Las tarjetas de crédito y su uso empresarial

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Si vos manejás un pequeño o mediano negocio, hay un millón de cosas diferentes de las que tenés que hacerte cargo y estar pendiente día a día. Así, para muchos, preocuparse por su récord crediticio y, por lo tanto, por sus tarjetas de crédito empresariales, muchas veces pasa a ser lo último en la lista. Sin embargo, un ingrediente clave para llegar a ser exitoso en tu negocio es asegurarte de tener una buena reputación con tus acreedores, clientes y proveedores.

Son muchas las empresas que caen presas de las deudas por un mal manejo del crédito. Por esta razón, y para poder aprovechar las ventajas que la tarjeta de crédito te puede dar, como emprendedor y empresario tenés que saber cómo manejar el famoso plastiquito: conocer tu fecha de corte, fecha de pago y límite máximo de consumo.

Una de las principales ventajas de la tarjeta de crédito empresarial es que te permite mantener tus finanzas personales separadas de las de la empresa. Así, si las cosas van terriblemente mal y te toca cerrar, podés limitar tu riesgo personal. Además, manejada adecuadamente, esta tarjeta te puede ayudar a crear un historial crediticio que luego te permita conseguir otros préstamos a corto y largo plazo que podás necesitar para inyectarle flujo o capital a tu negocio.

De la misma forma que ocurre con una tarjeta de crédito personal, el empresario o empresaria pasará por una revisión de crédito durante el proceso de aplicación, tampoco creás que es un regalo. Si te aprueban, tendrás un límite de crédito, montos mínimos que pagar y una tasa de interés basado en tu nivel de riesgo.

Existen varios usos prácticos que las empresas les pueden dar a las tarjetas de crédito. Los principales son:

• Para comprar insumos, materiales y provisiones necesarios para operar en el exterior. Con la globalización, los mercados se han abierto, por lo que muchas empresas están optando por comprar productos en China, por ejemplo, y luego venderlos aquí. Para esta transacción de compra en línea, podés usar tu tarjeta de crédito.

• Para cubrir gastos de representación. Para muchas empresas, la labor de ventas incluye invitaciones a restaurantes o cafés. Para otras, viajar se hace necesario para gestionar algún proceso. En estos y otros casos en los que no se sabe exactamente cuánto se va a gastar, es más fácil que estas personas claves cuenten con una tarjeta de crédito para cubrir esos gastos y que luego la empresa pague directamente al banco.

• Para pagar compras y servicios en el país. Así como vos usás tu tarjeta de crédito personal para tus compras y gastos, también podés usar la empresarial para los servicios básicos y compras de todos los meses de la empresa. El beneficio: un financiamiento a corto plazo y puntos y millas que luego podés usar.

Un punto que no podemos obviar es que si vas a darle a algunos de tus colaboradores una tarjeta de crédito, ya sea para hacer compras o para usarla en gastos de representación, debés dejar las reglas de su uso claras. Asegurate que ellos sepan con claridad cuándo pueden y cuándo no pueden cargar la tarjeta. De ser necesario, vos podrías incluso ponerle límites a algunas personas en particular o limitar el monto en ciertas compras.

Finalmente, para sacarle el jugo a la tarjeta de crédito dentro de tu empresa, recordá tres cosas:
1. No mezclés tus finanzas y las de tu empresa. Mantené cuentas y tarjetas separadas.
2. Tené buenos registros de lo que se va gastando para llevar un control de tu flujo de efectivo.
3. Endeudate (usando la tarjeta) solo si sabés que a la larga te va a traer mayores ingresos.

¿Y vos? ¿Tenés una tarjeta de crédito para tu empresa? ¿Has trabajado para una empresa que usara tarjetas de crédito? ¿Cuáles son las reglas que tenían?

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