Sabiduría financiera femenina

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En vista de que hoy es el día internacional de la mujer (¡felicidades mujeres!), he decidido que el post de hoy sea especial para ustedes. A pesar de que los principios generales de finanzas personales son universales y se pueden aplicar a ambos géneros, las mujeres nos enfrentamos a retos únicos que se traducen en preocupaciones con respecto a nuestra posibilidad de generar ingresos, roles y responsabilidades.

Normalmente, las mujeres viven más años que los hombres, y por tanto, son más propensas a vivir solas por periodos de tiempo significativos en su vida. Si a esto le sumamos el hecho de que su participación laboral puede ser intermitente (por el parto y crianza de hijos/as) y que además, les toca hacerse cargo de dependientes –ya sea de hijos, de padres mayores o de otros familiares- a lo largo de su vida, las mujeres debemos preocuparnos y ser agentes activas del manejo de nuestro dinero.

Tomar el control de tus finanzas personales es la llave para tu independencia y prosperidad, pues te va a permitir tener acceso a un mundo de opciones y saber elegir sabiamente lo adecuado para vos. Esta libertad aplica también a la posibilidad de formar y quedarte en relaciones de pareja porque querés y no porque debés.

No importa tu edad o en qué etapa de tu vida estés; si estás soltera, casada, divorciada o sos viuda; si tenés una marimba de hijos o has decidido no procrear, es importante que tomés las riendas de tu vida financiera y aquí te doy algunos tips para hacerlo:

Sobres: la manera más fácil de presupuestar. Ya he dicho en incontables ocasiones lo importante que es tener y seguir un presupuesto para poder gastar dentro de nuestras posibilidades, el problema es que solo con escuchar la palabra “presupuesto” se nos quitan las ganas de empezar. Así, te propongo una técnica más fácil: conseguí sobres y etiquetá cada uno con rubros en los que gastás tu dinero (comida, renta, gasolina, etc.), poné el monto que vas a gastar semanalmente en cada uno y escondelos en un lugar seguro. ¡Ya tenés tu plan de gastos!

Tus hijos: parte de tu presupuesto. Para la mayoría de las familias el dinero que se gasta en los niños/as es un agujero negro, nadie sabe cómo, dónde ni cuánto se va. La solución es establecer un monto fijo por cada niño/a al mes, meter ese dinero en el sobre con su nombre y cuando se acaba… se acaba.

Modernidad en tus cuentas. Ya revisás tu correo, Facebook, twitter y quién sabe cuántas cuentas más, AL MENOS una vez al día. ¿Por qué no añadir también tu cuenta bancaria a la rutina? Una persona a la que quiero mucho –no voy a decir su nombre, para no meterla a vergüenza- parece que le encanta ir al banco y hacer filas, pues lo hace por lo menos 3 veces por semana. Si aún no lo has hecho, andá al banco y pedí la opción para revisar tus estados de cuenta en línea, así siempre sabrás cuánto dinero te queda y en qué has gastado. Así mismo, realizar algunos pagos desde la comodidad de tu computadora es eficiente en términos de tiempo, dinero (no gastás en gasolina) y esfuerzo.

Controlá tus deudas y gastos. Evitá deudas incurridas meramente por consumo, es decir: ropa, zapatos, joyería, salones de belleza, vacaciones, etc.; que tus compras y gastos no sean el medio para sentirte bien, pues ese tipo de felicidad es efímera, corta y trae un alto costo. Aclaro que la deuda no siempre es mala, así como lo leen, también hay “deudas buenas” –también conocidas como inversión- como por ejemplo, pedir un préstamo para estudiar una maestría o empezar un negocio.

Tu colchón de emergencias. Bien dicen que uno debe esperar lo mejor y prepararse para lo peor, así, nunca está de más contar con un colchón en un lugar accesible (preferiblemente en una cuenta corriente en el banco y no debajo de la cama) que te permita mantener tus gastos corrientes de 6 meses en caso de emergencia, como puede ser: la pérdida del trabajo, divorcio, enfermedad, muerte del cónyuge, etc.

Finalmente, no hay excusa para ser totalmente ignorante cuando a tus finanzas personales se refiere, con la cantidad de información que hay a tu alrededor, como mínimo deberías tener nociones básicas de las opciones disponibles. Recordá que si tenés dudas, siempre podés buscar la ayuda de alguien con más experiencia, pero al final, vos sos responsable de tu propio dinero y de tus propias finanzas personales.  

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