Me quedé sin trabajo, ¿y ahora?

Si la fuente principal para generar riqueza son los ingresos, quedarte sin trabajo puede ser considerado uno de los evento más catastróficos –por no decir el más- en la vida financiera de una persona.

En los últimos 3 meses, más de 215,000 personas han perdido su empleo y más del 50% de las Pymes han tenido que cerrar. Sí, es preocupante no solo a nivel macro-económico, como a nivel individual y familiar: ¿de qué y cómo vivirán estas personas?

Mientras algunos se han puesto las pilas y han montado mini negocios para subsistir, otros se han visto obligados a migrar y unos más buscan empleo desesperadamente. Sin importar el camino que tomen,  quedarnos sin nuestra fuente principal de ingresos es doloroso y frustrante. Muchas veces nos deja en una situación total de incertidumbre, en la que no sabemos cómo actuar.

Si vos o alguien cercano está viviendo esto, a continuación te comparto unos cuantos consejos que buscan ayudarte a navegar el desempleo, estirar tu liquidación/ahorros y encontrar posibles fuentes futuras de ingresos.

Cómo estirar tu liquidación

Ante la llegada de carta de despido es importante recordar que hay un dinero por entrar. Es decir, no estás en cero. Ahora, si tenías algo de ahorros (no es la realidad de la mayoría), pues ¡mucho mejor!

El “problema” de esta liquidación es que se va más rápido de lo que canta un gallo. Por un lado porque a veces el monto es bajo para la cantidad de responsabilidades y obligaciones que tenemos. Por otro lado porque no le sabemos sacar el jugo y lo malgastamos.

Sé que suena extraño ponga a malgastar en esas condiciones, pero lo he visto en decenas de casos ya. Gente que de repente ve varios ceros más de los acostumbrados en sus estados de cuenta y en la emoción se sienten con la libertad de darse gustitos (saliditas, cafecitos, almuerzos, ropa, regalos, etc.) que no se darían normalmente.

¡Este no es el momento! El objetivo de esa liquidación es estirarla, hacerla de hule y que te dure la MAYOR cantidad de tiempo posible. Para esto:

  • Revisá tu presupuesto. Creeme que TODOS tenemos gastos innecesarios por ahí. ¿No tenés el tuyo todavía? ¡Acá podés descargar GRATIS el de Plata con Plática!
  • Eliminá todo aquello que no aporte nada a tu vida. ¿Membresía en el gym al que nunca vas? ¡Bye!
  • Reducí cada rubro de gasto que podás. Y aquí sí tenés opciones para volverte loca. Desde rubros que consideramos indispensables como las compras del súper, hasta otros donde toca ser creativos y cuidadosos, como el pago de luz o combustible.
  • Espaciá ciertos hábitos que has llegado a tener seguido. Si acostumbrás a salir en familia todos los fines de semana, podés hacerlo dos veces al mes.

Así mismo, y como te expliqué en este post, por más tentador que sea no es momento de agarrar todo ese dinero y cancelar todo lo que debés. Sí, yo sé que es rico sentirse libre de deudas. El problema es que si no sabés cuándo tendrás un trabajo o ingresos nuevamente y usás tu liquidación implica quedarte en 0, entonces ¿de qué vas a vivir?

Si la respuesta a esa pregunta es “del aire” o “de la tarjeta de crédito”, vamos por mal camino. De nuevo, el objetivo es estirar la liquidación, tratando de mantener con nosotros (no bajo el colchón, sino en el banco) la mayor cantidad de dinero posible.

Así que cumplí con tus deudas y obligaciones, pero no caigás en la tentación de querer cancelar todo o abonar de más para salir más rápido. Ya habrá tiempo para eso.

Aliviá lo que debés

Verse sin ingresos siempre es duro y doloroso. Pero no es lo mismo tener y no tener deudas. En el segundo caso, la presión es aún mayor.

Una vez más te recuerdo que en mayo la SIBOIF emitió una normativa para ayudarnos a aliviar las deudas. Dicha normativa ayuda a los clientes A y B a negociar prórrogas y arreglos de pago con la banca en créditos hipotecarios, automotrices y de consumo. No aplica para tarjetas de crédito y extra-financiamientos.

¿Ni idea de a qué me refiero? Acá te dejo un video donde lo explico:

https://www.youtube.com/watch?v=A8mg3M-eKJY&t=3s

Y en esta imagen podés analizar si aplicás, por tu calificación crediticia, a ser cliente A o B:

Invertí tiempo en tu CV

El CV suele ser un documento que casi nadie nos enseña a hacer BIEN y al que le dedicamos alguito de tiempo recién salidos de la U para encontrar la primera chamba. Después de eso, rara vez lo volteamos a ver o nos tomamos el tiempo de analizarlo y actualizarlo.

¡Éste es el momento de hacerlo! Sin trabajo, no solo tenés la motivación y urgencia de encontrar algo más, sino que además tenés el tiempo para hacer una profunda introspección y analizar:

  • Qué sabés hacer bien / mejor que los demás.
  • Cuáles son tus áreas de expertise. Cuáles son aquellas que más te apasionan.
  • Qué logros tuviste en tus trabajos pasados. No es suficiente decir que ejerciste X puesto durante X tiempo. Compartí cómo esa estadía ayudó a cumplir los objetivos de la empresa o a mejorar algo.

Yo no soy experta en este tema, pero sí he aprendido mi par de cosas en estos años que no están de más compartir:

  • Hacé lo posible por limitar tu CV a una página. De verdad, hay muchísimos machotes lindísimos en línea a los que podés adaptar tu experiencia. Y si querés ir más allá, pedile a un amigo o amiga diseñadora que te haga el favor de diseñarlo: ¡quedan hermoso estéticamente y hacen maravillas para que todo quepa en una hoja!
  • Decile adiós a tu maternal, kínder, primaria y secundaria. Si llegaste a la Universidad, se asume que ya pasaste todo lo anterior. Y a medida que tenés más grados, los anteriores dejan de tener peso.
  • No creés un solo CV y lo repartás después como volante. Aquí no aplica la de “chicle y pega”. Mejor tené uno de base que luego podás acomodar según el puesto al que estés aplicando.
  • Si vas a aplicar a nivel internacional, dedicá una línea para describir de qué es la empresa donde trabajaste. En Nicaragua todos podrán saber qué es o a qué se dedica X empresa, en el extranjero no.
  • Tres tips que para muchos podrán sonar de más, pero que vale la pena recordar:
    • Cuidá tu ortografía.
    • Si vas a poner foto, que sea profesional y no la selfie recortada del bacanal.
    • Al enviar el correo, recordá que quien está detrás leyendo es una PERSONA, no un robot. Yo misma he recibido CVs (sin estar buscando), en los que ni siquiera saludan, ni me dicen para qué son buenos, sino que simplemente ponen “Acá va mi CV”. ¿En serio? Solo ponete en los zapatos del reclutador, ¿cómo te sentirías?

Y bueno, como dije antes, yo no soy experta en CV o Recursos Humanos. Acá lo importante es que te tomés el tiempo que quizá nunca te has tomado para hacer algo bueno, que te enorgullezca, que explique quién sos y de lo que sos capaz.

Incluso si no tenés mucha experiencia en esto, siempre podés buscar en Google (¡san google!) tips para sacarle el brillo a tu CV y pedirle a conocidos que trabajen en RRHH que te lo desmenucen antes de mandarlo a un posible empleador.

Usá plataformas digitales para encontrar trabajo

Y lo maravilloso de esto es que esas oportunidades pueden ser dentro o fuera del país, trabajos temporales o permanente. Pero, ¿recordás el paso anterior? Toda esa introspección y análisis que hiciste sobre vos mismo, tus habilidades, talentos y experiencias van a ser necesarios para brillar en las diversas plataformas en línea.

Justamente la semana pasada invité a Ximena Cordón, experta en marketing digital, a un #PlataConPláticaLIVE para que nos compartiera diversas plataformas que podemos usar para conseguir pegue.

Algunas de las más importantes y que vale la pena que te echés un clavado, las aprendás a manejar y completés perfiles en ellas son: Behance (especial para los creativos), LinkedIn, UpWork, Jobbatical, Google for Jobs.

Si te lo perdiste, acá te comparto el video. Es el LIVE más largo que hemos hecho y aun así el tiempo no fue suficiente para todo lo que Ximena quería compartir. Es muy posible que pronto hagamos otro para profundizar en el tema.

¿Qué otros talentos tengo?

Como mencioné al comienzo de este post, muchas personas han optado por montar mini negocios que les ayuden a subsistir. He sabido de personas que venden nacatamales, pizza, pinolillo, buñuelos, choco-bananos, café y MÁS.

Quizá nunca pensaste en montar un negocio con ese talento oculto, pero las condiciones extremas requieren que tomemos dediciones extremas también.

No tengás pena de tocar puertas o de dar a conocer lo que hacés. Aquí se nos tiene que olvidar eso de “soy demasiado digno para…” porque estamos hablando de nuestra supervivencia más básica. Compartilo en Facebook, pedile a tus amigos y conocidos que corran la voz, usá los grupos de Whatsapp de tu vecindario, en fin: ¡hacé lo que tengás que hacer para crear, vender y generar ingresos!

El viernes pasado, en el 2do Creative Morning (que por cierto les súper recomiendo unirse a los próximos) de Madre Consulting con Chureca Chic y La Fábrica, una señora compartía el ejemplo de un señor en Masaya que tenía una panadería súper grande. Con la crisis y los tranques tuvo que cerrar y siendo éste su medio de subsistencia, decidió ir a poner un toldo cerca de los tranques y vender ahí su producto.

Una muchacha me escribió también por Instagram para contarme que siendo ingeniera industrial, con especialidad en logística se quedó sin trabajo. Mientras busca oportunidades, también vende fritanga los fines de semana en su casa. Con eso se mantiene y en sus palabras «¡no me da pena!». Pues claro, si como dicen en México:

¿Pena? Pena robar y que te cachen ;).

Así que si la liquidación no te va a durar para siempre, hay cuentas que pagar, y el tema del CV y las plataformas digitales pueden tomar su tiempo, tomá el sartén por el mango y generá ingresos de la manera más creativa posible.

¿Y vos? ¿Has sufrido los estragos de la crisis? ¿Te has quedado sin empleo o las ventas de tu negocio están terriblemente bajas? ¿Qué medidas estás tomando? ¿Qué otras plataformas en línea has usado para conseguir trabajo?

Comentarios

Artículos relacionados