| Este artículo es presentado por AFINSA Factoring. |
Al ser emprendedor o dueña de negocio, muy probablemente has vivido situaciones como esta que le sucedió a Ela, fundadora y directora de Plata con Plática en sus inicios con este blog que tiene 10 años.
Ella empezó un contrato con su primera gran empresa nicaragüense, para escribir tres artículos al mes. Realizó su parte del trabajo esperanzada en recibir su pago, pero se encontró con la noticia que primero debía esperar hasta el 30 de ese mes para ingresar la factura, y luego de eso, 60 días más para recibir su dinero.
Se convirtió en un problema pues cada uno de sus trabajos mensuales le permitían generar ingresos con los que ya contaba para vivir, y si le pagaban 90 días después, era más complicado que las cuentas dieran.
Y esta situación puede ser incluso peor si estás en una empresa con trabajadores a cargo, pues le podés quedar mal a esos colaboradores, y causar un ambiente laboral de inseguridad.
En aquellos años Ela todavía no sabía que existía el factoraje, así que no logró hacer uso de el.
El factoraje existe precisamente para evitar esa falta del flujo de efectivo en un negocio, de hecho se puede utilizar en diferentes situaciones y si lo hacés de manera correcta, puede ser una excelente oportunidad para mantener e incluso potenciar un emprendimiento en crecimiento.
Utilizar el factoraje no significa que no tengas trabajo o que te esté yendo mal en tu negocio, solo que las facturas por cobrar se acumulan. A esto nos referimos cuando hablamos de falta de liquidez y todos los negocios atraviesan este problema, no importa si son grandes, pequeños o medianos.
El factoraje puede ser una alternativa eficaz, que te ayude a solucionarlo en tiempo récord.
Pero, ¿qué es el factoraje?
Para explicarlo de manera sencilla, el factoraje es una forma de financiarte a corto plazo, pero sin la necesidad de poner ningún bien en garantía, en este caso tu prenda son tus facturas que aseguran un ingreso a futuro.
Oo con esto de los ingresos del futuro: este no es un monto que vos pensás que quizás te pueden pagar, no es hacer números en el aire. Al contrario: es dinero que sabés vas a recibir, pues ya tenés una factura -una cuenta por cobrar- de por medio.
Lo que el factoraje hace es garantizar ese dinero en el tiempo en que vos y tu negocio lo necesitan, y no cuando tu cliente decide que quiere o puede pagar.
Si vos tenés un negocio y necesitás adelantar el pago de una factura, podés acudir a una empresa de factoraje como AFINSA Factoring, y si una vez realizado el análisis interno, confirman que todo está en orden, obtenés tu dinero de 24 a 48 horas después de haber realizado la gestión.
Luego el equipo de la empresa de factoraje, se encarga de esperar el pago de la factura por tu cliente empresa, según las gestiones, protocolos, procesos internos que tenga dicha compañía.
Para que le saqués el mayor provecho posible a esta alternativa financiera para tu negocio, aquí te compartimos cuatro situaciones en las que el factoraje es una respuesta financiera ideal:
Cuando tenés problemas en tu cobranza:
Recordá que la capacidad de delegar en tu emprendimiento es clave para seguir creciendo, sino entonces estarás siempre siendo el cuello de botella para tu negocio, y sí para esto también aplica el factoraje.
Vos te podés dedicar al negocio y ser un crack en tu trabajo, pero eso no garantiza que te guste o sepás cómo manejar la parte del cobro de facturas.
El factoraje es una manera de quitarte ese problema de encima, pues tu relación se establece con empresas como AFINSA Factoring, y ellos a través de su equipo de cobranza administrativa, se encargan de realizar el seguimiento del cobro de tus facturas.
Incluso, ellos pueden llegar a realizar recomendaciones sobre con qué empresas trabajar, aquellas que tienen mejores cumplimentos de pagos, y con quienes mejor evitar establecer una relación comercial.
Al ser una empresa seria, con profesionales calificados, uno de sus objetivos principales es cuidar esa relación comercial que existe entre la empresa o el emprendedor que está cobrando una factura, con la compañía que debe dicha factura.
«Sabemos con quienes estamos tratando, generalmente con empresas que tienen procesos bien definidos, que sean sólidos, sin engaños y somos bien cautelosos en eso», comenta Silvio Conrado, Director Ejecutivo de AFINSA Factoring.
Durante un comienzo difícil:
La mayoría de los emprendimientos en Nicaragua comienzan con una situación de mucho sacrificio, horas de trabajo, probablemente en los primeros meses las ganancias no son tantas, y es normal.
Es bien difícil que un emprendimiento desde el día uno sea un absoluto éxito tanto financiero, como de procesos, calidad, etc. En esa etapa de aprendizaje, el o la emprendedora no es sujeto de crédito para un banco, porque necesitás varios años en el negocio para ser considerado para un crédito empresarial, además de los requerimientos de flujo necesario y estados financieros al día.
En estos casos, el factoraje podría ser una buena opción. ¿Cómo? Utilizando las facturas que aún no te pagan, para liquidarlas ya y usando ese dinero para continuar comprando tus materias primas, insumos, etc, que te permiten seguir con el negocio.
Si el ciclo se repite, tu negocio seguirá creciendo y llegarás a tener ingresos estables para, eventualmente, ser sujeto de crédito de un banco o institución financiera.
Cuando tu trabajo trasciende lo nacional:
Pequeñas o medianas empresas nicaragüenses que producen productos de calidad y los exportan fuera del país, pueden utilizar un servicio de factoraje con descuentos de facturas de exportación.
Por ejemplo, imaginá que tenés un negocio que exporta materias primas fuera del país. Podrías solicitar a la empresa de factoraje que pague la mercancía en base a un avance de una factura por cobrar, para evitar que se detenga tu producción, o para comprar grandes cantidades de insumo que vienen acompañados de descuentos y ahorro.
Cuando contás con bienes que generan ingresos:
El factoraje no solo lo podés realizar con una factura, sino con cualquier documento o contrato legal que implique un flujo de dinero.
Es decir que si no tenés ningún negocio pero sos dueña de una propiedad en alquiler, y tenés un contrato de un año para alquilar esa casa con una empresa reconocida y constituida legalmente, perfectamente podés acceder, por ejemplo, a seis meses de renta adelantado.
Puede ser en caso de una emergencia, para realizar mejoras a la casa en alquiler, o invertir, siempre y cuando ese dinero luego no te haga falta en tu mes a mes. Es importante estar segura de que esa plata no sea parte de tus ingresos necesarios para sobrevivir.
En resumen, el factoraje es una forma en que tu negocio puede financiarse a corto plazo, accediendo al dinero que ya tenés asegurado recibir.
Su objetivo es garantizar, de forma fácil, el flujo de efectivo positivo para que continués operando e invirtiendo, y como con todo lo demás, siempre es importante hacer la tarea de empaparte de toda la información, de forma que le podás sacar todo el provecho.