Préstamo para la boda: ¿buena o mala idea?

Cuando pensamos en casarnos, pensamos en hacer EL GRAN DÍA. Especialmente a las mujeres nos han dicho desde pequeñas que ese es nuestro día, el más importante, y lo creemos así.

Si bien, la idea es que nos casemos una única vez, y ojalá así sea, no quiere decir que tener tu gran día implique tener un gasto GIGANTE que después no podás realmente pagar.

Cuando empezamos a planificar la boda, nos metemos a un rollo ENORME de evento que incluye vestido, flores, comida, licor, lugar… y la lista puede seguir. Y si a esto le sumamos el hecho de que casi todos los proveedores al momento que se les contrata para organizar una boda, suben sus precios, pues el gasto final puede resultar bien alto.

Cuando juntamos ese monto con que las bodas casi siempre las queremos rapidísimo, no tenemos dinero ahorrado y encima es el día que merecemos vivir de la MEJOR manera, es fácil pensar que a toda costa vamos a tener que pagarnos la boda que lo incluya TODOOO.


Cuando no hay ahorros y además los padres no pueden apoyar en la medida que los hijos quisieran, es muy común pensar que la solución es:
pedir un préstamo.

A mí nunca se me olvida que en el 2017, mientras daba una asesoría financiera, empecé a indagar de dónde venían las deudas de esa persona. La peor deuda que tenía era con un prestamista. Debía $2,000.00 con una tasa de interés del ¡20% mensual! La razón «especial y justificable»: la boda.

Esta persona no había logrado juntar todo el dinero que quería, porque además iba a ser en otra ciudad, con música en vivo, en resumen, “la boda de su vida”. Entonces dos semanas antes de la boda, decidió pedir prestado y sin decirle al futuro esposo.

Claro, después de la boda empezó la realidad de pagar pero lo peor es que el ingreso no le daba para abonar un poco más que los intereses.

Volviendo al tema… boda y matrimonio quiere decir empezar una vida juntos, empezar a pagar casa, comida, servicios y transporte juntos; algo que quizás antes lo hacías en la casa de tus papás o pagabas lo correspondiente a una persona y de pronto se multiplicó.

Entonces, ante la tentación de realizar la boda de nuestros sueños, tenemos que recordar que una boda no es un matrimonio. Que el gasto que se hace en un solo día, el día de la fiesta, no puede ser más importante que todos los días, años y metas que te falta vivir con esa persona. 

El gasto en la boda NO es proporcional a la felicidad que tendrás en el matrimonio.

Comenzar una vida en pareja financieramente estable y saludable, bajo el costo de tener una boda más pequeña, frugal y sin deudas, es mucho más importante.

Es mucho más probable que seas infeliz y tengás un montón de discusiones financieras con tu pareja debido a una boda que en realidad no se podían costear; que tener una vida financieramente sana si esa primera entrada a la vida matrimonial ha sido bajo sus propios términos.

Al igual que sucede con la vida de casados en la que tienen que hacer un presupuesto, que tienen que saber cuánto va a ingresar, cuánto van a gastar y cuáles van a hacer las metas; cuando hablemos de boda debemos hacer lo mismo.

Y una vez te respondás, te vas a dar cuenta que hay cosas que podés dejar ir. Y para ejemplo te comparto este artículo que escribí sobre los gastos de mi boda.

Mi esposo y yo decidimos no tener pastel, no dar recuerdos y no hacer invitaciones porque sabemos que las personas no lo valoran mucho eso.

Yo te invito a plantearte cuáles son esas cosas de tu boda que tradicionalmente en las que casi todas las personas gastan y que vos podrías decidir no hacerlo. De forma que podás evitar pedir un préstamo para ello y enfocar tu dinero en las metas que como matrimonio tienen o tendrán. 

Pregunta del público:

¿Debería NO hacer una boda mientras tengo deudas?

Hay deudas que probablemente te tomarán mucho tiempo, como la de una casa o un carro, y es difícil que querrás esperar los 5, 10 y hasta 20 años que toma para casarte.

Si la deuda actual es un monto que equivale a un 20% más o menos de tu ingreso actual, podrías enfrentar el gasto de una boda. Pero si estás altamente endeudada/o con créditos de consumo, tarjetas de crédito o prestamistas, es mucho más sano salir de esas deudas, y al finalizar, utilizar el dinero que usabas para pagar esos créditos, ahora para ahorro de tu boda.

Si vos estás planeando casarte, que tu boda no la decida la presión social, sino la realidad financiera que hoy ambos tienen. Al final del día, serán ustedes y nada más que ustedes quienes vivirán las dificultas económicas de haber realizado una boda fuera de sus posibilidades.

 

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