5 Cualidades para identificar un buen intermediario de seguros

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Los seguros son una parte fundamental de una correcta planificación financiera. Estoy segura que ésta es una frase que habrás leído un par de veces en este blog. Sin ellos, cualquier cosa que pase en nuestra vida (un choque, enfermedad, muerte, robo, inundación, etc.) estamos básicamente por nuestra cuenta… y eso significa pagar –aunque no tengamos- de nuestras arcas privadas.

Sin embargo, existe mucho recelo y desconfianza al momento de comprar. Entran en tu cabeza historias personales o de otras personas a las que les ha ido mal, no recibieron lo que esperaban, se sintieron estafadas y un sin fin de argumentos más. El asunto es que no solo el producto –la póliza como tal- es importante, si no también la persona: quien te lo vende.

Si encontrás a una persona de confianza, que lejos de ser un vendedor o vendedora, es un profesional de los seguros, vas a conseguir una verdadera seguridad financiera. ¿Por qué? Porque las pólizas que comprés van a estar determinadas por tus necesidades de estar protegido y no por las del intermediario de vender.

Y antes de continuar, definamos qué es un intermediario. Para no inventar el agua helada, busqué lo que dice la Ley General de Instituciones de Seguros, Reaseguros y Fianzas, ley 733 en su artículo 115: “Son intermediarios de seguros las personas naturales o jurídicas autorizadas para prestar servicios como corredores de seguros, comercializadoras de seguros masivos, agencias de seguros, agentes de seguros y subagentes de seguros”.

Así que a continuación te dejo 5 cualidades que debés buscar en un BUEN intermediario de seguros, para que así vivás tranquilo, sabiendo que tenés la seguridad que necestiás:

  1. 1. Debe estar debidamente registrado y autorizado por la Superintendencia. Básico y se explica solo. La persona que te ofrece una póliza debe estar autorizada previamente para hacerlo, aquí nada de que a fulanito le prestaron el registro del primo y con eso se puso a vender. Para dar esta autorización, la Superintendencia exige al solicitante aprobar un examen de conocimientos técnicos; además le exige una fianza para responder financieramente en caso que un error de su parte cause una afectación económica a un cliente. 

Finalmente, al estar registrado pasa a ser supervisado por la Superintendencia en cuanto al cumplimiento de los estándares de gestión, orden  y controles internos que exige la Ley, estando incluso sujeto a multas económicas o sanciones administrativas en caso de incumplimiento. Así es que al estar autorizado tu intermediario, contás con esas tres importantes protecciones. 

Y aquí podés ver la lista que La Superintendencia publica en su página web de todos los intermediarios  de seguros autorizados (http://www.superintendencia.gob.ni/index.php?web=contenido&idd=3&idw=8).

2. Tiene conocimientos sólidos y se instruye constantemente. En el mundo de los seguros es fácil encontrar personas que toman una capacitación básica para vender algunas pólizas y desconocen a profundidad muchos de sus productos: cuáles son las fortalezas y debilidades de ese producto contra otros semejantes de la competencia, detalles de procedimiento para reclamos que pueden significar la diferencia entre recibir un pago o no, etc. Sé hábil en tu análisis, pues podrían subsanar su falta de conocimiento con una buena labia y linda sonrisa.

3. Está con vos cuando lo necesitás. ¿Cuántos casos has escuchado de gente que al momento del siniestro (choque, enfermedad, muerte, etc.) está sola porque su  intermediario brilla por su ausencia? Un buen agente contesta tus llamadas, te ayuda con el reclamo y se queda con vos hasta el final… hasta que obtuviste una respuesta.

4. Es honesto. Tanto con vos como con la compañía aseguradora. Debe ser capaz de decirte la póliza que realmente necesitás y, al mismo tiempo, informar el riesgo que tu caso particular conlleva a la compañía aseguradora. Alguien que porque “pagués menos” disminuye la cobertura, lejos de hacerte un favor te está afectando porque en el momento del siniestro, la empresa se dará cuenta y no te pagará lo que realmente necesitás. 

El intermediario profesional no está «casado» con ninguna compañía en particular, es decir, es independiente y de esa manera te puede recomendar los productos que realmente te convienen más, sin conflictos de interés; aunque él o ella prefieran alguna compañía en particular por su experiencia, debe presentarte varias opciones con sus ventajas y desventajas.

5. Hace énfasis en los detalles. Un intermediario que no te recuerda 1000 veces que debés leer y releer tu póliza, es alguien que no está enfocado en los detalles y son precisamente esos detalles –o la letra pequeña, como le llaman- los que después pueden hacer la diferencia al momento del siniestro. Es imprescindible que tu intermediario tenga la paciencia y el tiempo que explicar con lujo de detalles la póliza requiere.  Nada de “aquí te la dejo y ahí nos vemos”.

Y antes de que se me olvide, quiero aclarar un mito muy común en nuestro país: que comprar con un intermediario es más caro que con la compañía aseguradora directamente. Si bien es cierto que es más barato comprar frijoles al campesino que al súper, en el caso de los seguros no es así: el precio de las pólizas debe ser el MISMO.

De hecho, podría ser lo contrario, y que te salga más barato. ¿Cómo así? Pues bien, estos intermediarios se dedican a la industria de los seguros y conocen y tienen buenas relaciones con las compañías aseguradoras, por lo que es más fácil para ellos negociar y conseguir un descuento en tus pólizas, de lo que sería para vos. Y esto justamente me pasó a mí: cuando compré la póliza de mi carro, me hicieron un 25% de descuento gracias a mi agente.

No dejés de planificar tu vida financiera y asegurar aquello que más te importa (tu vida, la de tu familia, tu salud, casa, carro, etc.) por desconfiar de una persona. Hay muy buenos intermediarios de seguro y solo se trata de buscar estas cualidades –y quizá otras que para vos sean importantes- para encontrar al correcto.

¿Y vos? ¿Qué experiencias has tenido con los seguros? ¿Cómo conseguiste a tu actual intermediario? ¿Lo conocías de antes?

 

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