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Karla, después de dedicar 16 años de su vida al mismo empleo, se encontró desempleada a sus 47 años. El panorama laboral había cambiado y su currículum, aunque lleno de experiencia, parecía anticuado y además de eso, no tenía la mínima idea de comenzar a buscar un nuevo empleo. Pero Karla no se rindió; decidió que era hora de reinventarse.
El auge de las redes sociales: A diferencia de antaño, cuando imprimir y distribuir el CV era la norma, Karla tuvo que aprender el arte de promocionarse en plataformas digitales. Comenzó por grabar videos cortos presentándose y explicando su experiencia, una estrategia que Smith (2021) mencionaba como efectiva.
Blogs y portafolios: Aconsejada por su hijo, Karla comenzó a escribir sobre su experiencia laboral en un blog. No solo le sirvió para demostrar su capacidad de redacción sino para conectarse con otros profesionales.
LinkedIn como carta de presentación y herramienta de Networking: Karla pasó de entender LinkedIn como un mero directorio profesional a verlo como una ventana al mundo laboral. Asistió a talleres sobre cómo mejorar su perfil, participó activamente en grupos relacionados y estableció conexiones valiosas.
Habilidades blandas: Karla, aunque a menudo se sintió abrumada por la avalancha de nuevas herramientas y plataformas digitales, pronto reconoció que su rica experiencia laboral le había brindado habilidades intangibles que eran igualmente valoradas, si no más. Estas habilidades, a menudo denominadas «blandas», iban desde el liderazgo y la comunicación hasta la capacidad de resolución de problemas y la empatía. En sus cursos de empleabilidad recordó la importancia de exponer este punto de manera elocuente en sus entrevistas de trabajo para proyectar su valor agregado.
También en sus cursos fue aconsejada de fortalecer sus relatos con vivencias que le dieran credibilidad, por lo tanto, ella contaba en las entrevistas laborales anécdotas recientes por ejemplo, de cómo había mediado en un conflicto entre dos compañeros de trabajo, lo que evitó la renuncia de uno de ellos. En otro momento, había dirigido una reunión crucial con un cliente importante de manera exitosa y apoyo al colega que le tocaba presentar ya que se enfermó repentinamente. Estos incidentes no se trataban de su formación técnica, sino de su habilidad para gestionar situaciones, personas y emociones.
Karla decidió inscribirse en cursos online. A pesar de los desafíos tecnológicos iniciales, pronto se sintió cómoda en plataformas educativas digitales, lo que le permitió adquirir nuevas habilidades.
Nunca se imaginó que podría tener entrevistas de trabajo en la sala de su casa. Karla tuvo que aprender sobre videoconferencia, luces y cómo presentarse adecuadamente en pantalla. Y no solo para entrevistas, sino que muchas empresas ahora ofrecen roles totalmente remotos.
Aunque inicialmente intimidada, Karla se dio cuenta de que el Networking tenía un valor inmenso. Asistió a ferias de empleo virtuales y webinars, e incluso tuvo conversaciones productivas con profesionales de otros países, ampliando su horizonte.
Nos encontramos en una era de cambio acelerado, donde las reglas de ayer no necesariamente se aplican al mañana. Sin embargo, en medio de este torbellino de evolución y transformación, hay algo que se mantiene constante: el valor inmenso de la voluntad humana.
La historia de Karla, como la de tantos otros, nos demuestra que, más allá de las habilidades técnicas y los diplomas colgados en la pared, es nuestra capacidad de adaptarnos, aprender y crecer lo que realmente marca la diferencia. Las máquinas pueden programarse para realizar tareas, pero la resiliencia, la pasión, la empatía y la capacidad de sobreponerse a la adversidad son características innatamente humanas.
¿Se pregunta si Karla logró conseguir el empleo que tanto anhelaba? La respuesta es no. Aunque tuvo ante sí atractivas ofertas de trabajo, Karla eligió no aceptarlas, prefiriendo seguir un camino distinto. En lugar de sumarse a una empresa, decidió fundar su propia consultora. Y en un lapso de menos de dos años, esa consultora floreció y se transformó en una exitosa empresa, permitiéndole a Karla ofrecer empleo a muchas otras personas.
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