8 alternativas que debés considerar al invertir en tu educación

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Si llevás un tiempo siguiendo Plata con Plática, me habrás leído un par de veces que no hay mejor inversión en uno mismo que la educación. Esto es algo en lo que creo fervientemente, tanto que cada vez que me preguntan si vale la pena estudiar esto o aquello yo digo que sí. Al final, si hay algo que NADIE te puede quitar es eso: lo que sabés, lo que has aprendido, tus conocimientos, la educación profesional.

He tenido la oportunidad de estudiar en diferentes escuelas, en diferentes países y cada experiencia y lugar al que he ido ha sido mejor que el anterior. No dudo que lo que el CCA me dejó, me ayudó para entrar al ITESO y que fruto de esa carrera pude optar a cargos y empresas que luego me permitieron hacer un MBA en Taiwán y en India.

Y es así, cada una de las decisiones que vamos tomando son como piezas de un rompecabezas que vamos armando con el tiempo. En un comienzo puede ser que no le veamos ni pie ni cabeza, pero a medida que van pasando los años, la imagen comienza a hacerse clara. Hoy sé que gran parte de la razón por la que estoy donde estoy y hago lo que hago es por lo que he estudiado.

Y en este asunto de los estudios y la formación no hay un solo camino correcto. Algunos lo planifican con pasos detallados, mientras que otros en el camino van tomando la decisión que mejor se adecúe a sus circunstancias. A pesar de que hay quienes podrán pensar que la pista es recta y básicamente estudiás la secundaria, la universidad, la maestría y tal vez un doctorado, la realidad es que la carretera suele verse con más giros y dobladas, por lo que podrías terminar estudiando dos carreras y un posgrado, o una carrera y tres cursos que te especialicen en diferentes temas.

¿Qué hay para estudiar?
La gama de ofertas en educación es amplia. Incluso en Nicaragua. No me refiero solo a las instituciones o a los precios, sino también al grado que podés optar. Asumiendo que tuviste la oportunidad de bachillerarte, veamos algunas opciones que podrías valorar para empezar tus estudios profesionales o continuar reforzando los que actualmente tenés:

  • Técnicos: Brindan el conocimiento de la práctica, el “saber hacer”, tratando de simular un ambiente más parecido al de una empresa. En nuestro país hay una gran oferta (desde estudios agropecuarios, pasando por belleza y llegando a la administración), duran entre 1 y 3 años y son una excelente opción para quienes no se han decidido por una carrera, no tuvieron la oportunidad de entrar a la Universidad y/o necesitan comenzar a trabajar lo antes posible.
  • Universidad: El sueño de la mayoría de bachilleres es tener una carrera. Sin embargo el porcentaje que de los que llega a realizarlo es pequeño. Uno de los grandes problemas es que cuando te graduás, no hay tantas oportunidades laborales como vos quisieras y la competencia es dura. Sin embargo, hay que comenzar por un lado y si tus planes son estudiar posgrados y maestrías, vas a necesitar este cartoncito.
  • Cursos de especialización: La idea con estos es profundizar el dominio de los conocimientos teóricos, técnicos y metodológicos en un área de una disciplina profesional.
  • Idiomas: El español por sí solo no es suficiente en este mercado competitivo, por lo que entre más idiomas sepás, más atractivo sos para el mundo laboral.
  • Diplomados: Suelen ser bastante cortos, no se obtiene ningún grado académico, más que un reconocimiento y sirven para actualizar los conocimientos.
  • Posgrados: El enlace entre la universidad y la maestría, pueden durar desde un par de meses hasta un año y son útiles para especializarte en un tema determinado.
  • Maestrías: Duran entre 1 y 2 años y normalmente implican una gran inversión de tiempo y dinero. Entre los anteriores, tiende a ser el más valorado al momento de dar un salto laboral.
  • Doctorados: Es el último grado académico universitario. Te puede tomar de 3 a 5 años y, por lo general, involucran una investigación de por medio.

Con tantas opciones, elegir puede ser difícil. Por eso, te recomiendo hacerte un par de preguntas para entender lo que más te conviene: ¿Cuánto tiempo tenés (o querés) pasar estudiando? ¿Necesitás trabajar mientras estudiás? ¿Preferís estudiar algo de manera más general o más práctica? ¿Con cuánto dinero contás?

Y, ¿por qué seguir estudiando?
Recuerdo que cuando me gradué de la carrera, mi mejor amiga en México (que estudiaba conmigo) me dijo: después del día de graduación, nunca más voy a estudiar nada, estoy harta. Y realmente lo creía. Como te podrás imaginar, esto cambió con el tiempo y se dio cuenta que una carrera no era suficiente.

El mercado laboral está cada vez más competitivo y si vos querés marcar la diferencia y optar a mejores puestos o salarios más altos, vas a tener que prepararte y poder ofrecer más a las empresas, si no, ¿por qué alguien debería de contratarte?

Incluso si tu mentalidad es la de poner tu propio negocio, difícilmente vas a conocer todo el deje y maneje de una empresa con una carrera –cualquiera que sea- y vos mismo vas a sentir la necesidad de seguirte formando y aprendiendo, para poder manejar tu emprendimiento de una manera más eficiente y productiva.

Así pues, la educación se convierte en toda una inversión: de tiempo, de dinero y de esfuerzo. Una inversión que vale la pena hacer porque las opciones que tengamos en nuestra vida futura, dependerán enormemente de nuestra preparación, esfuerzo y talento.

Además, si lo vemos de una forma menos personal, la educación genera crecimiento económico y, en consecuencia, eleva el Producto Interno Bruto y per cápita del país. Y por la edad no te preocupés tanto. Si bien lo ideal es estudiar cualquiera de las opciones antes de llegar a la cima en tu curva de aprendizaje, muchas personas deciden continuar estudiando sin importar sus años de experiencia. Al final, lo que importa es que querrás estudiar, aprender y superarte.

¿Y vos? ¿Ves la educación como un gasto o como una inversión? ¿Cuál es el máximo grado de estudio que tenés? ¿Qué te gustaría estudiar pronto? ¿Qué beneficios te ha traído la educación continua?

 

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