¿Y qué onda con el Black Friday en Nicaragua?

Hablemos de cultura

Sí, en definitiva sobre lo que a mí me toca hablar es sobre las finanzas; el dinero, los gastos innecesarios y las compras compulsivas… y, sin lugar a dudas, llegaré a eso. Pero antes, me parece todavía más importante hablar –y desahogarme– sobre esta nueva cultura del Black Friday nica. Me da mucho pesar saber que pedimos prestado de otras naciones –con poca cultura, si me lo preguntan a mí– días que celebran y fomentan el consumismo desenfadado, cuando no nos gusta celebrar lo nuestro.

Llega Halloween y todos los chavalos y chavalas andan emocionadísimos viendo de qué se van a disfrazar. Pero les mencionás la fiesta de los agüizotes y te quedan viendo con cara de “y eso, ¿con qué me lo como?”. Como si esto no bastara, ahora resulta que también celebramos el famoso Thanksgiving –o día de acción de gracias– que, en mi muy humilde opinión, si lo que quieren es agradecer las buenas cosas de la vida, lo pueden hacer cualquier día del año.

Bueno, ahora me entero que también tenemos el viernes negro. Me sorprendí cuando una amiga me dijo “¿vas a escribir sobre el Black Friday?” En ese momento me di cuenta que teníamos una nueva adición a la cultura nicaragüense.

Y es que de parte de los comercios lo entiendo perfectamente: al final, ellos solo quieren vender. Pero lo que más pesar me da es que veo mucha gente comprando más que por los descuentos –de los que ya vamos a hablar–, por formar parte de una cultura, ésa que solo busca consumir. Durante años hemos visto en la televisión, las famosas películas navideñas de Hollywood, que regularmente muestran las compras y grandes gangas que se encuentran en el Black Friday y hemos querido estar ahí. Bueno, ahora la oportunidad nos ha llegado y como buen nica que valora los súper ofertones, la gente se vuelve loca.

¿Y los descuentos?

Les mentiría si les digo que fui a todos y cada uno de los comercios que tenían ofertas. Sin embargo, sí fui a Camino de Oriente, donde visité una tienda y fui a Galerías Santo Domingo por la noche, a darme una vuelta y ver cómo y cuánto estaba comprando la gente. Y esto es lo que hallé.

La tienda de ropa ubicada en Camino de Oriente estaba a reventar al medio día. Decían que tenían descuentos del 10% al 50% y sí vi productos marcados con los nuevos precios. Pero les voy a contar una curiosidad. Justamente 3 semanas antes, yo había ido ahí en busca de unas sandalias negras, y en esa ocasión, casi todos los zapatos estaban al 50% de descuento. ¿Y ayer? Bueno, ayer los mismos zapatos tenían solamente el 30%. Esto no me lo contó nadie, yo lo vi.

Cuando fui por la noche a Galerías Santo Domingo, me di una vuelta rapidita por varios comercios. Entré a una tienda de ropa que tenía un letrero afuera, anunciando descuentos del 10% al 70%, cuando pregunté por los últimos, me dijeron que ya se les habían terminado esos artículos. La mayoría de la ropa tenía pequeños –o nulos– descuentos y lo que ofrecían era pagar el IVA.

Fui también a una tiendita que vende tarjetas, tazas y álbumes de fotos muy bonitos. ¿El mayor descuento? 40%. Si era real o no, no lo sé, pues tenía mucho tiempo de no entrar ahí. También fui a una librería, en la que estuve a punto de comprar un presentador USB que tenía el 50% de descuento. Es algo que en realidad necesito para mi trabajo –pero no de inmediato– y como no estaba segura si el descuento era real, decidí desistir en ese momento.

Y, sin lugar a dudas, el comercio con más gente dentro y mayores descuentos, era precisamente el más grande. Creo que nunca lo había visto así de lleno. Las filas para pagar en los dos pisos eran por lo menos de 20 personas y lo que más compraba la gente eran juguetes para niños y zapatos de mujeres. No les puedo decir si los descuentos eran reales, pues no pude ir a comparar los precios antes. Lo que sí les puedo decir es que la gente se estaba llevando bolsas enormes y en muchos casos, entraron por los descuentos y, como eso no les gustó, terminaron comprando lo que estaba a precio regular.

Al final, yo no se los tengo que decir. Ustedes hicieron un mejor trabajo que yo, y éstos son algunos de los mensajes que me enviaron ayer sobre lo que piensan de esta fecha y los tales descuentos que encontraron:

☑️ Que el #BlackFridayNica sea en día de quincena es lo peor para los consumidores, no así para las tiendas y resto de vendedores.
☑️ #BlackFriday es una prueba de fuego para todos… como diría @ElaMVela primero preguntémonos: ¿lo quiero o lo necesito? ¡Suerte a todos!
☑️ Necesita una camisa blanca que según precio anterior $38, precio #blackfriday $46. No sirvió esperar el día para comprar.
☑️ Los ahorros se fueron en inversión en Black Friday.
☑️ Pero como si el fin de semana no fuera suficiente… ¡ahora existe el Cyber Monday!
☑️ Hoy efectivamente cayeron miles en la trampa, nos vemos en enero pegando gritos por no poder pagar.

Unos últimos consejos

Lo ideal hubiera sido que compararan precios la semana anterior, para verificar que los descuentos fueran reales. Pero si andaban tan perdidos como yo y ni sabían de la existencia del Black Friday Nica, evidentemente no lo hicieron.

Las preguntas básicas para hacerte antes de comprar:

☝️ ¿Lo quiero o lo necesito?

☝️ ¿Lo voy a usar?

☝️ ¿Lo puedo pagar?

☝️ ¿Me va a traer más dinero?

☝️ ¿Me va a traer un ahorro a largo plazo?

Si no necesitás nada, mejor ni te acerqués a las tiendas; si no lo podés pagar, simplemente no lo comprés.

Por otro lado, si hay algo que desde hace rato estabas necesitando y ya tenías PLANIFICADO comprar, y además lo encontrás con un súper descuento: adelante, puede ser una oportunidad para gastar menos de lo presupuestado.

Si vas a aprovechar el Black Friday para comprar los regalos de navidad, no comprés a lo loco y andá con tu lista en mano, buscando solo lo que ya sabías ibas a comprar.

Finalmente, no te dejés llevar por el consumismo masivo que estamos viendo este fin de semana. Solo porque los otros están comprando, no quiere decir que vos también debás hacerlo; si tus posibilidades no te lo permiten, es mejor no gastar y evitar pasar pagando seis meses lo que te tomó cinco minutos comprar. Lo que menos me gusta de todo esto –además de la cultura prestada, que ya les comenté– es que lo hayan hecho el día que le pagan a la gente y en la época en que tienen su aguinaldo en las manos. Vos trabajás DURO por ese dinero, no lo tirés a la basura comprando cosas que no necesitás.

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