Cómo logré tener cuentas de ahorro en lugar de créditos

¡Hola! Soy Argie Leal y les escribo desde Costa Rica. Desde hace dos años estoy en un Programa de Finanzas Personales del ICE, Instituto Costarricense de Electricidad, empresa para la cual trabajo actualmente, y me gustaría compartirles el cambio que he experimentado no solo en el área financiera, sino también en lo emocional y físico, con el fin de recalcar que las finanzas no están asociadas nada más con números, implican emociones y sentimientos que son los que nos impulsan a gastar.

Para iniciar definamos ¿qué es estilo de vida?

Se puede decir que es el conjunto de actitudes, comportamientos y hábitos que adoptan y desarrollan las personas de forma individual o colectiva para satisfacer sus necesidades y alcanzar su desarrollo personal.

Hablando propiamente sobre mi estilo de vida te externaré cómo lo era ayer, cómo es hoy y cómo creo que será mañana. A continuación te lo explico:

Ayer:

En el pasado tuve que crear conciencia sobre la importancia de vivir de acuerdo con mis ingresos y no llevar un estilo de vida más allá de mis capacidades.

Fue una lucha enfrentar mi realidad; sin embargo aprendí a identificar mis comportamientos y a corregirlos para mi bienestar financiero. Empecé por desarrollar buenos hábitos de consumo. Antes me sumergía en el mundo del consumismo.

Entendí la importancia de priorizar mis decisiones debido a que tengo límites y no puedo obtener todo hoy y de forma inmediata.

En el proceso me fue necesario realizar ajustes en mi presupuesto y esto conllevó esfuerzo, limitaciones, flexibilidad, aprendizajes, negociaciones con la familia, practicar la comunicación, asignar responsabilidades, practicar la tolerancia, dialogar, tacto, entre otras cosas.

En el pasado vivía formando “castillos en el aire” y nada concretaba.

Aunado a lo anterior, el sentimiento de culpa, ayudar a otros aún por encima de mi capacidad, asumir responsabilidades que no me correspondían, baja autoestima, inseguridad, en fin… cosas no visibles pero que estaban ahí en mi interior, afectaron mi exterior y se reflejó en un descontrol de mis finanzas.

En resumen de todo lo anterior, mi estilo de vida y mis finanzas personales no hablaban el mismo idioma.

Hoy:

Hay un secreto en mi presente y se llama: contentamiento, que es diferente al conformismo. Tengo planes y metas para el futuro; sin embargo mientras me esfuerzo por alcanzarlos vivo agradecida con lo que hoy tengo y trato de disfrutarlo al máximo. “Sé que si Dios hoy me da lo bueno, mañana me dará lo mejor”.

Adicionalmente estoy trabajando únicamente con dinero disponible, he eliminado la línea de crédito para evitar comprometer mi salario más allá de mi alcance.

Otro aspecto importante es que “en medio de lo que viví anteriormente” me he reinventado descubriendo muchas capacidades que poseo para alcanzar todo aquello que me propongo.

Al día de hoy mi principal objetivo es vivir cómodamente, suplir mis necesidades y deseos pero sin lujos exorbitantes porque comprendo que entre más modesto sea mi estilo de vida, menos estrés hay. Vivir sencillo facilita mi economía.

En estos tiempos he logrado ver sueños hechos realidad, manejar y controlar mis deudas, ahorrar, tener liquidez, mi salud mejoró, mi nivel de endeudamiento disminuyó, cumplí metas, tengo previsión de mi futuro, puedo controlar mis impulsos, poseo mejor autoestima y manejo adecuadamente mi personalidad.

En pocas palabras, puedo decir que hoy “mis pies están sobre la tierra”.

Mañana:

Me he propuesto perseverar en la Educación Financiera para adquirir herramientas y conocimientos prácticos que me permitan hacer un buen uso de mis recursos, administrarlos, incrementarlos y protegerlos, además de que esto también me facultará para tomar las mejores decisiones para todas las etapas de mi vida.

Tengo una idea firme y es tener cuentas de ahorro en lugar de crédito, esto es algo que no sucedía unos años atrás.

Planeo para el año 2022 estar libre de deudas. Estoy haciendo un buen esfuerzo para pagar la hipoteca de mi casa, la cual estaba programada cancelar en 15 años; sin embargo con planificación, determinación y enfoque quedará liquidado el préstamo en 5 años.

Pretendo madurar mi proyecto de pensión voluntaria para asegurarme un retiro digno en mi vejez. Cada año aumentaré la cuota. También me gustaría formarme para tener negocios propios y así emplear mis ahorros en inversión.

Programo trabajar con fondos para imprevistos, que en realidad no existen porque la mayoría de los eventos que suceden a nuestro alrededor son predecibles, pero por nuestra falta de disciplina no ahorramos para enfrentarlos cuando llega la ocasión.

Planeo invertir mi dinero en experiencias en lugar de cosas. He descubierto que “las experiencias me dan plenitud, las cosas solamente placer”.

No quiero preocuparme más por acumular plata, por comprar lujos y comodidades para la casa, ni “matarme” para dejar herencia a mi familia. He aprendido que los bienes y patrimonio deben ser ganados por cada uno.

En pocas palabras, una de mis principales aspiraciones para el futuro es continuar siendo muy cuidadosa con la administración de mis recursos económicos, vigilando mis gastos y limitando mis compras para disfrutar de finanzas personales estables, sostenibles y saludables.

Mi pregunta ahora es para ti: ¿qué tal tu estilo de vida actual y cómo lo proyectas en el futuro?

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