Los tres pilares de las finanzas personales

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Éste es un post invitado de un lector, alguien a quien además, conozco desde hace muchos años. Si te interesa escribir un post en Plata con Plática, escribime a [email protected] y con gusto lo publicamos, el único requisito es que sea relacionado a finanzas personales y no hayan errores ortográficos.

Existe un modelo que nos recomiendan muchos de los grandes gurús de la libertad financiera, éxito profesional y finanzas personales. Nos hablan acerca de un esquema que se fundamenta en tres pilares fundamentales: Ahorro, Inversión, Seguros.

En su audiolibro “Las 21 Leyes Absolutamente Inquebrantables del Dinero”, Brian Tracy nos dice en su decimocuarta leyLa ley del tres. “La mesa de la libertad financiera tiene tres patas: ahorrosseguros e inversiones”. Tracy nos indica que debemos destinar el 10% de nuestros ingresos para cada uno de estos objetivos: 10% para ahorro, 10% para seguros y 10% para inversiones, y que debemos ajustarnos a vivir con el 70% restante. Hagamos un pequeño análisis de cada una:

Ahorro

Una característica fundamental que comparten la mayoría de las personas que ahorran, es que tienen un objetivo bien definido por el cual lo hacen. Algunos ahorran para comprar una casa, un vehículo, para pagar educación o para su propio retiro. Sea cual sea el motivo por el cual ahorramos, es importante hacerlo.

Personalmente, recomiendo en principio contar con un ahorro líquido equivalente a 3-6 meses de salario o gastos normales. Este ahorro nos permitirá estar protegidos contra lo inesperado, como un desempleo repentino, una enfermedad menor que nos deje sin trabajar durante unas semanas o un evento inesperado que no teníamos programado dentro de nuestro presupuesto.

Una vez contemos con este ahorro básico, podemos ver a objetivos más grandes, como la prima de una casa o un vehículo, o la propia jubilación. Para este último, podemos pensar en un programa de retiros privado.

Inversión

Vamos a partir de un principio básico: cada uno de nosotros es el único responsable de nuestro futuro financiero, incluyendo la planificación de nuestra propia jubilación. Basta con leer las noticias un poco para darnos cuenta que los sistemas de seguridad social a nivel mundial, están colapsando. Estados Unidos, el país “más poderoso” de la tierra, no cuenta con la suficiente capacidad para brindar los beneficios necesarios de todas las personas en edad de jubilación; ni en beneficios médicos, ni en beneficios de fondos para retiro. En Latinoamérica, nuestros sistemas de Seguridad Social están colapsando, sin tener la capacidad de brindar respuesta a nuestras crecientes necesidades. Agunos, incluso, se encuentran en riesgo de quiebra.

Por esta razón, debemos destinar el 10% de nuestros ingresos a un ahorro de cara a una futura inversión, con el fin de lograr la libertad financiera. Robert Kiyosaki, autor del bestseller “Padre Rico, Padre Pobre” define la libertad financiera como la capacidad de poder dejar de trabajar, y seguir generando ingresos sin la necesidad de estar presentes físicamente. Básicamente, indica que la libertad financiera se logra cuando tus ingresos pasivos (que no dependen de tu trabajo, sino de tus inversiones) son superiores a tus gastos. ¿No sabes en qué invertir? No importa. Cuando nos encontramos preparados, las oportunidades van a empezar a ser evidentes. Esto te lo puedo decir en base a mi experiencia.

Seguros

Hagamos una distinción importante: en este acápite no debemos incluir seguros del vehículo, seguros de la casa (en caso que seas dueño de tu propia vivienda), seguros dentales, seguros por préstamo personal, etc. Todos esos deben ser considerados gastos administrativos inherentes a esas situaciones particulares, que deben estar incluidos en “la cuota” que debemos pagar por cada uno de esos bienes o servicios. Cuando hablamos de seguros, hablamos de tres casos muy particulares: Seguro de Vida, Seguro de Gastos Médicos Mayores y Seguro de Incapacidad Laboral.

Seguro de Vida: Debido a mi profesión, muchas veces he escuchado la siguiente frase: “Ya tengo seguro de vida, estoy BLINDADO, tengo U$50,000 en caso de fallecimiento con el seguro de la tarjeta de crédito”. Estas personas se encuentran jugando con fuego, y no lo saben. Para empezar, los seguros de las tarjetas son, por lo general, únicamente en caso de fallecimiento por accidente (es por eso que no hacen evaluación médica antes de asegurarte) y además, sirven principalmente para cubrir cualquier deuda pendiente que se tenga con el emisor de la tarjeta de crédito al momento de un fallecimiento.

Todos deberíamos tener un seguro de vida, incluso si nadie depende económicamente de nosotros. ¿Por qué? Porque aunque suene feo, morir, es caro. Y es caro para la familia que queda, sean nuestros padres, abuelos, hermanos, cónyuge o hijos.

¿Cómo calcular nuestro seguro de vida?

¿Cuál es la edad de tu hijo/a menor? ¿A qué edad considerás que él/ella estará listo/a para valerse por sí mismo/a? ¿Cuánto necesitaría tu cónyuge, o quien se haga cargo de tus hijos, para seguirles brindando la misma calidad de vida que vos le brindabas con tus ingresos? Multiplicá esa cantidad (ingresos) por la cantidad de años que hace falta para que tu hijo/a menor deje de depender financieramente de vos. ¿Cuánto va a costar la universidad de tus hijos? Al monto anterior, sumale este costo de la universidad. ¿Tenés deudas o pasivos pendientes por pagar, que no se encuentren respaldados de otra manera? Debés incluirlo en el monto de tu seguro de vida.

Seguro de Gastos Médicos Mayores: Cada uno de nosotros debería contar con un programa de gastos médicos mayores, de preferencia de cobertura internacional. Existen situaciones médicas tan graves o complicadas, que contar con la posibilidad de tratarnos en el extranjero puede ser la diferencia entre la vida y la muerte; sin embargo, es importante darnos cuenta que no necesitamos salir de nuestro país para llegar a tener una cuenta hospitalaria tan grande que afecta directamente nuestro patrimonio, o el de nuestra familia. Investigá acerca de programas de Gastos Médicos Mayores de cobertura internacional.

Seguro de Incapacidad Laboral: Es importante hacernos la siguiente pregunta; Si tuviera que dejar de trabajar por un largo período de tiempo, debido a una enfermedad o accidente grave, ¿Durante cuánto tiempo podría afrontar mis gastos de vida y mantener al día mis cuentas por pagar? Accidentarnos o enfermarnos, sin contar con un plan de contingencia a mediano o largo plazo puede desestabilizar incluso al mejor plan financiero que podamos tener. Incluso si ya hemos alcanzado la libertad financiera y no dependemos de nuestro trabajo para poder percibir ingresos, contar con una llanta de repuesto siempre nos va a brindar paz mental, incluso en las situaciones más difíciles.

El 70%

Una vez que destinemos 30% de nuestros ingresos a respaldar nuestro futuro financiero, podemos disponer del 70% restante para nuestros gastos de vida. Hay que aclarar que en ello debemos incluir nuestros gastos de vida, gastos de educación (personal, o de nuestros hijos), el pago de la casa (en caso que seamos dueños de nuestra propia vivienda), el pago del vehículo, recreación, los “gustitos”, etc. En pocas palabras, ese 70% es lo único con lo que podemos contar para nuestros gastos cotidianos, y el otro 30% debe ser INTOCABLE para poder garantizar nuestro futuro financiero.

Quiero terminar con una frase que resume el objetivo de contar con estos tres pilares en nuestra vida financiera:

«Tú eres el arquitecto de tu propio destino; tú eres el amo de tu propia suerte, tú estás detrás del volante de tu vida. No hay limitaciones a lo que puedes hacer, tener o ser, salvo las limitaciones que te pones a ti mismo por tus propios pensamientos.»- Brian Tracy

Autor: Camilo Caldera.

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