Cómo y cuánto cobrar cuando sos freelance

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Una de las cosas más difíciles cuando recién te lanzás por tu cuenta es dilucidar cómo y cuánto debés cobrar por tu trabajo freelance. El dilema va más o menos así: si cobrás demasiado caro podés terminar sin un solo cliente, pero si cobrás muy poco te podés desanimar, regalar tu trabajo y darte cuenta que, al final, no ha valido la pena.

Si hace poco te lanzaste a este mundo de ser independiente o es algo que estás considerando seriamente, seguí leyendo, pues no importa cuánto amés dedicarte a lo tuyo, si no podés recibir la remuneración económica que merecés y necesitás, tu trabajo freelance no va a durar mucho tiempo.

Y antes de ponerte a trabajar y a cobrar, es imprescindible que jugués legal. ¿Qué quiere decir esto? Que parte de ser un profesional responsable y ético es darte de alta en la Ventanilla Única de Inversiones, para que podás emitir facturas y recibos a tus clientes, cobrés IVA y lo reportés a la DGI. Si querés conocer cuáles son tus opciones al momento de inscribirte, podés dar click aquí.

Dicho esto, los comienzos no suelen ser fáciles. Se los puedo decir yo, con toda autoridad, que tengo año y medio de trabajar por mi cuenta. Habrán momentos en que querrás tirar la toalla y sintás que nada vale la pena, pero si resistís la cima que debés subir esos primeros meses, te vas a dar cuenta que vale la pena. Una de las grandes interrogantes cuando llegan tus primeros clientes es ¿cuánto le cobro? y ¿en base a qué?

Aunque no hay una ciencia exacta para esto y, en definitiva, va a depender del tipo de trabajo que hagás, a continuación te presento cuatro factores que debés tomar en cuenta para llegar al precio que podés y debés cobrar.

¿Cómo anda el mercado?
Si te estás recién lanzando al freelanceo es necesario averiguar cuánto están cobrando otros freelancers con tu experiencia, que se dediquen a lo que vos hacés y basar tus honorarios en eso. Si sos diseñador y te das cuenta que otros diseñadores están cobrando $350.00 por el diseño de logo e imagen corporativa, tus servicios también deberían andar por ese rumbo.

Sin embargo, si se trata de una cotización por hora, tomá en cuenta qué tan rápido o rápida sos al trabajar. Si sos de los que puede sacar más trabajo por hora que otros, entonces cobrar el tiempo te puede poner en desventaja. En lugar de eso, considerá la tarifa por hora del mercado y el tiempo promedio que la mayoría de los freelancers se llevarían para completar el trabajo y ofrecele a tus clientes un precio por todo el proyecto.

¿Cuánto están dispuestos a pagar los clientes?
Hiciste tu ronda en el mercado y te diste cuenta que otros freelancers cobran $50.00 la hora, fijás tu tarifa en ese mismo valor y luego resulta que cuando comienzan a llegar tus primeros clientes te dicen que no te pueden pagar. ¿De qué te sirve?

Esto te dice que es necesario pensar qué tipo de empresas, organizaciones o personas querés atacar como clientes y el presupuesto que éstas pueden tener para las habilidades y conocimientos que vos podés ofrecer. No es lo mismo que tu cliente sea una empresa multinacional a alguien que paga como personal natural…. Decidí cuál es tu nicho y fijá tu precio en base a lo que pueden pagar.

Incluso hay freelancers que tienen tarifas diferenciadas: una para organizaciones grandes que pueden pagar un precio alto y otra para personas, empresas pequeñas u ONG´s con las que de verdad quieran trabajar. Que esto no te haga dudar, yo conozco varios trabajadores independientes en Nicaragua que se las juegan así y les funciona.

¿Cuánto necesitás cobrar?
Al cotizar un proyecto, debés tomar en cuenta los costos en los que vos incurrís al hacer tu trabajo. Evidentemente, dependiendo del tipo de trabajo los costos van a variar, pues no es lo mismo que seás un editor freelance y solo necesités tu computadora (en cuyo caso los costos son bajos) a que seás un arquitecto y debás pagar por impresiones y planos. Así mismo, si vas a comprar materiales, ir fuera de la ciudad o entrevistar a muchas personas, son todos costos que debés considerar.

Una vez que tomaste en cuenta esos costos, pensá en tus propias necesidades porque al final, no solo trabajás para cubrilos: necesitás tener una utilidad para que el negocio sea rentable y podás vivir. Trabajar de a gratis no es ningún negocio ;).

¿Qué tanto querés ese trabajo?
A veces vendrá un trabajo que de verdad, de verdad querrás, te guste y te apasione. Podría ser el trato para cerrar un nuevo cliente, la oportunidad de tener más experiencia en tu CV, o simplemente un proyecto del que te enamorés y en el que querrás trabajar. Para asegurarte que te den ese pegue, quizá debás considerar una tarifa muy competitiva.

Por otro lado, vendrán ofertas que huelen a problema desde un comienzo… tal vez el cliente es difícil de tratar, mala paga o simplemente el trabajo no te emociona para nada. En estas circunstancias, muchos freelancers subirán su tarifa, ya sea para que el cliente desista o, si ganan el proyecto, para asegurarse que el trabajo valga la pena.

Como verás, llegar al precio de tu trabajo no es tarea fácil y no hay una fórmula mágica para hacerlo. Sin embargo, si tomás en cuenta los cuatro factores arriba mencionados y con la práctica, vas a poder definir cómo y cuánto cobrar con solo ver el proyecto. Te puedo decir que es algo que al comienzo da miedo, pero con la experiencia reconocés el valor de tu trabajo y te das cuenta que hay trabajos que son para vos y otros que, simplemente, no lo son.

 

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