Las campanas dicen dan-darán

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“Las campanas dicen ‘dan-darán” es una de las frases favoritas de mi mamá y una que yo crecí escuchando. Aunque probablemente ella se refería a ser recíprocos en el amor, el cariño, las atenciones y el darse a los demás, es una frase completamente válida para el dinero y tus ingresos.

¿Alguna vez has escuchado a personas decir que mientras más dinero donan, más dinero reciben? Yo sí, y no sé cómo funcione exactamente… si será cuestión de karma o de la ley de la atracción, pero lo cierto es que dando es como más recibimos.

Si de entrada estás pensando que a duras penas te da para mantenerte a vos y que donar a la caridad más bien le va a abrir un hueco a tus finanzas, mejor seguí leyendo, porque al contrario de lo que creés, puede traerte grandes remuneraciones.

Una de las cosas más importantes que podés hacer por tus finanzas personales es presupuestarte acorde a tus valores. ¿Estás realmente gastando tu dinero en las cosas que son importantes para vos? ¿Cuáles son tus prioridades? Si dar un poco de lo que tenés a la beneficencia es algo importante en tu vida, entonces por necesidad, harás lo posible por tener el dinero que te permita completar la transacción; así te ves forzado a tomar mejores decisiones en tu vida financiera, para dirigir tus recursos hacia lo significativo.

Por otro lado, el dar a otros nos recuerda que hay personas que están en peores condiciones que nosotros. En lugar de centrarte en el materialismo y en lo que creés que necesitás, al ver a ésos que tienen necesidades reales, se te hace fácil recordar y agradecer las buenas cosas que sí tenés en tu vida.

Teniendo rentas, hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos automotrices y otras deudas que pagar, instantáneamente pensamos que no hay manera que encima podamos donar dinero a alguna causa. Sin embargo, si cambiás tu mentalidad a “voy a donar C$200.00 córdobas al mes, que significan un par de cervezas o una ida al cine”, ya no parece tan difícil e inalcanzable, ¿no es así? Debemos dar ese salto de pensar “¿Qué merezco tener?” a “¿Qué tengo para dar a los demás?”

Muchos tienen la intención de dar, pero se detienen pensando que lo que pueden aportar no hace mucha diferencia, les tengo noticias: con el 48% de nicas viviendo debajo de la línea de la pobreza, lo que para vos es poco, para muchos es todo y SI hace una diferencia. Muchos otros creen que deben ser “ricos” para poder ayudar a los demás –o peor aún, que es obligación de los multimillonarios sacar al resto del mundo adelante- pero deberías considerar que el sólo hecho de estar leyendo este post (en Internet) te pone en una posición privilegiada respecto a la mayoría.

La beneficencia debería ser un gasto programado en tu presupuesto y siempre debés hacerlo dentro de tus posibilidades, pues la idea es ayudar a otros, sin perjudicarnos a nosotros mismos en el proceso. Existen diferentes organizaciones y causas a las que podés apoyar, por lo que es importante que encontrés una con la que te sintás identificado y que considerés importante. Por ejemplo, a mi amigo “el adicto al café”, le quitaban directamente de su tarjeta  de crédito una donación mensual para las aldeas S.O.S.

Finalmente, recordá que la caridad no siempre se trata de dinero. Si realmente no tenés los recursos financieros para dar lo que te gustaría, siempre podés ayudar a tu comunidad donando otras cosas (ropa, zapatos, ropa de cama, juegues, etc.) y tiempo, que a veces es incluso más valioso que el dinero ;). Ofrecerte de voluntario en alguna causa te ayudará a conocer gente única e interesante que te ayudarán a crecer en maneras que podrían sorprenderte.

Los dejo con la siguiente pregunta, esperando que quede revoloteando en sus cabezas: ¿Qué pasaría si todas las personas dedicáramos un día al año como voluntarios en alguna obra de nuestra comunidad?

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