¿Se acuerdan de mi roommate? ¿La de las piñatas? Pues bien, Gaby además de ser increíblemente talentosa y creativa con sus manos, es vegetariana. Después de casi 1 año de compartir cuarto con ella todas las noches y una que otra comida al día, me he dado cuenta que ella gasta menos.
Y no sólo porque sea una persona súper sencilla –y además es la mujer menos compradora compulsiva que conozco- sino porque ser vegetariano, realmente es más barato. He de confesar que intenté “convertirme” al vegetarianismo hace un par de meses: un desafío de un mes de PETA que lastimosamente no pude lograr, pues el día #23 decidí comerme una pasta con mariscos.
En Nicaragua amamos la carne, esa es la realidad. Conozco gente que si puede comer carne –preparada de cualquier manera- desayuno, almuerzo y cena lo hace con todo el gusto del mundo. Sin embargo, les puedo decir que antes de aceptar el desafío de PETA me informé sobre las implicaciones de este tipo de dietas y todos los beneficios que trae, sobre todo para el medio ambiente y la salud… pues ahora yo agrego los beneficios económicos.
Aclaro que no estoy diciendo que todos debamos ser vegetarianos, pero si podemos aprender un poco del estilo de vida de otras personas –y ahorrar unos cuantos centavos de paso- ¿por qué no hacerlo? A continuación les presento 5 maneras en las que ser vegetariano, y llevar una vida saludable en general, nos puede ahorrar dinero:
Costos de proteínas más bajos:
Es un principio básico y real, tradicionalmente probado y difundido por los vegetarianos. El argumento es que la carne es uno de los ingredientes más caros que podés comprar –si dudás preguntáselo a quien hace las compras en tu casa–, al eliminarlo de tu dieta y sustituirlo por otros alimentos de menor costo –arroz, verduras, frijoles– pues, se ahorra dinero.
Costos médicos más bajos:
Tener una mejor salud se traduce en menos gastos en el doctor, ¿es o no es? Yo no sé ustedes, pero la mayoría de los vegetarianos que yo conozco son delgados, sanos y fuertes. Al mantener un peso saludable nos evitamos todo tipo de enfermedades cardiovasculares, que además de ser peligrosas, pueden resultar un ojo de la cara.
Menores costos para mantenerse saludable:
Además del punto anterior, en el que los gastos de visitar un doctor u hospital son fáciles de medir, considerá también algunos costos asociados simplemente para mantener la salud. Está comprobado que los vegetarianos consumen, en promedio, alrededor de 500 calorías menos que aquéllos que sí comemos carne; eso se traduce en aproximadamente 1 hora de ejercicio vigoroso. ¿No sería mejor cancelar tu membresía en el gimnasio, ir a dar un paseo, y no preocuparte por cómo vas a quemar el almuerzo?
Más energía:
Se dice que los vegetarianos tienen más energía durante el día que el resto de nosotros. Tiene sentido si te ponés a pensar en cuánto tiempo y energía le toma a nuestro cuerpo poder digerir el pedazo de carne de la cena. Este incremento energético puede conducir a una mayor productividad y logros en el trabajo -que pueden desencadenar un aumento salarial- y más energía en la casa implica mejores relaciones y menos estrés.
Seguro de vida:
Al contratar un seguro de vida te hacen todo tipo de preguntas con respecto a tu salud, tus hábitos de vida y tu alimentación. Entre mayor sea el riesgo que corre la aseguradora –es decir, a medida que tengás una salud más pobre– más te costará tu seguro de vida.
Por cierto, ¿sabías que hay un movimiento mundial para no comer carne los lunes? Deberías probarlo: además de beneficios para tu salud y el medio ambiente, tu cartera se verá beneficiada. Y ya que estamos hablando del ahorro y llevar una vida sana: ¿te has puesto a pensar en lo que cuesta el alcohol? Cada vez que salís y comprás un par de cervezas o una botella entre los amigos, ¿cuánto estás gastando realmente? ¿Y fumar? ¿Cuánto cuesta una cajetilla de cigarros? ¿Qué podrías hacer con ese dinero, si no lo gastaras en alcohol y cigarros?