A pocos días de las vacaciones, habrán algunos que desde inicio de la semana están disfrutando de sus vacaciones y otros que esperan como nuuunca que el reloj marque jueves y decirle chao pescado al trabajo.
Había decidido no escribir ningún post al respecto porque en años anteriores he dado todas las recomendaciones posibles, que podés leer aquí. Sin embargo, dadas las muchas preguntas que he recibido en estos días sobre gastos y ahorro en esta época –y porque también sé que un último recordatorio nunca está de más– considero pertinente este post. Lo que menos queremos es un dejá vu de «después de un gustazo, un trancazo.»
Si ya tenés planes:
¡Te felicito! Has sido de esos precavidos que planificó con tiempo, usó un formato de presupuesto y ahorró. Ahora lo importante es no desbocarte y gastar de más en cosas, comida o salidas que no necesitás.
Si debés escoger entre gastar en ropa o accesorios –para estar listos para el verano– y la experiencia que vivirás como tal (el hospedaje, comida, entretenimiento, etc.), es mejor que te vayás por lo segundo, puesto que los estudios muestran que invertir en experiencia siempre genera los mejores retornos. Velo así, cuando pensás en el año pasado, ¿recordás las cosas que hiciste o la ropa que andabas puesta? Te aseguro que más lo primero que lo segundo.
Además, si llevás tarjetas de crédito, asegurate de:
- Gastar solamente lo que presupuestaste y sabés podrás pagar en la fecha que te corresponde para no generar intereses.
- Tener a mano el número de teléfono del banco, para que en caso de robo o extravío podás llamar e informar inmediatamente.
No olvidés que si tu familia entera se va, tu casa queda desprotegida, por lo que es buena idea pedirle a un vecino, amigo o conocido que te le eche un ojo de vez en cuando. De hecho, lo ideal sería irte con la seguridad de saber que contás con un seguro de hogar.
Si aún no tenés planes:
Si a estas alturas del partido no sabés qué vas a hacer, dónde ir o con quién, quiere decir que por alguna razón, no planificaste y si es así, probablemente no tengás el dinero para salir al mar estos días.
Sé que leer esto puede ser duro para vos pues si todos salen, ¿por qué vos no? Mi recomendación es que pensés que más duro va a ser irte a disfrutar por 4 días y luego sufrir durante un mes –o más, si terminás endeudándote)–por lo que gastaste.
Por otro lado, siempre van a haber opciones menos costosas para distraernos. Por ejemplo: en lugar de salir toda la semana y pagar por hospedaje y comida, ¿por qué no salir un solo día? Quizá algún amigo o familiar te dé posada y no gastás en eso, o tal vez podrías compartir el costo del transporte entre varias personas. El punto es que siempre, siempre hay opciones para ahorrar y no gastar de más.
Si trabajás para el estado:
Recientemente se anunció que para activar la economía, el estado pagaría a sus empleados antes de la Semana Santa para que éstos puedan salir, gastar y consumir.
¡Ojo! Aunque no dudo que esto signifique grandes ingresos para la industria del turismo, también podría ser un arma de doble filo si no te presupuestás bien y gastás de más. Imaginá que en 4 días te gastás lo que se supone es para un mes ¡y de adelantado! Te tocaría pasar 35 días más esperando el siguiente pago. Si me lo preguntás a mí: ¡no vale la pena!
Si tenés deudas:
Finalmente, si tenés varias deudas encima que siempre te estás preguntando cómo pagar, esta podría ser una buena oportunidad para ahorrar y no gastar de más. Así hayás separado algo de tu quincena para la Semana Santa, ¿acaso no te traería una satisfacción mayor y más duradera salir antes de deudas? Te asegeuro que es así.
Y si de plano ni siquiera habías separado un fondito para estas vacaciones, no tiene caso que continués echándole más arena al hoyo de tus deudas: ¡preferí quedarte en tu casa sin gastar que seguir endeudándote!
Si no te gusta leer y/o querés tips adicionales, por acá te dejo este videito. Viejo, pero bueno.