Cómo fijar tu salario al emprender

Como propietario o propietaria de una pequeña empresa, una de tus mayores preocupaciones puede ser la manera de pagarte un salario, especialmente a medida que tu negocio comienza a ganar dinero.

Estoy segura que como emprendedor, habrás escuchado o leído varias historias de personas que, al fundar su empresa, no se pagaron un salario durante varios años y dormían en el garaje de sus papás o algún conocido, mientras hacían que su negocio creciera.

La realidad es que este escenario no es realista para la mayoría porque SÍ tenemos que seguir viviendo –y pagando por esa vida- mientras el negocio arranca. Ya en posts anteriores he abordado la importancia de mantener tu dinero separado del dinero del negocio y el paso #1 para lograrlo es fijándote un salario.

La inmensa mayoría de emprendedores (tanto grandes, como pequeños) que he conocido en estos años me juran que es IM-PO-SI-BLE fijarse un salario: de lo que no se dan cuenta es que ya están viviendo de su emprendimiento, la única diferencia es que al hacerlo con un salario, lo harán de una manera más ordenada que los beneficiará tanto en el plano personal, como en el empresarial.

Así que manos a la obra, ¿cómo nos fijamos ese salario?

1. Restemos los gastos a las ventas

Lo primero que debés hacer antes de pagarte el ansiado salario es tener la seguridad que tu negocio no se hundirá cuando lo hagás. Esto quiere decir estar seguros que tus costos y gastos operativos –incluyendo impuestos- están pagados ante todo.

Ahora, cuáles y a cuánto ascienden estos gastos operativos es algo que debés tener claro siempre. Si no lo tenés, hay que comenzar por hacer un presupuesto y control de gastos general de la empresa. Probablemente, y en la mayoría de los casos, gran parte de tus gastos serán fijos (por ejemplo la renta, servicios básicos, algún personal, publicidad, etc.), pero también habrán gastos variables que no podés dejar fuera. La mejor manera de hacerlo es sacando un estimado, tomando como referencia el promedio de esos gastos de los últimos 6 meses.

En cuanto a los impuestos, que es algo que NO podés olvidar o decidir no pagar, éstos variarán cada mes, según se muevan tus ventas, por lo que tendrás que ir estimándolo a medida que tus ventas se vayan dando.

Lo que yo hago (y te paso el tip) es que tengo una tabla en Excel con lo que voy facturando en el día a día –siempre lo tengo actualizado- y así sé al menos de IVA cuánto debo pagar. Y cuando recibo esos pagos, separo inmediatamente el 15% para que cuando me toque rendir cuentas, no me haga falta dinero.

2. Dividí por porcentajes

Una vez que tenés la seguridad de cubrir tus costos, gastos e impuestos con tus ventas, podés tomar lo que le queda de los ingresos de tu negocio en ese mes determinado y dividir las cosas en porcentajes. Por ejemplo, una buena manera podría ser la siguiente:

  • 20% hacia el fondo de emergencia de tu negocio o cuenta de reservas de efectivo. Idealmente, así como sucede con nuestras finanzas personales, deberíamos tener reservado el equivalente a 6 meses de gastos del negocios para ayudar a solventar las malas rachas (gastos operativos, salarios, etc.).
  • 20% para poner en el negocio para invertir. ¿En qué? Nuevos proyectos o productos, mercadeo especial, o alguna actividad que se salga de tus operaciones regulares pero que pueden ayudar a tu negocio a crecer.
  • 60% para tu salario. Y, en la medida de lo posible, que sea puntual cada quincena –o mes, según decidás-, tal como si le estuvieras pagando el salario a un colaborador de tu empresa.

Una vez que tu negocio comience a generar un ingreso consistente o una gran cantidad de dinero, definitivamente debés hacer la transición hacia un salario fijo y básico: que sea lo suficiente para vivir, pero no tanto que dejés en 0 tu empresa.

Incluso, podrías considerar dejar tu salario lo más básico posible y luego implementar un sistema de bonos, en el que te auto-pagués uno que otro bono en el año, según lo rentable que sea la empresa. El bono adicional de esto es que te obligás a trabajar más ;).

Finalmente, aunque suene difícil de creer, pagarte un salario no tiene por qué ser complicado. No olvidés que si tu emprendimiento aun está en las fases iniciales y no es totalmente rentable, debemos ser conscientes con la cantidad de dinero que sacamos de él. En definitiva no quiero que vivás en el garaje de tus familiares o amigos, pero pagarte un salario tampoco debería dejar tu empresa en bancarrota.  

¿Y vos? ¿Ya te fijaste un salario? ¿Qué estrategia utilizaste? ¿Cuánto dinero dejás en tu empresa para crecer?

Comentarios

Artículos relacionados