¿Realmente son tus finanzas en pareja compartidas?

Si manejar el dinero y tomar decisiones financieras puede ser complejo cuando estás soltero o soltera, al vivir junto a tu pareja o al casarte las cosas se pueden complicar un poco más, pues lo que antes decidías vos solo o sola, ahora lo vas a tener que platicar con tu media naranja.

Siempre se dice que uno de los mayores problemas en las parejas es la falta de comunicación, y ¿qué tal la comunicación financiera? Solemos tratar el tema como algo tabú y son raras las parejas que discuten su situación y planes financieros antes de irse a compartir el día a día juntos bajo el mismo techo.

Así, se llega al matrimonio -por ejemplo- pensando que conocés a la otra persona y, aunque puede que conozcás muchos aspectos de su vida, no sabés cuánto gana, en qué gasta o si tiene deudas y de qué tipo. Con el tiempo, te das cuenta de lo importante que es conocer financieramente a tu pareja y también que deben tomar la decisión de si las finanzas se van a llevar juntas o separadas.

Y aquí no hay una única forma de manejarlo, todo depende de la pareja y de sus preferencias. Al final, lo que importa es que puedan hablar abiertamente del dinero, de lo que tienen, de lo que quieren y de sus planes. El cómo se llega no es tan relevante.

Dicho esto, quiero hacer énfasis en que aunque financieramente lo recomendable es tener dos cuentas separadas y una en conjunto –para tus gastos, los míos y los de los dos–, me he dado cuenta durante el último año a través de las asesorías financieras, que aquellas parejas que llevan finanzas compartidas, se ven más sanas, más felices y más compenetradas.

Pero, ¿qué es llevar finanzas juntas?

Para mí, llevar finanzas juntas quiere decir que:

1. Ambas personas conocen cuánto gana la otra.

2. Toman decisiones en conjunto sobre cómo se va a gastar el dinero.

3. No hay resentimientos porque uno aporte más, ni esa persona tiene derecho a gastar más porque es “quien trae más a la casa”.

4. Las deudas adquiridas mientras están juntos son de los dos. Los ahorros son de los dos. Los gastos son de los dos. Las cuentas son de los dos.

Hago énfasis en esto porque me he encontrado con muchas parejas que dicen llevar finanzas juntas, pero que al indagar sobre cómo se expresan, se manejan y toman decisiones, te das cuenta que no son realmente finanzas compartidas… sino, quizá a medias.

Algunos ejemplos:

Caso 1: Una pareja de varios años de casados, en la que él había adquirido una deuda muy grande por invertir en varios negocios que no funcionaron y ella decía: “quiero que él venda todo y pague las deudas y tarjetas, porque yo estoy ahorrando para mi retiro y ¿él de qué va a vivir?” Bueno, si las finanzas son realmente compartidas, las deudas deberían ser de los dos, no nada más de él, y los ahorros para el retiro también deberían ser de ambos, no nada más de ella.

Caso 2: Ésta era una pareja joven en la que él me contaba: “Mi esposa y yo llevamos gastos compartidos, pero yo tengo una cuenta de ahorro en la que mi papá me ayuda, aportando un porcentaje sobre lo que yo ahorro y yo quisiera que ella también ahorrara por su parte”. Volvemos a lo mismo: finanzas compartidas quiere decir que los ahorros son de los dos, no nada más de uno porque, al final, para poder ahorrar ambos tienen que dejar de gastar, ¿no?

Caso 3: Muy parecido al primer caso, este esposo me decía: “llevamos las cuentas juntos, pero ella tiene una deuda en su negocio y por eso aporta menos a la casa, entonces quiero saber si debería prestarle dinero para que salga de esa deuda y pueda dar más”. No tengo que decirlo: las deudas deberían de ser de ambos, y si las finanzas son compartidas, entonces ¿por qué el resentimiento de que ella no pueda traer a la mesa, lo mismo qué él?

Como verás, en cada uno de estos casos –por mencionar algunos– las parejas decían estar llevando finanzas juntos: lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, pero la realidad es que en el fondo, no lo terminaban de ver así. Conocían la situación financiera del otro, pero no la compartían.

En conclusión, no hay una única forma de manejar las finanzas en pareja. Algunos se sentirán más cómodos dejando a la otra persona manejar las cuentas, otros preferirán tener cuentas completamente separadas y aportar lo que corresponde, un tercer grupo quizá decida tener 3 cuentas “la tuya”, “la mía” y “la nuestra” y habrá quienes querrán llevar todo en un bolsón.

Si pertenecés al último grupo y deciden que quieren llevar finanzas compartidas, que realmente sea así, independientemente de quién aporta más dinero a la relación. Al final, el objetivo es que el método que elijás te funcione para llevar una vida financiera y de pareja sana: que los una y no que sea motivo de discusión, desconfianza y eventual separación.

¿Y vos? ¿Cómo llevás las finanzas con tu pareja? ¿Juntas o separadas? ¿Cómo te ha ido? ¿Cuáles han sido las ventajas y desventajas? ¿El dinero los ha unido o separado?

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