo que no, que no sabría. Le pregunté entonces si le gustaría que le dejara una serie de instrucciones con posibles escenarios y me dijo que sí. Así que acá estoy, mi amor, esto es para vos.
Mi amor,
Espero que nunca tengás que llevar esta carta a cabo y que estas palabras se queden tan solo en un “por si acaso…”. Pero dicen que mujer prevenida vale por dos y, cuando se trata de nuestras finanzas y sobre todo de nuestros hijos, vale por 100.
Me duele y aterra la idea de irme, de dejar de existir… de que mis bebés crezcan sin su mamá porque nadie los va a amar como yo. Pienso en lo que hubiera sido mi vida sin mi mamá y pensar que eso podría pasarle a mis niños me mata.
Pero también sé que ese día inevitablemente llegará. Pero, claro, no es lo mismo que pase ahorita o cuando ellos estén muy pequeños, a que suceda cuando ya crecieron, se formaron y son unos hombres hechos y derechos. Al final, es el curso natural de esto que llamamos vida.
Si llego a faltar, lo que más te pido es que siempre les hablés de mí. Que les mostrés nuestras fotos y videos y que no pase un día sin que les recordés cuánto los amo. ¿Te acordás cómo siempre te pido que nos tomés fotos en los momentos menos glamorosos y más del día a día? Esas son las que quiero que vean… las de la verdad.
Sé que lo que se viene no va a ser nada fácil para vos. Lo sé porque me imaginado muchas veces cómo sería mi vida con los niños si vos llegaras a faltar, y con tan solo comenzar a suponerlo se me hace un nudo en la garganta y chiquito el corazón.
Si estando los dos juntos criando, la tarea se siente pesada, tener que hacerlo por tu cuenta y encima cargando este dolor no será nada fácil. Porque será tu dolor más el dolor y la falta de ellos dos. Y que sé que intentarás apaciguar, pero te lo digo desde ya, no vas a poder.
Entre tanto que posiblemente esté pasando, lo único que me da tranquilidad es saber que, al menos financieramente, tendrás una preocupación menos. Y ese es precisamente el objetivo de un seguro de vida. Como dice tu mamá: es un acto de amor. Pero ya llegaré a esa parte.
Para hacerte la tarea más sencilla, he ordenado y ubicado todos los documentos en un solo lugar. En aquella gran carpeta verde que te enseñé hace unos meses, ahí está todo lo que podrías necesitas.
Básicamente, ahí podrás encontrar:
- Todos los documentos legales de las empresas (Plata con Plática y Origami Brand Studio).
- Los documentos del vehículo: préstamo que se está pagando y sus condiciones, seguro vehicular, etc.
- Partidas de nacimiento de Luka, de nosotros y acta de matrimonio.
- Datos de cuentas bancarias.
- Seguros de vida tuyos y mío para proceder a hacer los reclamos.
- Seguro médico de la familia.
Ahora sí, ¿qué hacés con el dinero del seguro de vida? El monto de la póliza es de U$250,000.00. No te va a hacer millonario, pero sí te dará un respiro durante un buen tiempo y el chance de vivir un duelo sin la presión financiera.
Como siempre te dije, el objetivo del seguro de vida es que si uno de los dos (o ambos) llega a faltar, que nuestros hijos estén cubiertos y puedan proseguir con su vida -a menos financieramente hablando- como si nosotros siguiéramos ahí.
No te imaginás cuántos niños y familias tienen que cambiar radicalmente sus vidas cuando uno de los proveedores fallece y no hay seguro. Niños y niñas que debe dejar el colegio o cambiarse a otro; familias que tienen que entregar sus casas, cambiarse de vecindario, etc. Y es algo que no quiero para vos, para ellos, para nosotros.
Como esa suma tampoco es infinita, se trata de sacarle el jugo, invertir y administrarlo bien. Así que aquí te va mi propuesta, basado en aquello que para nosotros como familia y pareja es lo más importante:
- Educación:
- U$25,000.00 puestos en un vehículo de inversión internacional a 15 años para que Luka pueda usar al momento de ir a la universidad.
- U$25,000.00 puestos en un vehículo de inversión internacional a 18 años para que Lorenzo pueda usar al momento de ir a la universidad.
- Hogar: Nuestra meta familiar más cercana que era la construcción de la casa ha quedado truncada. Pero aunque yo no esté, vos y los niños siguen necesitando un lugar para vivir. A ellos les dará estabilidad (y un patrimonio futuro) y a vos te dará tranquilidad -y un dolor de cabeza menos- saber que al menos eso está asegurado. Usá U$120,00.00 para que esa casa de la que hemos hablado, imaginado y soñado se haga realidad para ustedes.
- Retiro:Ya no estoy yo, y ahora lo que más espero es que VOS podás vivir el máximo tiempo posible para que nuestros hijos te disfruten. Así que plan de retiro que comenzamos en el 2014 vos lo tenés que seguir los próximos 20 años. Quiero que vos podás vivir esa época tranquilo -como lo hemos hablado- y que no seás una carga financiera para ellos. Aunque ya hay alguito de dinero ahí y lo tendrás que seguir, dar un abono extraordinario te ayudará a llenar ese chanchito y si lo hacés desde ya le das chance al interés compuesto de hacer su magia. Metele U$30,000.00
- Apalancate:Me imagino que a este punto ya te diste cuenta que distribuí la mayor parte del dinero y que queda poco. Y sí, realmente la idea es que todo aquello importante y hacia el futuro esté cubierto. De esta forma, te recomiendo que los restantes U$50,000.00 los usés para apalancarte en estos momentos de dolor. ¿Qué significa eso? Que me pongo en tu lugar y sé que si vos llegaras a faltarme me pasaría unos buenos meses en posición fetal en la cama, debajo de una colcha, sin poder producir un centavo. Este dinero que queda ahí es para que podás tomarte el tiempo que necesités de duelo, sin que lo financiero sea una presión. Y, más adelante, si aun queda y lo llegaras a necesitar, para que de alguna compensés con los ingresos que yo no aportaré, en lo que ideás cómo generar más. Y yo sé que lo vas a hacer.
Como verás, princeso mío, es un plan bastante sencillo de seguir, que no requiere mucho pensamiento ni tiempo. La idea es precisamente esa, que no te quite más… que te aporte nada más.
Sé que no te gusta hablar de la muerte y que en el fondo hasta pensás que “atraigo” las cosas por hablarlas, pero no es así. Bien dicen que lo hablado es lo entendido y sé que si este momento se llega a dar, todo va a ser más fácil para vos si ya sabés qué hacer y no tenés que parir ideas o tomar decisiones financieras con el corazón en la mano.
De verdad, lo que más quiero es que esta carta nunca se llegue a materializar. Lo que más deseo es estar y criar a mis bebés hasta que sean unos viejonazos. Lo que más anhelo es seguir viviendo junto a vos y que todo lo que hemos planeado y soñado lo podamos trabajar y volver realidad.
Te amo.