Cuando las personas estamos ahogadas en deudas sentimos que no hay manera de salir. El alto nivel de endeudamiento acarrea estrés, ansiedad, gastritis, migrañas, insomnio, falta de concentración, baja productividad, problemas al relacionarnos y, en algunos casos, nos lleva al suicidio.
El año pasado nos llegó un caso a nuestro podcast, Endeudados Anónimos, en el que una persona nos contaba cómo llegó a endeudarse, especialmente con tarjetas de crédito.
Como hacemos en cada episodio, nosotros leímos su carta tal cual llegó y procedimos a analizarla, entender por qué y cómo llegó ahí y, lo más importante, dimos consejos y una posible ruta a seguir para mejorar su situación.
Hace unos días, con una gran felicidad, leímos un nuevo correo de la misma persona compartiendo su historia de éxito y cómo logró salir de ahí. ¿Lo más valioso? Nos comparte sus acciones, lecciones y lo que hizo para conseguirlo. Esto solo es una prueba más de que, por más difícil que parezca, sí se puede salir de deudas.
A continuación te compartimos el episodio donde leemos su carta y compartimos su problema.
Y esta es la carta que nos envió recientemente.
Hola Ela y Ricardo, ¿cómo están? Espero que bien,
Ojalá pudieran sentir la emoción y felicidad que siento al escribir esta carta, soy una de sus fieles seguidoras del Podcast y también soy la protagonista de uno de los casos, específicamente del caso llamado “Como las tarjetas de crédito destruyeron mi vida”
Bueno, una vez más quiero disculparme de antemano porque esta carta puede que llegue a ser un poco larga, sin embargo creo que merece la pena contarles detalladamente lo que ha pasado desde la última vez que les escribí la carta, la cual después de hacerla lloré porque no creí que fuera posible poder salir a flote, pero gracias a Dios, a este podcast, los consejos financieros de la Ela, leer libros de finanzas personales (entre ellos “Mujeres y Finanzas” obvio ) y por último y no menos importante, mi esfuerzo y gran disposición para el sacrificio que hice todo este tiempo.
Para darles un poco de contexto, tenía un serio problema de deudas, específicamente con 3 tarjetas de crédito y un extra-financiamiento que entre todos sumaban casi USD$8,000.
Estuve durante varios meses pagando un poco más del mínimo de las tarjetas y del extra- financiamiento la cuota que me tocaba, sin usar para nada las tarjetas de crédito. De hecho, las destruí apenas empecé mi plan. Para esto yo seguía cubriendo mis gastos personales con mi ingreso de salario, medio hacía un presupuesto, pero debo decir que no siempre lo respetaba.
La verdad es que siempre me quedaba con muy poco dinero en mi cuenta, ya del fondo de emergencia ni hablemos porque era inexistente.
Pasaron varios meses y yo sentía que esa deuda no bajaba casi nada, no tenía ahorros ni fondo de emergencia, me sentía estancada. Un día decidí sentarme a pensar en qué era lo que me estaba haciendo fallar en no llegar ni acercarme al objetivo y descubrí los siguientes puntos:
- La deuda no bajaba porque una gran parte se iba a los intereses.
- No hacía ni respetaba mi presupuesto.
- Ahorraba lo que me sobraba del salario, en lugar de destinar una parte al ahorro al momento de recibir el salario.
- Seguía comprando ¨cositas¨ que realmente eran gastos tontos y que no podía ni debía permitirme en ese momento.
Después de eso me prometí a mi misma que me sacaría de esas deudas, ya que me quedó claro que no puedo mejorar mi vida sin sanar mis finanzas, pero debo decir que estuve muy tentada a abandonar esas deudas y seguir con mi vida, ya que no me encuentro en mi país y sería muy fácil, pero definitivamente mi paz y tranquilidad no tiene precio, a parte que no se puede construir sobre malos cimientos.
Empecé a tomar acciones, tales como: hacer otra cuenta que fuera específicamente para ahorros, destinaba mi porcentaje de ahorro desde que recibía el pago no lo que me sobraba, hacer mi presupuesto quincenal y respetarlo, eliminé aplicaciones de compras que me enviaban notificaciones todo el tiempo, empecé a llevar mi almuerzo al trabajo la mayoría del tiempo, disminuí la compra de ropa a lo estrictamente necesario, reduje mis salidas y reduje mi porcentaje para gustitos a solamente 5%.
Incluso recibí un bono en el trabajo y mientras mis compañeros planificaban cómo iban a ir a gastarlo al mall, yo lo deposité íntegro en mi cuenta de ahorros.
Una vez tenía un ahorro suficiente para poder negociar con los bancos me puse en contacto con ellos y para hacer más atractivo el acuerdo, les dije que podría pagar de contado. Fueron muy amables y accesibles, la comunicación fue por correo. Me hicieron un buen descuento, reconociendo los intereses que había estado pagando con los pagos mínimos.
En un lapso de 3 semanas pagué los totales de las 3 tarjetas de crédito y no se imaginan la emoción que sentí al llegarme esos estados de cuenta en $0, me sentí feliz y orgullosa de mi misma por haberlo logrado.
Para finalizar quiero escribirles por acá las lecciones que he aprendido:
- La relación con el dinero puede impactar tu vida, pero si esta es mala, la impacta negativamente en gran manera.
- Las tarjetas de crédito no son las enemigas, es la ignorancia y creer que es un ingreso extra de dinero lo que sí es y nos hace caer en deudas de consumo absurdas.
- Lo que me ayudó a salir de esto no fue tener más ingresos, fue aprender a manejar mis ingresos.
- Debo pensar en el mañana y no en el YOLO.
- Los bancos no son malos, uno sabe a lo que se mete y es por voluntad propia.
Puedo mencionar muchas más lecciones, pero mejor hasta ahí. Eso sí, no quiero despedirme sin agradecerles una vez más por este increíble espacio que estoy segura de que como a mí, ha ayudado a demasiadas personas alrededor del mundo. Han impactado a muchas personas y quiero creer que muchas ya están tomando acción y otras han logrado salir y se encuentran en una mejor situación.
Esto es solo el comienzo de una mejor vida financiera y de una mejor relación con el dinero, gracias, por tanto, un gran abrazo a la distancia.
Atte. Su fiel amiga ¨Ex endeudada anónima ¨