Factoraje vs. préstamo personal: qué es mejor

| Este artículo es presentado por AFINSA Factoring. |

Todos los negocios van a requerir de financiamiento en algunos o varios puntos de su existencia. Requerimos financiamiento para comenzar –la mayoría de las veces–, requerimos financiamiento para crecer, para invertir y a veces en el día a día por problemas de liquidez. 

Y cuando estamos buscando ese financiamiento a veces podría parecer que las opciones son muy limitadas, lo cual es cierto. Aquí vamos a desmenuzar  algunas de las opciones en las que pensamos o consideramos, sobre todo cuando estamos a punto de iniciar nuestro primer negocio.

Al inicio, cuando vos comenzás una empresa, no tenes tantas opciones de financiamiento, primero porque los requerimientos de la banca no te lo permiten, aún cuando ya estás formal y tenes dos o tres años en el negocio. Entonces cuando no podés optar a un préstamo corporativo o empresarial con la banca –que en teoría debería de ser una de las primeras opciones y más factibles– lo que muchas personas hacen es irse a los préstamos a título personal.

Préstamos a título personal para un negocio: ¿buena o mala idea?

Estos préstamos pueden ser:

🏦 Un préstamo personal en el banco, como los que sacás para mudarte de tu casa, para irte de viaje o para pagar una deuda.

💳 Puede ser a través de la tarjeta de crédito. Aunque eso no lo recomiendo y luego te contaré por qué.

🤑 O puede ser a través de financieras, microfinancieras, prestamistas. Y ojo, a medida que vamos descendiendo en la pirámide de créditos que acabo de mencionar, la tasa de interés se vuelve más alta. 

Aquí entra en juego entonces un financiamiento adicional que rara vez consideramos y es el factoraje, que a diferencia del préstamo personal no es una deuda sino que es una manera de recibir el dinero que tu cliente ya te debe a través de tus facturas por cobrar.

Imaginá que vos tenés cuatro, cinco o una sola factura de un cliente grande que no te va a pagar ahorita, sino que te va a pagar en 30 días o 60 días, y a vos te urge ese dinero para continuar operando o para poder hacer una inversión que hará crecer tu negocio. Entonces podrías someter esa factura, o esas facturas, al proceso de factoraje. Recibís tu dinero ya, en dos o tres días, a un precio descontado y puedes continuar operando para que tu negocio avance.

La diferencia es que cuando vos pedís un préstamo personal pasan dos cosas importantes:

☑️ El préstamo es a título tuyo como individuo, no es para la empresa. Muchas veces involucra una garantía personal como tu casa o tu vehículo en vez de solicitarle garantías a la empresa.

☑️ Al ser a título personal, probablemente la tasa de interés va a ser más alta que la que vos podrías estar pagando a través del factoraje. 

Una de las ventajas de hacer factoraje, es que podes elegir con mucho detalle el periodo en el que vas a utilizarlo. ¿Qué significa esto? Que vos podés decir: necesito factorizar este número de facturas dentro de dos semanas y el tiempo va a ser tres semanas más o un mes completo. De manera que el monto o comisión que pagas en base a ese tiempo, lo podés hacer justo a la medida para que no se te vaya tanto dinero.

En cambio, en un préstamo personal, es la tasa de interés que dicta el  banco, el periodo que dicta el banco y siempre hay una comisión por desembolso, entonces aunque vos recuperaras el dinero rápido, siempre habrá más dinero que pagar. 

También debemos ver que un préstamo personal es un poco limitado. ¿En qué sentido? Que en el contrato el banco te entrega tu dinero, vos hacés lo que tengás que hacer con el dinero y después simplemente te limitás a pagar. Y para poder solicitar otro préstamo, tenés que volver a hacer TODO el trámite completo, que a veces puede durar varias semanas o un mes, te someten a un comité de valoración, revisan tu récord crediticio, etc. 

En cambio, el factoraje es una relación más constante, en la que vos cada vez que necesités dinero, podés someter las facturas que tengas ahí pendiente en tus cuentas por cobrar y recibís respuesta en 72hrs plazo. Es una relación que fluye de manera constante ya que el desembolso se da de una manera más rápida. Recibes el dinero cuando tu lo requieres y evitas largos procesos burocráticos dentro de un banco. 

Como emprendedor/a, es seguro que a estas alturas tenés claridad que para crecer necesitas liquidez, efectivo, y aunque el préstamo personal –de todas las opciones de crédito que la banca nos permite– es la que podría resultar mejor a simple vista, en comparación con el factoraje, sigue siendo más viable el segundo. No tendrías una deuda a gran escala, ni vos, ni tu empresa, y obtenés de manera más ágil el financiamiento a través del factoraje.

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