Se buscan inversionistas

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Éste es un post invitado de mi amigo “el adicto al café”, pues no solo toma café como contratado, sino que también se le da lo de escribir. Si te interesa escribir un post en Plata con Plática, escribime a [email protected] y con gusto lo publicamos, el único requisito es que sea relacionado a finanzas personales y no hayan errores ortográficos.

Una de las cosas más interesantes que he estudiado estando en Corea es cómo el increíble crecimiento económico de este país se financió en gran parte con los ahorros de la gente. Muy resumido, en los 70’s el gobierno empezó a usar los ahorros de los bancos (nacionalizados) para dar créditos a empresas que estaban invirtiendo en grandes proyectos (puertos, vías férreas, refinerías, etc.). Todo esto era posible porque Corea tenía una de las tasas de ahorro más altas del mundo. Hasta el 30% de todo el dinero en este país iba a parar a una cuenta de ahorro.

El sistema no es perfecto, obviamente, porque llevó a la creación de empresas gigantes que ahora dominan la economía de este país. Pero pienso que en la historia de Corea hay una lección importantísima para los nicaragüenses: ahorrar no solo es importante para tus finanzas personales. Tus ahorros son capital que las empresas -sin importar su tamaño- pueden utilizar para invertir y hacer crecer la economía del país.

Y aquí entra a bailar un término que tal vez hayás escuchado en los programas de economía de la televisión: los mercados de capital, que no son otra cosa que un mercado donde lo que se compra y vende es dinero. Tu dinero. Las empresas necesitan capital para financiar proyectos de inversión, y recurren a los mercados (la bolsa, por ejemplo) para emitir instrumentos (como bonos o acciones), y obtener fondos de inversionistas, que bien pueden ser otras empresas, o inversionistas individuales.

¿Suena complicado? Imagináte la pulpería cerca de tu casa donde has ido toda la vida. Los dueños quieren ampliar el local para convertirlo en un mini-súper. Para no pagar la alta tasa de interés que les cobraría el banco por un préstamo personal o una hipoteca sobre la pulpería, deciden proponer a los vecinos –sus clientes de toda la vida- emitir pagarés con un interés atractivo (mayor que el de una cuenta de ahorro) y a un plazo de un año. Para convencerlos, los dueños de la pulpería  también presentan a los vecinos las ventas totales y el uso que le darán al dinero que obtengan. Finalmente, 20 personas deciden obtener uno de estos pagarés, poniendo $500 dólares cada uno y los dueños de la pulpería tienen ya los fondos para realizar su ampliación. Bienvenido a  “Mercados de Capital, versión barrio-de-Managua”.

¿Y cómo se relaciona esto con un simple mortal como yo? Pues no quiero ser aguafiestas, pero la realidad es que no todos vamos a poder ser emprendedores y poner nuestro propio negocio. Tal vez no encontrás una idea que te apasione, tal vez alguien más ya la implementó, o tal vez (como es mi caso) preferís la seguridad de tu ingreso mensual, y además te gusta lo que hacés trabajando para otro. Pero eso no significa que no podés poner tu dinero a producir. Siempre y cuando tengás ahorros disponibles que no planeés usar en el corto plazo, sos un inversionista en potencia!

Interesante, pero, ¿y donde empiezo? Pues esta es, quizás, la parte más complicada. El mercado de capitales en Nicaragua está en pañales y son muy pocas las empresas que emiten bonos, y cuando lo hacen, los montos mínimos de inversión pueden ser muy altos. Pero volvamos al ejemplo de la pulpería. En un país pequeño como Nicaragua, sólo es cuestión de estar atento, preguntar y dejarle saber a la gente de tu confianza que te gustaría invertir en algún negocio.  El primo de tu amigo que está sembrando frijoles, tu ex compañero de Universidad que tiene una zapatería en Granada, o hasta la pulpería a la que vas siempre. Si cambiás tu perspectiva, te vas a dar cuenta que estás rodeado de pequeñas empresas que podrían usar tus ahorros como capital para ser más productivas.

Claro que hay riesgos, y tenés que tener en cuenta que esto NO ES PRESTAR DINERO. Esto es una inversión. Tiene que ser algo en lo que creás, donde tengás acceso a la información del negocio, y donde confiés en quienes lo administran. También tenés que estar claro que no es tu negocio; vos sos un inversionista pero los administradores son otros. Lo mismo aplica si sos el emprendedor y estás buscando alguien que invierta en tu negocio. ¡La transparencia es fundamental!

Como siempre les dice Plata con Plática, el ahorro es fundamental para unas finanzas personales sanas; pero también para el crecimiento económico de nuestro país. La historia de Corea lo demuestra: ¿Querés ver un cambio en el país? Poné tu dinero a trabajar por Nicaragua!

Autor: Christian Malespín Largaespada.

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