Tarjetas de crédito de tiendas: ¿valen la pena?

valor oferta

En muchas tiendas y supermercados, al acercarte a la caja a pagar, quien te atiende te ofrecerá una tarjeta de crédito de dicha tienda. Estas tarjetas son, en pocas palabras, tarjetas de crédito que solamente se pueden usar en esa tienda en particular. Con ella, podés hacer tus compras y pagar después, una vez que te llegue la cuenta; lo que significa que hay un interés de por medio y que podés terminar pagando por lo que compraste, más de lo que decía la etiqueta.

Yo conozco a personas que tienen tarjetas de Simán, La Colonia y una que otra gasolinera y si además, Carrión les ofreciera una, también la aceptarían. Entonces, la pregunta es ¿realmente valen la pena?

Lo bueno

La principal ventaja de estas tarjetas –y la razón por la que la mayoría las acepta- es que frecuentemente ofrecen un descuento considerable en la primera compra que hacés con ella. Algunas ofrecen incluso, descuentos en las compras que hacés el día que te inscribís, por lo que es una gran tentación simplemente decir que sí al de la caja y conseguir 1% ó 25% de descuento inmediatamente. Pero eso no es todo, muchas vienen además, con una serie de cupones, suficientes para comprar una vez a la quincena si así lo quisieras  y diferentes descuentos, dependiendo de la compra. Así, si hay una tienda a la que vayás seguido y realmente comprés sumas considerables cada mes, puede que aplicar a una tarjeta de crédito te sea útil.

Lo malo

A pesar de las ventajas aparentes de estas tarjetas, como toda en la vida, también tienen su lado oscuro. Para empezar, suelen tener tasas de interés altísimas, a veces incluso más altas que las tarjetas de crédito que ofrecen los bancos. De esta manera, si se te olvida pagar el total de lo que consumiste durante el mes –o peor aún, gastaste más allá de tus posibilidades- podés llegar a pagar una pequeña fortuna en intereses,  lo que terminaría anulando por completo cualquier ahorro o descuento que pensabas obtener por pagar con la tarjeta de la tienda, y podrías incluso, terminar endeudándote.

Otro punto a considerar es que, a diferencia de las tarjetas de crédito regulares, éstas sólo pueden ser usadas en una tiendaen particular, por lo que si no comprás ahí muy seguido, podés terminar coleccionando estas tarjetas en tu billetera.

Además, por ser ofrecidas por el personal en caja –quienes muchas veces reciben comisiones- rara vez estas personas están realmente capacitadas para explicar los términos y condiciones, tasas de interés y demás detalles del contrato. Así, para ellos es más importante que vos aceptés la tarjeta a que comprendás a lo que te estés metiendo.

¿Y entonces?

En conclusión, si estás considerando aplicar a una tarjeta de crédito de este tipo, asegurate que sea de una tienda que visitás con frecuencia para que realmente saqués ventaja de los descuentos y  promociones; pero  si no podés ser  lo suficientemente disciplinado para pagar el balance total a final de cada mes, probablemente es mejor que te mantengás lo más lejos posible de ellas.

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