¿Por qué compramos de más?

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Éste es un post invitado de alguien a quien admiro inmensamente y quien me ha enseñado mucho de lo que sé sobre administración y finanzas personales: mi mamá. Si te interesa escribir un post en Plata con Plática, escribime a [email protected] y con gusto lo publicamos, el único requisito es que sea relacionado a finanzas personales y no haya errores ortográficos.

Todos los martes y viernes acostumbro a leer los posts que escribe Elaine y trato de leer también con interés los comentarios que hacen los y las lectoras del blog, quienes expresan sus preocupaciones sobre compras y deudas, generalmente acompañadas de la pregunta: “¿por qué no puedo dejar de comprar determinado artículo? (entiéndase ropa, zapatos, cosméticos, etc.). Al notar esto, le recomendé a Elaine escribir sobre el control de los impulsos. Me retó y me dijo: mamá vos sos la psicóloga, ¿porque no te animás y lo escribís vos?

Bueno, así como experta en este tópico exactamente no soy, no me dedico a la psicología clínica, -sino más bien a otros temas que no vienen al caso,- pero decidí desempolvar algunos apuntes sobre este asunto con el ánimo de contribuir e incentivar a los interesados a profundizar en la búsqueda de mayor información. Así que por aquí les comparto algunas anotaciones del por qué a veces no podemos “dejar de comprar aquello que nos encantó, que nos llamaba”…. sí, así lo decimos: “nos llamaba”.

Cuando una persona compra sin poder controlar el impulso, se conoce como un trastorno de compra compulsiva. Es un trastorno de la conducta normal, caracterizado por preocupaciones excesivas relacionadas con las compras y por ende, por la necesidad de adquirir objetos. Es decir, no nos ponemos un alto para pensar si en realidad lo necesitamos y menos si lo podemos pagar; y como pensar en esa compra nos provoca una sensación agradable, la pasamos a buscar con ansiedad. La compra compulsiva la sufren aquellas personas que compran sólo por el placer de comprar.

Pero, ¿qué pasa después de comprar, del bienestar al realizar la conducta adictiva? Primero hay un alivio momentáneo, una satisfacción por el bien adquirido. Después se genera todo un sentimiento de ansiedad, irritabilidad, culpabilidad, que no le impide, sin embargo, volver a comprar, ya que no hay ningún control sobre los impulsos y no se distingue entre deseo y necesidad, además de las consecuencias del endeudamiento. La compra compulsiva no se limita a las personas que sobrepasan las compras más allá de sus medios y posibilidades, sino que también incluye una cantidad de tiempo considerable yendo de compras.

Generalmente este trastorno va acompañado de otros trastornos, del estado de ánimo, de ansiedad, abuso de sustancias y trastornos alimenticios, por mencionar algunos. Pero ¿que hay detrás de esto? Nos encontramos con personas que tienden a comprender y valorar mal sus sentimientos, esto dificulta distinguir entre deseo y necesidad, además de tener poca tolerancia a los estados psicológicos desagradables, tales como el mal humor, la tristeza, soledad y frustración.

De acuerdo a algunos estudios, el sector de la población que destaca como compradores compulsivos son mujeres jóvenes, con un nivel económico, cultural y profesional generalmente alto. La compra compulsiva suele comenzar a los 18 años y se manifiesta como un problema entre 7 y 10 años más tarde, por las deudas acumuladas, la sensación de ser rechazado, sentimientos de culpa, dificultades financieras, legales, problemas conyugales y familiares.

Si bien se desconoce la causa de la compra compulsiva, algunos autores acotan que existen algunos factores que podrían incidir y/o provocar este trastorno, entre otros: el tipo de vida de las sociedades consumistas donde hay atracción por estímulos de consumo y vulnerabilidad psicológica hacia los mensajes que relacionan el consumo con la felicidad y el éxito social; bajo nivel de autoestima y desconfianza hacia las propias aptitudes o habilidades; posibles carencias afectivas; insatisfacción personal; descompensaciones personales o profesionales, a las que el comprador compulsivo le da salida con compras excesivas de objetos para uno mismo o para los demás.

Si nos hemos dado cuenta de nuestra tendencia a comprar de más, debemos hacer un alto en el camino para identificar cuáles son las razones por las que compramos, qué nos movió hacia la compra y anotarlas en un cuaderno. Esto debería hacerse sistemáticamente después (pasado un día) de realizar la compra, allí podríamos ser capaces de darnos cuenta si en realidad somos compradores compulsivos/as, y si necesitamos de ayudar profesional. Existen también medicamentos administrados por expertos que son inhibidores de impulsos, así como terapia de grupo de apoyo, que es una estrategia que ha probado su efectividad en el abordaje de compulsiones, y prácticamente no tiene costo.

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