Pedir o no pedir un extra-financiamiento, esa es la cuestión

Me han llegado muchas consultas referentes a los extra-financiamientos últimamente. Para los que no saben, un extra-financiamiento es una línea de crédito adicional, pre-aprobada por el banco, al límite de tu tarjeta de crédito.

Aunque hay personas que deciden tomar un extra-financiamiento por la simple posibilidad de tener dinero extra en caso de necesitarlo, la mayoría de quienes consideran esta opción, lo hacen porque están sobre-endeudados y no pueden cumplir con el pago de sus cuotas. Así, ven en el extra-financiamiento una salida relativamente fácil a sus problemas.

¿Realmente es una salida?

Cuando estamos endeudados y los agentes del banco nos llaman cada cinco minutos para cobrarnos, lo único que queremos es una solución rápida que nos traiga tranquilidad, por lo que al tener la opción de un extra-financiamiento vemos la luz al final del túnel y pensamos “con ese dinero pago lo que debo y después me preocupo por esa deuda”. ¡ERROR!

Uno de los mayores problemas que he observado, es que las personas, al tener dinero extra en sus bolsillos, se les olvida que tienen una deuda y que incluso están sumando otras, se emocionan y no solo no pagan el totalidad de lo que deben, sino que además, piden un monto mayor del que necesitan y salen a gastar. El resultado: están cavando un hoyo más profundo para tapar el anterior y al poco tiempo tienen no una, sino dos deudas que pagar.

Por otro lado, estas líneas adicionales de crédito suelen venir acompañadas de altas tasas de interés – a veces incluso mayor de la que ya estás pagando-, pues el banco está incurriendo en mayor riesgo al darte más dinero, sabiendo lo enjaranado que estás. Por si fuera poco, todo esto queda registrado en tu record crediticio, disminuyendo tu puntaje, por lo que la próxima vez que vayás a pedir un préstamo, es muy probable que la tasa de interés que te ofrezcan sea mayor.

Si aún con estas razones creés que un extra-financiamiento es lo único que te puede salvar en este momento de deuda extrema, acá hay tres cosas que debés considerar antes de aceptarlo:

Tasa de interés. Como dije antes, es común que la tasa que te ofrezcan sea mayor a la que ya tenés; sin embargo, a veces esta tasa puede venir disfrazada y en lugar de decirte la tasa anual, te pueden decir la tasa mensual sin aclararte. Así, si el banco te dice que te va a cobrar 3.5% de interés, asegurate de preguntar si es una tasa anualizada o mensual.

Comisión. Muchas veces en los anuncios, mensajes y cartas que el banco te envía ofreciéndote un extra-financiamiento, no mencionan la comisión por desembolso que suele ser significativa. Antes de aceptar, preguntá todos los detalles y cerciorate si hay una comisión u otro pago de por medio.

Tiempo. Tené claro el plazo del crédito que te están dando. ¿Es a 12, 24, ó 48 meses? También indagá si es posible hacer pagos tempranos, con el fin de pagar menos intereses, o si esto está penalizado.

En conclusión, un extra-financiamiento no es la solución que nosotros nos imaginamos en la mayoría de los casos. Es uno de esos remedios, que puede terminar siendo peor que la enfermedad y que nos pueden dejar en una situación financiera peor de la que estábamos. Sin embargo, si creés que es tu única salida, asegurate que el agente del banco te hable claro y pelado y que sepás cuánto vas a pagar y durante cuánto tiempo.

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