8 Maneras de ser un comprador más consciente

Gastar dinero es de las cosas más fáciles en el mundo. Es rico, es satisfactorio, nos da placer inmediato. Sin embargo, cuando lo hacemos desmedidamente (que es lo que le pasa a la mayoría) las consecuencias emocionales y financieras pueden ser catastróficas y a largo plazo.

Todos quisiéramos gastar menos y ahorrar más para poder ver metas importantes cumplidas. Pero pocos sabemos cómo hacerlo y, sobre todo, cómo mantenerlo a lo largo del tiempo. Gran parte de esto tiene que ver con tomar conciencia de cómo y en qué gastamos… dejar de vivir y usar el dinero de manera automática.

Cómo convertirte en un comprador más consciente

Para ayudarte en este proceso, a continuación 8 maneras fáciles de empezar a ponerle más mente a tu manera de gastar

 1. Tomá conciencia de lo que ya tenés

¿Cuántas veces te ha pasado que vas al súper y llevás 4 litros de leche, solo para darte cuenta que en tu casa que ya tenías varios? Esto es algo que comúnmente pasa con la comida, pero también nos ocurre con muchísimas otras cosas.

Te recomiendo hacer limpieza cada 6 meses de tu casa entera (cuartos, clóset, baños, cocina, jardín, bodegas, etc.), te deshagás de lo que no necesitás y siempre tengás claridad de con qué contás.

 2. Usá efectivo

Está comprobado que pagar en efectivo, billete sobre billete, duele más que sacar el plastiquito. No es lo mismo pagar una compra de C$3,000.00 con varios billetes de C$50.00 y C$100.00, que simplemente pasar la tarjeta una vez y firmar. ¿Querés tener más conciencia sobre cómo gastás? Probá usar solo efectivo durante un mes. Será doloroso, pero revelador.

3. Revisá tus gastos periódicamente

Estoy segura que ésta no es nueva para vos y si llevás un tiempo leyéndome, la habrás visto más de una docena de veces. Analizar cómo y en qué estás gastando tu dinero te empodera y te permite hacer cambios. Puede que descubrás gastos diarios (como los hormiga), semanales, mensuales o anuales que no usás o necesitás realmente. Tip: dale una buena revisada a tus suscripciones y cargos automáticos.

 4. Esperá, compará, cotizá

¿Cuántas veces te has ido de boca comprando el primer artículo que viste, en el primer lugar? Probablemente era, incluso, algo que ni siquiera sabías que querías. Al sentir ese impulso desmedido de compra, esperá al menos 24 horas antes de comprar para ver si sigue ahí.

Además, cuando se trate de compras grandes o servicios recurrentes mensuales, tomate el tiempo de cotizar en al menos 5 lugares y, ¿por qué no, también de negociar?

 5. Dale una mirada a tus valores

“Decime cómo gastás y te diré lo que te importa”. Literalmente. Ser un consumidor / comprador más consciente también tiene que ver con que tus gastos reflejen tus valores… y no los de alguien más. Si estás gastando en cosas que no te traen felicidad verdadera o duradera, sino que simplemente estás cediendo a la gratificación instantánea, es momento de recortar en esos rubros.

 6. Alejate de la publicidad

De acuerdo, fácil de decir y difícil de hacer. ¿Acaso no todo lo bueno en la vida es así? Lo cierto es que abrís tus redes sociales y no solo las empresas te bombardean con sus productos, sino que además ves a tus contactos en X lugar, comiendo Y cosa, haciendo X actividad… ¿y vos qué? Lo mismo sucede con la TV y sus comerciales.

Entre más te alejés de las tentaciones, más fácil será no comprar lo que no necesitás. El bombardeo publicitario actual es tan sugestivo que caemos en sus redes sin darnos cuenta.

 7. Llevá una vida más sana

No solo financiera, sino física. Está comprobado que quienes desarrollan hábitos alimenticios y de ejercicio frugales y saludables, terminan reduciendo sus gastos presentes y futuros en salud. Además, somos seres completos y si lográs la salud y buenos hábitos en un ámbito (por ejemplo, en lo físico), te será más fácil hacerlo en otros (como tu relación con el dinero).

8. Premiate

¿Llevás un tiempo haciendo cambios positivos en tu patrón de gastos? ¡Date un pequeño premio! De esta manera reforzás el comportamiento positivo que has tenido y lo convertís en un hábito más permanente.

Eso sí, que ese premio no se lleve todo el ahorro que has logrado hacer. ¡Todo con medida!

¿Y vos? ¿Gastás más de lo que ganás? ¿En qué se te va el dinero? ¿Cuáles de estas medidas has aplicado? ¿Cuál te animarías a probar para gastar menos y ahorrar más?

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