Mis Crónicas Financieras desde el 2012

 

2012 (El Fin)

Igual que la película, 2012 marcó para mí el fin de una vida cómoda. Afortunadamente (ahora pienso eso) en mi trabajo cambiaron de régimen y, dado mi puesto, pero sobre todo que no tuve la habilidad de alinearme sutilmente, me pasó lo normal: la reina mandó a volarme la cabeza. Es lógico, ¿no? Estamos en el país de las maravillas.

Decisión (Ser o no ser)

Con lo poquito que conseguí en mi liquidación, pues no ganaba antigüedad, tenía que tomar la decisión de esperar maná del cielo o buscarlo yo, teniendo en cuenta que estábamos en el último trimestre del año, y como sabrán, no aparecen muchas plazas en esa fecha.

En vista que me quería salir del sector, me aventuré a poner un buffet y de ahí se presentó la oportunidad de poner una cadena de helados. La aventura no salió como esperaba, el buffet se “quemó” porque el dueño de la plaza decidió alquilarle el modulo a una farmacia de renombre “X”, pues le pagarían mejor. Y la cadena de helados se “derritió” porque la marca no respetó los acuerdos previos, y en su afán por conseguir mejores ventas me puso competencia casi que al lado de mis locales.

Resignación como la novia de Capone

Siempre he sido de la opinión que hay que aceptar cuando las cosas no van bien. Después de unos meses de malabares, llegó el momento de decir hasta aquí nomás, sencillamente las nuevas condiciones creaban solo muros y no puentes, era necesario aceptar la batalla perdida. Y digo batalla porque sigo con el ánimo de buscar otras opciones y poder así, al final, ganar la guerra.

Saldo

Las pérdidas fueron tremendas, aún con lo ubicado que se tuvo al invertir -pues se inició con lo esencial-, la sumatoria o saldo fueron solo números rojos, y peor aún, se tenían que pagar.

Mientras vendía todo activo que podía (mesas, refrigeradora, mantenedora, cocina, abanicos, exhibidores, carro, etc.) encontré un trabajo normalito, que a duras penas me permitía pagar a veces y otras no. En este punto ya tenía el otro carro en el área legal, los préstamos y tarjetas a una nada de pedir embargo, sin contar las deudas a prójimos de buen corazón que me ayudaron.

Plan desgracia

Se me presentó la oportunidad de otro trabajo ganando el doble, pero eso implicaba volver al sector al que no quería regresar, así que tal cual El Chavo regresé con el rabo entre las piernas. Fue duro, no quería… pero había que pagar deudas.

Desde antes de entrar me mentalicé que debía aprovechar al máximo ese tránsito (pues era para un proyecto) y pagar el máximo de deudas posibles. Esa terapia me llevó a cambiar mis hábitos: dejé de comprar en tiendas y pasé al mercado, inclusive paca – se asustarían las buenas cosas que encuentran en estos lugares, la misma ropa y zapatos de marca a 10% o 20% del valor que usualmente comprás– me olvidé de perfumes originales, y a comprar en esos sitios que te venden el similar, inclusive ya ni uso; zapatillas ni al mercado voy, sino que los doy hacer al zapatero (1/3 del costo habitual); los tenis como dije anteriormente en las pacas (hasta con etiquetas he encontrado); pasé de cine VIP a los normalitos y en 2×1 o con horario de descuento; las salidas de comida a compartir platos o cuando mucho uno completo más un complemento y ¡de ahí sacas dos!; aplico la regla de que si no lo necesitás no lo comprás, y si lo necesitás por un rato, pues lo prestás.

Evidentemente todo esto solo lo pude hacer disciplinándome, definir mi presupuesto y no pasarme de ahí. Fue muy severo, pues mis deudas se generaron por buscar la vida y no por derroche.

Resultados

Producto de la disciplina en mi plan desgracia, logré gracias a Dios (infinitas gracias a Él) cancelar dos tarjetas de créditos, dos préstamos, sacar del área legal el carro y tenerlo al día. Y con este aguinaldo ya tengo pensado cancelar el último préstamo bancario, quedando en esos niveles solo el carro… y uno que otro préstamo particular, que pagaré con calma, además que tienen la ventaja de no cobrar intereses ni ponerme en el buró crediticio.

Sistematización

  • Recuerden que toda costumbre se quita primero quitándola y luego adaptando otra. Sin disciplina no llegarán a mucho.
  • Rompan los paradigmas, más importantes aún que sus paradigmas, recuerden que se hicieron para eso: para superarlos. Yo jamás pensé vender comidas o helados.
  • Siempre pidan descuento, todas las tarjetas y préstamos que pagué fue con un descuento. Claro está que hay que tocar muchas puertas y ser paciente, pero es posible que los bancos te hagan una dispensa (del 15% al 40%) si pagás de un solo.
  • No se dejen llevar por el consumismo, así tengan con qué asumirlo: por qué pagar más de lo que merece un producto o servicio.
  • Organizá tus mandados para que utilicés el mismo recorrido para varias cosas, así bajé mi consumo de combustible.
  • No todas las promociones realmente lo son, por ejemplo ahorita con el boom del famoso “Viernes Negro” todos se dejan llevar por la publicidad, sin percatarse que la mayoría de las tiendas no son honestas. Me tomé la molestia de guardar los panfletos anteriores y compararlos con los de hoy, y me enojé y decepcioné, más del 70% de lo que anuncian es falso, son prácticamente los mismos precios.
  • Busqué otras opciones de entrada, por ejemplo he alquilado al carro y con eso al menos la inspección mecánica y reparaciones menores he sacado.
  • Uso una aplicación para registrar mis gastos y así ir sabiendo cuánto dispongo.
  • Aún en tiempos de crisis, a veces toca ayudar a la familia, solo hacelo: hay otros con menos suerte que vos.

Conclusiones

Empezaré el 2016 en la banca, pues ya terminó el proyecto. S pesar del miedo que me da, estoy ansioso de lo que me espera el futuro. Sé que con fe en Dios será algo maravilloso y mágico.

Mi liquidación, que será mayor a la anterior, ya está debidamente planificada para aguantar al menos cuatro meses sin trabajo y, por supuesto, con el “Plan Desgracia versión Recargada”… e incluye comprar un seguro, seguir estudiando inglés y ayudar con una obra de caridad para el cierre de este año.

Estoy muy ansioso de aventurarme una vez más con mi propia empresa, no hay día del mundo que no piense en qué producto o servicio puedo invertir para asegurar mi jubilación.

Muy agradecido con Elaine porque desde que leo su blog soy más consciente de las cosas financieras, pero sobre todo por tener la gentileza de contestar mis correos entre tantas ocupaciones que tiene.

Atentamente,

José.

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