El problema no es la deuda, sino el gasto

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¿Cuántos de ustedes tienen una –o más- deudas en este preciso momento? Y ¿Para cuántos de ustedes ésta no es la primera vez que están endeudados? Hace un par de días hablaba con un cliente que me decía que estaba estresado por su nivel de deudas, pero que como ya en el pasado había debido CINCO veces lo de ahora, no lo veía tan grave.

¡Válgame Dios! Ok, es verdad: cuando estamos endeudados, el problema podría ser peor, porque tu deuda podría ser mayor; pero de eso, a pensar que has progresado, hay un largo trecho.

Cuando las personas me buscan para salir de deudas, mi enfoque principal NO es en la deuda, aunque ésa sea la preocupación principal de la persona. Mi enfoque es en los gastos, en los hábitos de consumo y en la razón principal por la que llegó a deber tanto.

¿Por qué?

Imagínense ustedes una persona con sobrepeso, que hace una de esas dietas mágicas de 10 días, donde baja 10 libras. Y luego otra de 2 semanas en la que baja 12 libras más… y así se la lleva hasta que llega a un peso saludable. ¿Solucionó su problema? Yo diría que momentáneamente, porque las probabilidades de que pueda mantener hábitos alimenticios sanos son muy escasas.

Lo mismo sucede cuando alguien que debe, piensa que su única preocupación es encontrar el dinero para pagarle al banco. La razón principal por la que las personas entran y salen de deudas, múltiples veces en sus vidas es porque nunca hubo un auto-análisis de su manera de consumir y un cambio real en sus hábitos de compra.

Así, no es lo mismo que alguien se haya metido al clavo de las deudas porque se quedó sin trabajo, se enfermó o tuvo alguna emergencia –para lo cual, es necesario tener un fondo de emergencia-, que otra persona que nunca llevó un control de gastos, compraba lo que se le antojaba y pasaba el tarjetazo cuando el efectivo le faltaba.

¿Y qué hago?

Para salir de deudas, es imprescindible que dejés de gastar en cosas innecesarias, sino, tu problema se puede ir haciendo más grande. Si tu(s) deuda(s) son de tarjeta de crédito, empezá por dejarla en el congelador para evitar que la sigás pasando y endeudándote más.

Es necesario hacer un presupuesto y llevar un control de gastos, que te permita identificar a dónde se va tu dinero cada mes y en qué áreas de tu vida podés cortar un poco para ir abonando lo máximo posible a tu deuda.

Pero ahí no acaba. Un proceso de auto-análisis debe empezar para que te des cuenta por qué llegaste a deber tanto, ¿es que acaso estás tratando de suplir algo que te falta interiormente con compras? ¿O es que querés impresionar a alguien con el nivel de vida que estás llevando fuera de tus posibilidades?

Al identificar las acciones y hábitos que nos han llevado a deber hasta lo que no tenemos, podremos conocernos mejor a nosotros mismos y realizar cambios en nuestro comportamiento que nos permitan llevar una vida tranquila, libre de deudas. Porque seamos sinceras/os: ¿A quién le gusta que el banco lo llame 5 veces al día para cobrarle? Lo cierto es que las deudas generan un nivel de estrés mayor al que podemos sentir por nuestro trabajo y deteriora nuestra salud física y emocional.

¿Y vos? ¿Tenés deudas? ¿Por qué razones has llegado a endeudarte?

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