Seguros: ¿Gasto o inversión?

comunicacion violenta

“El seguro es un gasto innecesario”, “Y si no me pasa nada, desperdicié el dinero”, “La aseguradora nunca me paga de todos modos”. Éstas y muchas frases más les he escuchado a infinidad de personas cuando les pregunto por qué no tienen tal o cual seguro.

Mi favorita, sin lugar a dudas, es la segunda, porque digo yo: “pues si no te pasa nada, ya la hiciste, ¿no?” ¿O es que acaso es mejor accidentarse o enfermarse (por poner dos ejemplos) para que el seguro rinda sus frutos, antes que estar bien?

Ninguno de nosotros sabe en qué momento algo va a ir mal en nuestra vida. Pensar que lo malo solo le pasa a otros es vendarse los ojos: también te puede pasar a vos y en cualquier momento. Después de todo, en esta vida, lo inesperado siempre es esperado.

A esto se le llama riesgo: a la posibilidad de que por azar, te pase algo. Y con respecto al riesgo, hay varias cosas que podés hacer, vos decidís:

• Ser indiferente: Básicamente quiere decir que no hacés nada, más que esperar y bajar todos los santos del cielo para que no te pase nada.

• Ser provisorio: Y aquí tenés dos opciones más:
  o Ahorrás –> En cuyo caso vos hacés tu propio chanchito –lo suficientemente gordo- para cubrirte en caso de emergencia.
  o Transferís –> Es decir, le pasás el riesgo a otros, una aseguradora, por ejemplo, para que se preocupe y te compense por los daños.

Como podés ver, la primera es una opción sumamente riesgosa y si sos como la mayoría de los nicas que vive coyol quebrado, coyol comido, ahorrar un monto suficientemente grande para una emergencia, puede ser tarea difícil. Se trata de ser realistas, la destrucción de una casa o de un carro puede costar decenas de miles de dólares, versus una fracción mínima que te costaría la prima de un seguro. De igual manera, una enfermedad de tratamiento caro y prolongado puede ser también de sumas extremadamente altas.

Así, el seguro se puede convertir en un dinero que en ocasiones no ves de regreso, pero al menos sabés que vos y tu patrimonio están protegidos. Y esa seguridad, claro está, tiene un costo en el que vale la pena destinar tu dinero, pues de otra manera tendrías que solventar los incidentes por tu propia cuenta, casi siempre en el peor momento. Velo como un tema de costo-beneficio: sí, es verdad que algunos seguros no son baratos, pero si comparás la prima con la suma asegurada, te darás cuenta que es solo una fracción.

Como me dijo Eloy López (conocido en el mundo de Twitter como “El señor de los seguros”): “Los seguros son tu paracaídas financiero invisible. Se abrirá y te salvará cuándo más lo necesités”. Es decir, cuando te enfermés, te retirés, te murás o tu patrimonio se dañe.

Finalmente, para responder la pregunta que aparece en el título de este post, hay que empezar por diferenciar lo que es un gasto de una inversión.

• Gasto: una salida de dinero de la que no se espera un beneficio futuro. Es decir, gastaste y ahí quedó.

• Inversión: una salida de dinero que tiene el objetivo de obtener un beneficio o ganancia. Es decir, la posibilidad de generar más dinero en el futuro.

Así, un seguro se convierte en una inversión porque evita consecuencias a futuro que puedan afectar tu economía familiar o personal y crearte un problema grave que después no podás resolver fácilmente. Cualquier emergencia por la que vos pasés va a ser suficientemente difícil emocionalmente para que encima tengás que preocuparte por el problema financiero que te genera. Recordá que es mejor prevenir, que lamentar ;).

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