Cómo funcionan –realmente- los arreglos de pago

El siguiente post es presentado por Banco LAFISE

Cada vez más seguido estoy recibiendo consultas al blog, el correo y las redes sociales sobre las deudas y es que, adivinaste, ¡cada vez estamos más endeudados! “cómo salir de deudas” es, de hecho, la consulta N1 que recibo y las palabras de los lectores son suficientes para saber que es una situación desesperante en la vida de muchos… sobre todo cuando has llegado al sobre-endeudamiento.

El crédito no es ni bueno ni malo, su abuso sí lo es y dependerá de vos sacarle el máximo provecho o desperdiciarlo en vil consumismo que no te generará más dinero. En la medida en que seamos personas responsables, entendamos las reglas del juego y no pidamos créditos que no podemos pagar, todo saldrá bien.

Entonces, ¿por qué cada vez hay más personas con saldos que NO pueden pagar? Fácil, como bien me dijo Neris Sotelo, Jefe de Recuperación de Crédito en Banco LAFISE, “es un asunto de falta de educación financiera”. Sí, me quitó las palabras de la boca.

De hecho, diversos estudios del Banco Mundial muestran que las personas menos educadas financieramente, son más propensas a tener problemas de deudas, no ahorrar, tomar créditos con tasas de interés más altas y no planificar su futuro.

De esta manera, el problema no inicia cuando vos pedís un crédito. No. El problema comienza cuando no presupuestás, no llevás un control de gastos, no entendés los créditos, pasás tu tarjeta sin saber si y cuándo podrás pagar, cuándo no re-organizás tus gastos al pedir un nuevo crédito y, cuando al hacerlo, escondés información importante a la entidad.

Cuando doy mis charlas y talleres a empresas y entro al tema de las deudas, le dedico unas buenas horas a explicar cómo funciona cada crédito y puedo adivinar en las caras de los asistentes que están pensando «bien, pero y ahora que ya me metí en este rollo, ¿cómo salgo?». Aquí te va.

Cómo se sale de deudas

No quiero tomarme mucho tiempo en repetir lo que ya he dicho unas 1,000 veces: la deuda es solo el síntoma de una enfermedad, la enfermedad es que estás gastando de más. Por tanto, la única manera de salir de deudas es PAGANDO y para salir más rápido, no queda más que recortar otros gastos y/o incrementar los ingresos para abonar más a lo que debemos.

Aunque yo soy fiel amante del método bola de nieve para salir de deudas, sé que lo que muchas personas buscan es consolidar: una institución financiera que les junte todo lo que deben y quedarse pagando una sola cuota.

En otro artículo ya expliqué detalladamente cómo funciona cada uno. Si aún no lo has leído y querés pedir un extra-financiamiento o un préstamo personal para consolidar, te invito a hacerlo ahorita: «¿Otro préstamo para salir de deudas? ¿Cuál me conviene?»

Pero, ¿qué pasa cuando ya éstas no son opciones? Me he dado cuenta que esta es precisamente la situación en la que muchos se encuentran y hay muchísimas dudas alrededor de los famosos arreglos de pago.

Es por esto que me fui a la oficina de Neris, en Banco LAFISE, para que me explicara cómo funciona esto realmente y qué tanto podemos negociar. Aquí lo que descubrí.

Arreglos de pago

Lo primero es lo primero: la banca analizará tu posibilidad real de seguir pagando la deuda después de hecho el arreglo. Pues, ¿de qué sirve llegar a un arreglo que luego no podrás cumplir?

Éste puede venir en diversas formas y si algo me quedó claro es que cada caso es PERSONAL. Aunque yo he tratado de hacer una mini-guía,  lo mejor e ideal es que si vos estás en esta situación, solicités ayuda directamente a tu banco. Lo PEOR que podés hacer es tratar de huirle al problema, no responder llamadas y esconderte del banco. Esto no soluciona nada.

Así que veamos algunas situaciones: 

1. Cuando la persona sabe que no podrá pagar y avisa con anticipación. Imaginate que sos un productor y trabajás con un ciclo productivo. La cosecha no salió como vos pensabas y no podrás pagar al banco lo que debés. Podrías sentarte a negociar con ellos, esperar 6 meses –hasta el siguiente ciclo– y cancelar en ese momento lo que debés.

2. Cuando la persona acaba de caer en mora, pero quiere y puede pagar. Imaginate que vos estás pagando tu auto y uno de tus hijos se enferma. Vos no dudás en llevarlo al hospital y pagar con el dinero que tenías reservado para la cuota del carro. Podrías, por ejemplo, arreglar hacer la mitad del pago en la siguiente quincena y, en la que sigue, la otra mitad más la cuota que te tocaba de ese mes.

3. Cuando la persona ya lleva meses en mora sin pagar absolutamente nada. Si el tipo de crédito era con garantía –por ejemplo, en el caso de los créditos hipotecarios o automotrices–, podrías vender ese bien para pagar, arreglar darlo en dación de pago, o que alguien más asuma tu deuda: un familiar, una pareja, una amistad cercana. En este último caso, se cancela la deuda y se crea un nuevo crédito a nombre de la otra persona.

4. Si es un crédito de consumo –no hay garantía: Este es, probablemente el caso más común. No es que te hayás quedado sin empleo o que tu salario ha disminuido, si no que simplemente estás sobre-endeudado y no podés pagar. Acá se puede hacer una consolidación y el banco podría negociar llevarse todas las deudas que tenés a un solo lugar y ofrecer mejores condiciones para que podás pagar.

5. Si es un crédito de consumo –no hay garantía– y tus ingresos disminuyeron. En estos casos, se podría negociar que la cuota sea más baja. Imaginate que tenías un ingreso de $1,000.00 dólares y bajó a $600.00 dólares, por lo que el monto destinado a pagar es el mismo, pero tu capacidad de pago es menor. Se podría hacer un refinanciamiento –en el caso que aún estés al día y esto no daña tu récord– , o una reestructuración –en el caso que ya caíste en mora y esto sí daña tu récord.

6. Si es un crédito de consumo –no hay garantía– y te quedaste sin empleo. Si te quedaste sin empleo, no tenés garantía y no podés pagar, no hay nada que hacer y poco que negociar. El banco se dedicará a darte un seguimiento cada mes, hasta que llegue el momento en que podás pagar o hacer abonos.

Como verás, cada caso es particular y podría ser, incluso, que el tuyo mezcle varias de estas situaciones. Por esto, lo mejor que podés hacer es sentarte con el banco. Ellos valoran que un cliente interesado en hacer un arreglo de pago se presente con alguna propuesta de solución y no solo decir “resolveme”. Al final, recordemos que fuimos nosotros, como usuarios de créditos, quienes solicitamos o aceptamos ese crédito para comenzar.

En la negociación se trata de tener confianza y comunicación fluida para poder resolver los problemas. No funciona de una manera distinta de lo que es la vida diaria. Hacer arreglos de pagos es una situación tanto racional, como emocional y tanto el banco tiene que entenderte, como vos debés ponerte en los zapatos de quién te prestó el dinero. ¿Cómo te sentirías vos si alguien en quien confiaste simplemente te dijera que no te va a pagar? ¿Y si se escondiera de vos?

Así que si estás en un problema serio de no poder pagar, te recomiendo acercarte a tu entidad bancaria, exponerle tu situación y solicitar asesoría sobre alguna forma de arreglar el problema. Esto te evitará procesos de cobro judiciales, remate de bienes y un récord crediticio afectado, que luego te dificultará solicitar otro tipo de préstamos en el futuro.

El siguiente paso, si vos de plano no pagaras nada y te rehusaras a negociar, es el cobro judicial. Todo sobre este proceso, cuándo empieza y qué hacer, te lo estaré contando en un próximo post.

No me queda más que recordarte que sí se puede dar vuelta a nuestra vida financiera, pero esto requiere tiempo, esfuerzo y entrega. No queramos hacer grandes cambios de la noche a la mañana, sino pequeños cambios en nuestros hábitos paulatinamente, que nos permitan salir de deudas, ahorrar y sentirnos bien con nosotros mismos.

¿Y vos? ¿Alguna vez has hecho un arreglo de pago? ¿Cómo te fue? ¿Qué lograste negociar? ¡Contanos en los comentarios!

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