Nos falta invertir en nosotros mismos

¿Cuándo fue la última vez que destinaste algo de dinero para vos? Pero no me refiero a un gusto, un lujo, o una gratificación instantánea. Estoy segura que esas ocurren seguidas. Me refiero a una inversión, a invertir en nosotros mismos.

Hace unas semanas platicaba con mi amigo José precisamente sobre esto. Él es una persona que dedica muchos recursos (tiempo, dinero, atención) a su crecimiento: va a talleres, charlas y conferencias de diferentes temas; compra libros constantemente; elige qué podcasts escuchar en su carro, en lugar de conformarse con lo que ponen en la radio, y más.

José es una persona que en los últimos años se ha dedicado a su crecimiento. Y ese día que platicábamos me decía:

“Mirá el celular que ando, desde hace año tengo el mismo. Mirá mi carro, también de muchos años, pero en perfecto estado. Sin embargo, mirá mi fondo de emergencia: ¿cuántos que andan el último celular y están pagando el carro último modelo pueden decir que tienen un peso ahorrado?”

Tristemente tiene razón. Esa plática con él me ha estado dando vueltas en la cabeza desde entonces y he estado prestando atención particular a las inversiones que hacemos en nosotros mismos: y no, no es suficiente.

El otro día alguien me preguntaba por un taller en el que yo había participado (no lo di yo, sino alguien más) y me decía que era muy caro… pero también sé que cuando se trata de gustos, fiestas y salidas, fácilmente se gasta ese monto y hasta más.

Toda esta observación me llevó a concluir, además, que la mayoría asociamos la inversión en nosotros mismos con el auto-cuidado… y el auto-cuidado con la imagen.

Por esto, el sábado pregunté en mi cuenta de Instagram cuánto y en qué gastaban en auto-cuidado. Aquí algunas respuestas:

¿Ves cómo, salvo alguna que otra excepción, en general estamos asociando el auto-cuidado con la imagen? La mayoría de respuestas son salón de belleza, maquillaje, gimnasio, masajes, salidas. Y luego otros que ya se preocupan por su salud mental, física y alimentación. De acuerdo, esto sí es auto-cuidarse.

Pero yo quiero ir más allá. Auto-cuidarse también es pensar en nuestro futuro e invertir en ese futuro-yo. ¿Qué pasa con los seguros médicos? ¿Qué pasa con tener un retiro digno? No sé vos, pero yo me imagino siendo una viejita sana, cuerda, capaz de moverse donde sea y de hacer sus cosas por cuenta propia.

Entonces, más allá del maquillaje espectacular y las cremas anti-arrugas, ¿cuánto invertimos en?:

  • Tener una buena alimentación, que nos permita ser saludables no solo ahorita, sino cada año de nuestra vida.
  • Hacer chequeos médicos periódicos. Tengo una sola amiga que cada año se revisa completita, de pies a cabeza. Es algo que todos deberíamos hacer… pero solemos ir al doctor hasta que algo nos duele.
  • Nuestra salud mental y emocional. Especialmente los nicaragüenses, con la difícil situación que vivimos desde hace más de un año.
  • Un plan de retiro que nos garantice tener la solvencia financiera que vamos a necesitar en la tercera edad

Por cierto, ¿sabías que, en promedio, las mujeres destinamos dos AÑOS de nuestra vida a maquillarnos? Sí, de 20 minutos en 20 minutos se hacen 2 años. Esto es como los gastos hormiga: se acumula sin darnos cuenta. El punto es: ¿qué podrías hacer con 2 años más? ¿Una maestría? ¿Varios posgrados? ¿Cuántos libros? ¿Horas de yoga, meditación, ejercicio, etc.?

Y no, esto no es para pelearme con el maquillaje ni mucho menos, si yo lo hago prácticamente diario. Lo que quiero es que dediquemos un poco de tiempo a pensar cómo estamos usando (gastando o invirtiendo) nuestro tiempo y nuestro dinero… pues nos falta invertir en nosotros mismos.

Al final, cada vez que usamos el dinero en una cosa, no lo tenemos disponible para otra. Lo mismo sucede con el tiempo. Dejemos de esperar «mejores circunstancias», pues la única manera en que logramos ahorrar o invertir en nosotros mismos es convirtiéndolo en una prioridad.

Sé que no tengo que decírtelo, pero te lo recordaré: ¡no hay mejor inversión que en vos! Tanto en conocimientos, como en experiencias y, en definitiva, tu salud y tu vejez.

¿Y vos? ¿Cuándo fue la última vez que invertiste en vos mismo? ¿Qué tipo de inversión fue? ¿Has asociado siempre el auto-cuidado con la imagen?

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