De apuntar gastos a… ¡planificar mis finanzas personales!

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El siguiente post es una colaboración de Luis Alonso. Él me envió un correo hace unos días para contarme su historia y compartirla con ustedes. Es una muestra más de que llevar un control del dinero no es un mero acto en automático, sino que puede cambiar tu vida financiera, personal y profesional.

El Instituto Costarricense de Electricidad, empresa donde laboro, y más específicamente el Fondo de Garantías y ahorros del ICE,  ha creado el programa de manejo  de finanzas personales, como un apoyo a los trabajadores.

En éste se elige a un grupo de empleados que presenten un perfil determinado y se llevan a una serie de talleres y sesiones de autoayuda, para encaminarnos hacia un manejo adecuado de las mismas. Yo apliqué el año anterior y fui elegido para este año.

La encargada del proceso por parte del FGA es la Sra. Gabriela Castro y se contrató al Sr. Javier Angulo como especialista en el tema para que guiara todo el proceso.

De lo primordial que hemos aprendido es el manejo de un presupuesto.

Al inicio, cuando nos indicaron que debíamos trabajar con un presupuesto familiar, me surgieron de inmediato las siguientes preguntas:

  • ¿Para qué si ya yo sé cuáles son los gastos?
  • ¿Cómo presupuestar un déficit?
  • ¿Si no me alcanza ni para pagar, qué voy a presupuestar?

Y un sinfín más de cuestionamientos sobre el presupuesto, pero aún con todo eso, inicié los primeros pasos.

Ya estaba llevando un rudimentario control de  gastos, o por lo menos estaba guardando los recibos y cuando me dieron un formulario para manejorlo, comencé a incluir todos los recibos de gastos que tenía.

Posteriormente inicié a incluir los ingresos y a ver cómo se empezaban a dar los numeritos rojos al final de la fórmula.

Ya con esto pensé tener un presupuesto bien hecho y hasta comencé a sacar pecho, les enviaba el presupuesto todos los meses a Don Javier y Doña Gabriela.

En una de las sesiones del programa, cuando dieron una charla de presupuesto, precisamente, me enteré de que lo que estaba haciendo era apenas el principio, era simplemente siguiendo la pista de hacia dónde se dirigía el dinero.

Algo abrumado por este descubrimiento, empecé a analizar mejor los porcentajes de mis ingresos que se dirigían a cada rubro de gastos, y entonces es cuando observé las “filtraciones en mi bolsillo”  por donde se escapaba el dinero sin que me diera casi ni cuenta.

Salidas periódicas a comer fuera de casa, pequeñas compras en el minisúper y gastos de este tipo, que por pequeños no los controlaba, eran principalmente la fuente del desbalance.

De ahí en adelante empecé a utilizar el presupuesto como una herramienta de control, analizando mensualmente los flujos de dinero y tratando de tomar medidas correctivas en los períodos siguientes.

El controlar estas fugas ha sido una de las tareas más difíciles, pero con la ayuda del presupuesto lo he logrado en gran medida.

En una  asesoría personalizada me di cuenta de que no estaba ni cerca de sacarle el verdadero provecho que tiene la herramienta, dado que solo estaba sirviendo para presentarme una fotografía de lo que había pasado, pero estaba desaprovechando más de la mitad de la potencialidad al no estimar cómo manejar mis flujos de dinero en el futuro, o sea, decirle al dinero para dónde se tiene que ir y no solo ver para dónde se fue y ya no poder hacer nada al respecto… más que aprender la lección.

En estos 10 meses he cambiado de apuntar mis gastos a planificar mis gastos. El uso del presupuesto se ha convertido en un verdadero pilar del manejo de mis finanzas, tanto que ahora no creo poder hacerlo sin esta herramienta, aunque por supuesto he cometido muchísimos errores, he tenido que volver sobre mis pasos, recalcular las fórmulas varias veces, copiar de algunos compañeros algunos tips de mejora, etc.

El cambio hacia la planificación de mis gastos ha sido un aliciente muy fuerte, dado que siento que verdaderamente he tomado el control de mi vida, no solo en el ámbito financiero, ya que la planificación permea hacia otras áreas del diario vivir.

El sentirme en control hace que tome mucha confianza en mis decisiones, abriendo un panorama muy positivo hacia el futuro.

Estoy ya en un proceso proactivo, adelantándome a los acontecimientos, ahorrando para conseguir los que deseo, que por cierto ha cambiado mucho a lo largo de este año, pasando de asuntos banales a cosas más edificantes, sobre todo enfocado en el crecimiento personal y familiar. Todo esto gracias al empleo de esta maravillosa herramienta llamada  “PRESUPUESTO”.

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